Thursday, December 17, 2020

CARTA A 2 COLAPSISTAS CRECENTISTAS

 

[Imagen de La tumba de las luciérnagas, de Studio Ghibli y Isao Takahata]

Esta es mi respuesta a los comentarios por parte de dos personas al vídeo "¿Qué es el peak oil?" colgado en Youtube. El vídeo aporta un plus visual a un post del blog de Antonio Turiel, donde se explican de manera óptima, sencilla, breve y amena los conceptos clave.

El diálogo entre estos 2 comentaristas comienza con los exabruptos de uno de ellos hacia la figura de Antonio Turiel. Acto seguido, el otro, le recrimina su desfachatez, y después de un rápido intercambio de golpes, se establece entre ellos un diálogo de paz, alcanzado tras haber constatado ambos que ambos eran "colapsistas crecentistas".

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Petinegro, Erik C., muy interesante vuestro diálogo. Curioso cómo, a partir de una colisión inicial, habéis construido algo valioso al final.

Solo deciros que esa "libertad" que tanto idolatráis es un mito, un espejismo forjado por la civilización moderna y su abundancia. Hemos triturado todos nuestros activos naturales para tener esa "libertad", y ahora solo nos quedan pasivos.

¿Es libre el bosquimano cuando nada le impide salir a cazar con las primeras luces del alba? ¿Es libre Trump cuando firma sentencias de muerte a pocos días de abandonar la Casa Blanca?

No quiero centrarme aquí en un debate filosófico sobre la definición de libertad. Si os interesa mi opinión podéis consultar mi post

https://placereseninvernadero.blogspot.com/2020/01/sufrimientos-en-invernadero.html

Resumiendo, estoy de acuerdo con vosotros en que es la libertad lo más valioso que tenemos, pero la libertad es mucho más que la necesidad de preservar nuestros activos del momento, porque éstos, irán cambiando inevitablemente. Ahora podemos percibir que atentan contra nuestra libertad al quitarnos el diésel o imponernos el hidrógeno. Los nativos de América del norte sentían violada su libertad cuando les quitaban tierras y aniquilaban sus preciados búfalos. La libertad, en parte, es la capacidad de reivindicar lo que uno es condicionado por su coyuntura del momento.

Y creo que coincido con vosotros en la idea de que el ser humano, por naturaleza, no está hecho para el metabolismo circular (salvo contadas excepciones como los bosquimanos). Siempre queremos más de lo que tenemos, y eso no es malo, ya que en su día nos permitió evitar la extinción. El Neanderthal sí que era permacultor por naturaleza y carecía de las inquietudes para superar los obstáculos del momento, y por eso pereció. Sin embargo, irónicamente, nuestra tendencia al metabolismo espiral, aunque nos salvó en su día, nos ha llevado ahora a un serio peligro de desaparecer. Pero en parte, la necesidad de libertad tiene que ver con esa naturaleza nuestra de necesitar sobrepasar límites, explorar más allá y salir de la zona de confort.

También, es irrelevante que creáis que el capitalismo es el único sistema que nos sirve, porque como vosotros mismos habéis admitido pronosticar, de manera inevitable, se va a deshacer por completo y de manera abrupta. Ese descenso abrupto se va a llevar por delante muchas libertades y bienestar en el primer mundo, y probablemente, nos dirigimos a ecofascismos, estados fallidos, señores de la guerra, mafias, terrorismo, neo-feudalismos, etc. Y aunque nuestra tendencia natural, como digo, sea pretender reconstruir ese sistema ideal capitalista (por nuestro metabolismo espiral innato), ya no va a ser posible volver nunca más a las cotas alcanzadas. La falta de energía barata y la debacle climática y ecológica lo impedirán.

Es realmente triste. Nadie como yo idolatra lo que nuestra depredación, pese a todo el sufrimiento, nos ha permitido conseguir en forma de legado científico, tecnológico, intelectual y artístico. Pero quien sabe, quizás después de un largo tiempo subsistiendo, si dejamos que se restablezcan los sumideros y fuentes naturales de la biosfera, podamos volver a depredar y medrar otro poco. En un mundo de nuevo vacío, las civilizaciones tendrán espacio para ir intercambiando los roles de la depredación crecentista y del colapso. Pero siempre llegarán a un límite. Ya no será posible una nueva revolución tecnológica-industrial, por la imposibilidad de aprovechar los muy dispersos e inaccesibles combustibles fósiles restantes. Y así es como creo que transcurriremos hasta que llegue el mega meteorito.

El consuelo que nos queda es que el hecho de tener un límite claro a nuestro desarrollo futuro, no significa que no vayamos a tener retos increíbles de sobra para resolver en el futuro. Nunca nos faltará material de primera para satisfacer nuestra necesidad innata de superación. Pese a todos los obstáculos, o mejor, gracias a ellos, nunca nos faltarán oportunidades para ejercer y reivindicar nuestra libertad y creatividad.

Saludos y, ¡feliz colapso!

Friday, November 20, 2020

EL TURISMO DE PATERA PERJUDICA AL TURISMO DE AVIÓN

 

[Imagen compuesta a partir de trabajos de El Roto y HOLC]


Parece un titular de El Mundo Today, pero es la afirmación que hoy hemos tenido que escuchar de bocas de políticos españoles.

Con el cuerpo aún caliente del bebé Joseph, que murió ahogado en el Mediterráneo el pasado 11 de noviembre de 2020, tras naufragar la patera en la que viajaba con su madre ...

Tan solo una semana después, con el espeluznante sonido de los gritos de su madre aún en nuestros oídos, hemos tenido que escuchar en las noticias las siguientes declaraciones:

"¿Iría de turismo a Lesbos, Moira o Lampedusa en sus únicas vacaciones anuales?" (Ana Oramas, diputada de Coalición Canaria)

"Quiero que esta crisis migratoria se solucione porque yo estoy trabajando para que Canarias sea un lugar seguro para el turismo" (Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo)

También hoy, el Tribunal Constitucional ha avalado las devoluciones en caliente. Se afanan en improvisar medidas. Hay que salvar al turismo a toda costa.

Ni siquiera han respetado nuestro luto. En mi anterior post propuse que el dolor de esta madre era en realidad nuestro propio dolor, pero el cortoplacismo y la estrechez de miras del negocio de la información de masas nos impone su cruel automatismo: un día nos muestra obscenamente y hasta la extenuación la cara desencajada de dolor de esa madre y, al otro, nos da a entender que la vida de esa gente no vale nada, que lo que importa de verdad es que Canarias pueda seguir basando su economía en el turismo.

Que el primer mundo con su depredación haya desprovisto de sus propios medios de subsistencia a la gente del tercer mundo, ocasionando que dependa de los préstamos con intereses draconianos del Banco Mundial o del FMI, o de nuestra caridad, para sobrevivir ... no, eso no importa.

Que el primer mundo con su depredación haya provocado que estos países tercer-mundistas tengan estados fallidos, guerras, terrorismo, señores de la guerra, y se vean obligados a huir para sobrevivir ... no, eso, ¿a quién le importa?

Que el primer mundo con su extralimitación haya emitido la inmensa mayoría de los gases de efecto invernadero, provocando la crisis climática que convierte en yermos estos países de donde huye esta gente ... no, eso carece de relevancia.

En los últimos meses hemos visto como, por un lado, nuestro gobierno se esforzaba en configurar un corredor anti-covid para posibilitar la llegada de turistas británicos y alemanes a Canarias, y, por otro, hemos asistido a un bochornoso espectáculo de violación de derechos humanos con miles de turistas de patera hacinados en los puertos de las islas.

Los blanquitos, orondos y lustrosos cuerpos, dorándose al sol vuelta y vuelta en las playas de Canarias, valen más que los raquíticos cuerpos negritos. Estos últimos no son bienvenidos porque no van a gastar dinero en el sector turístico. Sí pueden cultivar nuestros alimentos y hacer tantos trabajos necesarios que los españoles ya no quieren hacer porque implica hacerlos en condiciones miserables para poder ser competitivos. Sí pueden cubrir el vacío en el sector poblacional que tiene que financiar las pensiones de los baby boomers. Pero eso no importa, no, porque esta imagen de un mejor futuro para nuestro país no encaja con la idea de patriotismo de algunos, basada en que todo el país sirva a su ideario e intereses, y no en servir ellos a su país.

Es evidente que en un escenario colapsista de energía, materiales y biorrecursos menguantes, Canarias va a necesitar más que nadie reemplazar su economía, basada en el turismo y altamente dependiente de insumos externos, por otra más autónoma y resiliente. Pero eso, ¿a quién le importa?

The show must go on. El business as usal (BAU) debe continuar.

Es lo que nos transmiten en estos medios de desinformación de masas, no porque no podamos entender y asimilar otro mensaje. Nos transmiten eso, desde los poderes fácticos dueños de estos medios, porque ellos no quieren perder su riqueza y privilegios. Saben que ya cada año va a haber menos energía y recursos que el año anterior para hacer cualquier cosa, y que deberíamos por tanto centrarnos en hacer las necesarias para asegurar una mínima dignidad para todos. Pero ellos han decidido que la deformada imagen de sí mismos vale más que la dignidad del resto, y ha de continuar sobrevalorada, caiga quien caiga, incluso sabiendo en el fondo que ellos acabarán cayendo también.

Es cierto que algunos de estos súper ricos quisieran cambiar de rumbo, pero no saben cómo sin ocasionar una debacle económica, o sin poner en peligro su integridad y la de los suyos. Porque imagino que algunos otros súper ricos no van a permitir disidencia entre sus filas so pena de ostracismo o incluso muerte. Estos posibles súper ricos con intención de cambio, que digo yo podrían existir, no encuentran ningún apoyo del gobierno. No hay programa gubernamental de reinserción de súper ricos. Y los posibles políticos con intención de cambio también sucumben a la parálisis por miedo a ser repudiados o represaliados. También, sabemos que, en una economía cuya razón de ser es la acumulación individual de riqueza, el ahorro y la eficiencia no sirven sin racionamiento, por tanto, aunque algunos ricos abandonaran su riqueza, mientras no hubiera detrás un ente que racionara la riqueza liberada, automaticamente vendría cualquiera a apropiarsela para sí.

Y es que donde otros vemos muerte y dolor muchos súper ricos solo ven oportunidades de negocio.

Como dice Félix Moreno en su artículo "Un cuento de súper ricos (I), Ficción":

... Si tienen que financiar una guerra, un exterminio, una hambruna, poner o quitar un presidente y con eso ganar más dinero, no hay opción, lo harán ...

Un rico no piensa en las consecuencias de sus actos más allá de cuánto dinero han obtenido, y aquí es donde empieza lo interesante, las consecuencias una vez obtenido el beneficio es lo interesante, porque les genera un nuevo campo de juegos, un terreno inexplorado de consecuencias inesperadas donde poner a prueba su capacidad de seguir obteniendo riqueza.

Si no fuera por estas consecuencias inesperadas de sus actos, su vida sería terriblemente aburrida, pero que el polo norte se derrita, que la temperatura global aumente no es más que un nuevo tablero de juegos para ellos.

Entonces empieza el juego, básicamente el juego es el siguiente, ¿cómo ganar muchísimo dinero con un planeta colapsando? ...

Friday, November 13, 2020

I LOSE MY BABY!

 


I lose my baby! Es el grito desesperado de una madre en busca de su bebé de 6 meses de vida, en medio del caos del naufragio de una patera en el Mediterráneo. La ONG Open Arms ha publicado un vídeo en el que aparece la madre de Joseph, que falleció en el barco de salvamento de la organización española tras haber rescatado su cuerpo del mar en parada respiratoria.

No sabemos su nombre, el nombre de ELLA, pero sabemos algo, que con el permiso de esa mujer tendré el atrevimiento y la desfachatez de decir en este post: TODOS SOMOS ELLA.

No sentimos su dolor, no, porque estamos anestesiados, pero su dolor es nuestro dolor, y es el máximo dolor que se puede experimentar. Ya hemos tocado hueso y no tenemos nada que perder después de esto.

Y esto no es nuevo, no, el dolor es algo nuestro desde el principio de los tiempos, y la mala gestión de ese dolor y pretender erradicarlo es lo que nos llevó a entrar en la espiral de destrucción de vida.

El dolor y el placer son constantes del universo, algo así como la energía: para que alguien experimente menos dolor (o más placer) otro alguien ha de experimentar más dolor (o menos placer).

Como decía Benedetti, no te salves .. no reserves del mundo solo un rincón tranquilo. ¿De qué sirve protegernos o salvarnos? ¿Qué sentido tiene esforzarse por asegurarnos un futuro con menos dolor, si ya hemos tocado fondo? ¿Por qué nos da tanto miedo el dolor si ya estamos en contacto con el máximo dolor que se puede sentir?

Hemos perdido a nuestro bebé en el océano. Nos subimos a esa patera para darle un futuro mejor, para escapar del dolor, y ahora está muerto, el frío océano le ha arrancado el aliento.

Ya no tenemos nada más que perder. Da igual que miremos para otro lado. Ni tan siquiera importa si nos llegamos a enterar de esta noticia en concreto o no, porque TODOS SOMOS ELLA, lo queramos o no, lo sepamos o no.

TODO está conectado y todos somos el mismo ser. Un ser que ahora agoniza, pero que con su grito desesperado de dolor va a hacer que la sangre vuelva a correr de nuevo por esa basta red que nos conecta.

La mayoría de la gente, incluso los que piensan que el futuro de la humanidad solo puede ir a mejor, se esfuerzan por asegurarse ese mejor futuro. Si no te esfuerzas una mano negra se te llevará por delante. Porque el futuro solo mejora, dicen, para el que enfoca su esfuerzo hacia ese fin.

Tienes que estudiar idiomas, formarte en el extranjero, contratar planes de pensiones y seguros médicos. O si estás más en la línea preparacionista colapsista, construir búnkeres y dotarlos con paneles solares, disponer de armas por si alguien invade tu propiedad, etc.

Pero ya no hace falta salvarse. El bebé ha muerto.

De hecho nunca hizo falta salvarse.

Y es que para conseguir un instante de verdadera felicidad solo hay que conseguir hacer las cosas por el mero placer que reporta el hacerlas en el momento, sin esperar de ello ninguna recompensa a largo plazo.

Eso es meditación en cada acto de tu vida. Observar y degustar lo que haces sin pensar en si mejorará tu nivel de dolor o placer en el futuro. Y la clave es que al hacer cualquier cosa cotidiana, normalmente duele en mayor o menor medida. Y que duela no es un precio que hay que pagar por llegar al premio futuro. Ese dolor es parte del juego y hay que aprender a bailar con él.

Rechazar el dolor intrínseco del acto cotidiano implica querer salir del círculo para entrar en la espiral. Pero para lograr salir del círculo hay que robar energía de algún sitio. Creemos que le quitamos esa energía al desgraciado que se ahoga en el mar, o que se la quitamos al futuro de nuestros hijos al socavar el medio natural que es la matriz de nuestra civilización. Pero en realidad esa energía la robamos del interior de nuestros corazones. Esa energía deja de fluir en nuestro interior y se disipa. Deja de hacer un trabajo útil para nosotros.

No existe la felicidad como algo alcanzable. Pero sí podemos ser infelices a medida que vamos robándonos esa energía. Esa energía se tiene desde que nacemos. Es todo lo que tenemos, y el camino propuesto por la vía circular implica (1) parar y dejar de hacer cosas que nos hacen perder esa energía a espuertas y (2) empezar de nuevo a observar esa energía.

La felicidad es eso: volver a observar nuestra energía primigenia. Desde que nacemos nos pasamos media vida aprendiendo a ignorarla y a perderla, y luego hay que emplear la otra media en desaprender eso y reaprender a contemplarla y a hacerla fluir de nuevo.

Estamos acostumbrados a posponer el acto de vivir con la promesa de poder vivir mejor en el futuro.

Estamos acostumbrados a sustituir nuestra capacidad innata de disfrutar y sentir la vida por objetos inanimados que prometen restaurar la energía perdida y no lo hacen.

No se puede recuperar energía en el camino de la espiral, porque ahí, en cada vuelta perdemos.

He perdido a mi bebé en el océano. No soporto el dolor. Pero también sé que el dolor no se va a ir. Entonces, para que se quede ocioso y arrinconado en algún lugar de mi mente, obstruyendo el fluir de mi energía, ¿no es mejor ponerlo a bailar?

De hecho, en el círculo no fluye la energía solo en el sentido de reportarnos placer. Lo hace también en el sentido de reportarnos dolor. Un flujo es el motor del otro. Es ese baile entrelazado del Yin y el Yang lo que mueve la energía de la manera más óptima, esto es, minimizando las pérdidas energéticas y maximizando la utilidad que nos brinda la energía.

Y es este camino del círculo el que lleva necesariamente a un estilo de vida frugal y sencillo. A una sociedad justa y sostenible, que es aquella compuesta por seres que no pierden su energía interior a espuertas. Seres que no temen bailar con el dolor. Seres que no apartan la vista del bebé ahogado flotando en el mar.

Porque no bailar es bloquear la energía.

Es quedarse inmóvil al borde del camino,

... es salvarse, quedarse sin labios, dormirse sin sueño y pensarse sin sangre ...


Thursday, November 5, 2020

NO ES NIEVE, ES PLÁSTICO

 


Se ve desde el espacio. Diríase que toda la nieve de Sierra Nevada se ha desplazado a la costa de El Ejido (Almería). Pero no es nieve, es el plástico que cubre "la huerta de Europa".


Yo ya sabía de la existencia de este infausto lugar, pero no fue hasta ayer por la noche, y gracias a la emisión en laSexta del programa "Natural", que fui consciente de la dimensión real de esta aberración. Otra más de las que van jalonando nuestro colapso.

"'Natural', el nuevo programa de Jalis de la Serna en laSexta que hará repensar el mundo", así es como presentan sus padrinos a esta serie de documentales de investigación, que pretende poner el foco en algunos de los efectos de la crisis medioambiental fruto de nuestra economía globalizada.

Me estremeció el testimonio de uno de los productores de tomates almeriense entrevistado. Cultivan tomates todo el año y hacen un pisto siguiendo la receta artesana familiar. A él y a su santa madre se les saltaban las lágrimas pensando en lo maravilloso que era que gente en los más recónditos lugares del planeta pudieran degustar su pisto familiar. Qué bueno es el progreso que permite estas cosas, ¿verdad? Qué más da si emitimos gases de efecto invernadero con el trasporte intercontinental. Lo importante es que alguien en el culo del mundo deguste el pisto almeriense, que nuestros nietos puedan sobrevivir o no en un infierno climático no importa una mierda.

Otro día, hablaron del tema de las legumbres. Por lo visto, aquí consumimos legumbres de Chile, mientras las de España se pudren en los almacenes, porque a Mercadona le sale más barato comprar a productores chilenos. Claro, en Chile producen más barato a costa de degradar más el ambiente. Al final la suma es cero, lo que ahorras por un lado, alguien lo pagará por otro algún día, pero los economistas esto lo descuentan de sus maravillosos modelos.

La intención de los redactores del programa "Natural" no es mala, pero como era de esperar con semejantes padrinos, la crítica al sistema queda bastante enmudecida.

Mientras no se diga claramente que todo esto ocurre porque nos dejamos regir por un sistema económico cuyo objetivo es maximizar el beneficio individual, el carácter subversivo de cualquier iniciativa de este tipo queda, ya no descafeinado, sino que más bien parece que se torna al servicio de los intereses de sus padrinos.

Y es que los dueños del capital saben que transcurre desde hace décadas una crisis global muy grave, y ya dan por sentado que es inevitable que la gente, los consumidores, lo noten, por lo que su estrategia es convencer a la gente de que esto era inevitable, que no es culpa de nuestra creciente necesidad de bienestar, y que nuestro sistema, no solo no es responsable de ello, sino que además es capaz de solucionarlo mediante la digitalización, el 5G, el Green New Deal, etc .. Es decir, nos están adoctrinando para que financiemos su próximo negocio, para que invirtamos nuestro sueldo y ahorros en estos nuevos "productos verdes".

Nos dicen que para solucionar los problemas de sostenibilidad hay que seguir haciendo y fabricando cosas, pero que esta vez las vamos a hacer usando cada vez menos energía fósil y excretando menos. Esto es mentira, y lo saben. Según BP (Statistical Review of Worl Energy, 2017) un 85% de la energía primaria que usamos en el mundo es de origen fósil. No se puede sustituir eso por renovables sin decrecer. La implantación y mantenimiento de las renovables a la escala necesaria para mantener nuestro estándar de consumo requeriría enormes cantidades de energía fósil y materiales escasos, y solo podría resultar rentable a costa de una insostenible degradación de nuestro sustento ambiental.

Pero dicen que si dejamos de hacer cosas acabaremos de nuevo en las cavernas. Y yo digo, como dijo la niña entrevistada por À Punt a raíz del uso de mascarillas en los colegios debido al Covid: "Es mejor eso que morirse".

Porque, no lo dudéis, lo que nos espera si seguimos quemando energía fósil a este ritmo es eso. Aunque algunos profetas del capital nos digan lo contrario, como Bjørn Lomborg, el ecologista séptico, o el laureado economista William Nordhaus, quienes aseguran que +3 ºC es la temperatura óptima del planeta, o que el ser humano puede existir o incluso seguir con su civilización con incrementos superiores a los +4 ºC.

Según el consenso científico estas afirmaciones, además de sandeces, son absolutamente temerarias, pero sin embargo son mostradas a la plebe como la última esperanza blanca del crecimiento, científicamente acreditada. Pero claro, cualquiera que sepa un poco de ciencia sabe que se pueden construir modelos ad hoc para que muestren exactamente lo que quieres que muestren. Esto se hace a diario en el negocio de la ciencia. Y estos gurús del capitalismo verde se hacen millonarios propagando este mensaje envenenado.

No basta con dejar de consumir tomate no local fuera de temporada, o con consumir legumbres españolas y no las chilenas. Tenemos que dejar de hacer cosas. Es así de sencillo. Hay que pararse al borde del camino. Y respirar, y observar la respiración. Respirar este aire mientras aún sea fresco en algunos lugares. Primero hay que saltar del tren de la bruja y luego ya veremos cómo nos organizamos para conservar el máximo de comodidades sin seguir aniquilando la vida.




Sunday, November 1, 2020

LA FORJA DEL IMPERIO

 

[Imagen de Quino (Mafalda)]

 

Este texto es parte de la transcripción del documental "Zeitgeist: Addendum" lanzado en 2008, y corresponde al testimonio de John Perkins, antiguo jefe económico de la consultora de ingeniería Chas. T. Main Inc., autor de "Confesiones de un Sicario Economico".

Nosotros, los asesinos económicos, hemos sido realmente los responsables de crear este verdadero primer imperio global y trabajamos de diferentes maneras. Pero quizás la más común es que identificamos a un país que tiene recursos que nuestras corporaciones codician, como petróleo, y entonces, concertamos un gran préstamo a ese país desde el Banco Mundial o una de sus organizaciones hermanas.

Pero el dinero nunca va realmente al país. En cambio va a nuestras grandes corporaciones para fabricar proyectos de infraestructura en ese país. Plantas de energía, parques industriales, puertos ... Cosas que benefician a unas pocas personas ricas en ese país, además de a nuestras corporaciones. Pero en realidad no ayuda a la mayoría de la gente para nada.

Sin embargo, esa gente, el país entero, queda soportando una deuda enorme. Es una deuda tan grande que no la pueden pagar, y eso es parte del plan ... Ellos no pueden pagarla. Y entonces, en algún momento, nosotros vamos de vuelta y les decimos,

"Escuchen. Nos deben un montón de dinero. No pueden pagar su deuda. Así que, véndannos su petróleo muy barato a nuestras compañías petroleras, permítannos construir una base militar en su país, o envíen tropas en apoyo a las nuestras a algún lugar del mundo como Irak, o voten con nosotros en la próxima votación de las Naciones Unidas. Privaticen sus compañías eléctricas y sistema de agua corriente y desagües vendiéndoselos a corporaciones norteamericanas u otras corporaciones multinacionales."

Y hay una nube total, y es tan típico, la manera en que trabajan el Banco Mundial y el FMI. Ellos endeudan a un país, y es una deuda tan grande que no pueden pagar. Y entonces les ofreces refinanciar esa deuda, y pagar aún más interés.

Y demandas. Este favor con favor se paga, lo que llamas una "condicionalidad" o "buen gobierno", lo que básicamente significa que ellos tienen que vender sus recursos, incluyendo sus servicios sociales, sus compañías públicas, sus sistemas educativos a veces, sus sistemas penales, sus aseguradoras, a corporaciones extranjeras.

¡Y es un doble, triple o cuádruple aniquilamiento!

El precedente de asesino económico empezó realmente en los años 50 cuando Mossadegh fue elegido
democráticamente en **Irán** ... Él fue considerado una esperanza para la democracia en oriente medio y en todo el mundo. Fue el "Hombre del Año" en la revista Magazine. Pero ... una de las cosas que trajo y comenzó a implementar era la idea de que las compañías petroleras extranjeras tenían que pagarle al pueblo iraní mucho más por el petróleo que sacaban de Irán y el pueblo iraní debería beneficiarse de su propio petróleo. Una política extraña.

Por supuesto que no nos gustó. Pero teníamos miedo de hacer lo que hacíamos normalmente, que es mandar militares. En su lugar mandamos a un agente de la CIA, Kermit Roosevelt, pariente de Teddy Roosevelt. Y Kermit fue con algunos millones de dólares, y fue muy muy efectivo, y eficiente y en un pequeño lapso de tiempo, se las arregló para hacer derrocar a Mossadegh y trajo al Shá de Irán para reemplazarlo, quien estuvo siempre a favor de nuestra política petrolera. Y fue extremadamente efectivo.

Las turbas atravesaban Tehran. Oficiales del ejército gritaban que Mossadegh se había rendido y que su régimen de dictador virtual de Irán había terminado. Imágenes del Sha se paseaban por las calles. El Sha es bienvenido a casa.

Y de vuelta en los Estados Unidos, en Washington, la gente miraba alrededor y decía: "Wow, eso fue fácil y barato." Y esto estableció toda una forma nueva de manipular países, creando imperio.

El único problema con Roosevelt era que él llevaba una tarjeta de agente de la CIA, y si hubiera sido atrapado, las ramificaciones habrían sido muy serias. Así que muy rápido, en ese punto, se tomó la decisión de usar consultores privados para canalizar el dinero a través del banco mundial o del FMI o alguna otra de sus agencias, para mandar gente como yo, que trabajan para compañías privadas. Así, si nos atrapaban, no habría ramificaciones gubernamentales.

Cuando Árbenz se transformó en presidente de
**Guatemala**, el país estaba muy sometido bajo los pulgares de la compañía United Fruit y las grandes corporaciones internacionales. Y Árbenz adoptó esta postura que decía: "Sabes, nosotros queremos devolverle la tierra a la gente". Y una vez asumió el poder, él estaba implementando políticas que harían exactamente eso, darle los derechos de la tierra de vuelta a la gente. A "United Fruit" no le gustaba mucho eso.

Y entonces, contrataron una firma de relaciones públicas, lanzaron una campaña masiva en los Estados Unidos, para convencer a la gente en Estados Unidos, los ciudadanos de los Estados Unidos, la prensa de los Estados Unidos y el congreso de los Estados Unidos, de que Árbenz era una marioneta soviética, y que si le permitíamos mantenerse en el poder, los soviéticos tendrían un punto de apoyo en este hemisferio.

Y en aquella época había un gran temor en la mente de todos, el terror rojo, el terror comunista.

Y entonces, para hacer corta a una historia larga, de esta campaña de relaciones públicas vino un compromiso por parte de la CIA y los militares para eliminar a este hombre. Y de hecho, lo hicimos. Mandamos los aviones, mandamos soldados, mandamos chacales, nosotros mandamos todo para eliminarlo. Y lo eliminamos. Y tan pronto como fue apartado de su oficina, el nuevo tipo que lo reemplazó reinstauró básicamente todo para las grandes corporaciones internacionales, incluyendo a United Fruit.

**Ecuador**, por muchos años fue regido por dictadores pro-americanos, a menudo, relativamente brutales. Entonces se decidió que habría una verdadera elección democrática.

Jaime Roldós se postuló, y su principal meta, dijo, como presidente, sería asegurarse de que los recursos de Ecuador se usaran para ayudar a la gente. Y ganó. De manera aplastante. Por más votos de los que nadie ha ganado nunca nada en Ecuador. Y comenzó a implementar estas políticas, para asegurarse de que las ganancias del petróleo fueran a ayudar a la gente.

Bueno ... A nosotros no nos gustaba esto en los Estados Unidos. Yo fui enviado como uno de varios Asesinos Económicos para cambiar a Roldós. Para corromperlo. Para darle la vuelta ... Para hacerle saber ... Tú sabes.

"De acuerdo, tú sabes, puedes hacerte muy rico, tú y tu familia, si juegas nuestro juego. Pero si continúas intentando mantener estas políticas que has prometido, te vas a ir."

Él no escuchaba ... fue asesinado ...

Tan pronto como cayó el avión toda el área fue acordonada. La única gente a la que se le permitió entrar fueron militares de una base americana próxima, y a algunos militares ecuatorianos. Cuando se llevó a cabo una investigación, dos de los testigos clave fallecieron en accidentes de tráfico antes de que tuvieran la oportunidad de testificar.

Un montón de cosas muy muy extrañas ocurrieron en torno al asesinato de Jaime Roldós. Yo, como la mayoría de la gente que realmente había visto este caso, no tenemos absolutamente ninguna duda de que fue un asesinato. Y, por supuesto, en mi posición como asesino económico, yo siempre estuve esperando que algo le pasara a Jaime. Si iba a ser un golpe de estado o un asesinato, yo no estaba seguro, pero que lo iban a derrocar sí, porque él no estaba siendo corrompido, él no se permitiría a sí mismo corromperse como nosotros queríamos corromperlo.

Omar Torrijos, el presidente de
**Panamá**, era, ¿sabes?, uno de mis favoritos. Realmente me gustaba. Era muy carismático. Él era un tipo que realmente buscaba ayudar a su país. Y cuando quise sobornarlo o corromperlo, él dijo:

"Mira, John ..."

Me llamaba Juanito. Dijo:

"Mira Juanito, yo no necesito el dinero. Lo que realmente necesito es, pues, que mi país sea tratado justamente. Necesito pues, que los EE.UU. nos den lo que le deben a nuestra gente por toda la destrucción que han hecho aquí. Necesito estar en una posición donde yo pueda ayudar a otros países latinoamericanos a ganar su independencia y estar libres de esto, de esta terrible presencia del norte. Ustedes nos están explotando miserablemente. Yo necesito tener el Canal de Panamá de vuelta en las manos de la gente panameña. Eso es lo que yo quiero. Así que, déjame solo, sabes, no trates de sobornarme."

Era el año 1981, y, en mayo, Jaime Roldós fue asesinado. Y Omar era muy consciente de esto. Torrijos reunió a su familia y dijo:

"Probablemente soy el que sigue, pero está bien, porque hice lo que vine a hacer. Renegocié el canal. El canal ahora estará en nuestras manos, justo acabamos de cerrar el tratado con Jimmy Carter."

En junio de ese mismo año, solo un par de meses después, él también cayó en un accidente aéreo, el cual, no hay duda, fue ejecutado por chacales apoyados por la CIA. Hay una tremenda cantidad de evidencia de que uno de los guardias de seguridad de Torrijos le entregó, en el último momento, mientras se subía al avión, una grabadora de cinta. Una pequeña grabadora que contenía una bomba.

Es interesante para mí cómo este sistema ha continuado de la misma forma por años, y años y años, salvo que el asesino económico se ha vuelto mejor y mejor y mejor.

Entonces nos las vimos, muy reciente, con lo que pasó en
**Venezuela**.

En 1998, Hugo Chávez queda electo presidente, después de una línea larga de presidentes que habían sido muy corruptos y destruyeron básicamente la economía del país. Y fue elegido Chávez entre todo esto.

Chávez se paró frente a los Estados Unidos y lo hizo demandando primariamente que el petróleo venezolano fuera usado para ayudar a los venezolanos.

Bueno ... a nosotros no nos gustó esto en los Estados Unidos. Así que, en 2002, se montó un golpe de estado, el cual no hay dudas en mi mente, en la mayoría de las mentes de los demás, de que la CIA estaba detrás de ese golpe. La manera en que fue fomentado ese golpe fue un fiel reflejo de aquél que Kermit Roosevelt perpetró en Irán. De pagarle a gente para que saliera a las calles, para amotinarse, para protestar, para decir que Chávez era muy impopular.

Sabes, si puede hacer que unos pocos miles de personas hagan eso, la televisión puede hacerlo parecer como que es el país entero y las cosas comienzan a crecer rápidamente. Excepto en el caso de Chávez, él fue lo suficientemente inteligente y la gente lo respaldaba tan fuertemente, que lo superaron. Fue un momento fenómeno en la historia de América Latina.

**Iraq**, realmente, es el ejemplo perfecto de cómo funciona todo el sistema. Entonces, nosotros, los asesinos económicos, somos la primera línea de defensa. Nosotros entramos, tratamos de corromper a los gobernantes y conseguimos que acepten estos préstamos enormes, lo que usamos entonces como palanca para ser dueños de ellos básicamente.

Si fallamos, como fallé en Panamá con Omar Torrijos y en Ecuador con Jaime Roldós, hombres que rehusaron ser corrompidos, entonces la segunda línea de defensa es mandarles a los chacales. Y los chacales, o derrocan gobiernos o asesinan. Y, una vez que pasa eso y un nuevo gobierno entra, hay alguien que va a seguir la línea impuesta, porque ese nuevo presidente sabe lo que le pasará si no lo hace.

En el caso de Irak, ambas líneas de defensa fallaron. Los asesinos económicos no fueron capaces de llegar a Saddam Hussein. Lo intentamos muy duro, tratamos de conseguir que aceptara un trato similar al que la Casa de Saud aceptó en Arabia Saudita, pero él no lo aceptó.

Y entonces los chacales fueron a eliminarlo. No pudieron hacerlo. Su seguridad era muy buena. Después de todo, él, en su momento, trabajó para la CIA. Él fue contratado para asesinar un presidente anterior de Irak, y falló, pero conocía el sistema.

Así que, en 1991, mandamos las tropas y eliminamos las fuerzas militares iraquíes. Entonces, asumimos que para ése punto Saddam Hussein iba a doblegarse. Pudimos haberlo eliminado, por supuesto, en aquel momento, pero no quisimos. Él es el tipo de hombre fuerte que nos gusta. Él controla a su gente. Pensábamos que podía controlar a los Kurdos, y mantener a los iraníes en su lado de la frontera y seguir bombeándonos el petróleo. Y una vez eliminadas sus fuerzas, ahora él iba a doblegarse.

Así, los asesinos económicos volvieron en los 90, pero sin éxito de nuevo. Si hubiesen tenido éxito, él estaría dirigiendo el país. Nosotros le estaríamos vendiendo todos los aviones de combate que quisiera, y todo lo que quisiera, pero no pudieron, no tuvieron éxito. Los chacales no pudieron eliminarlo nuevamente, así que enviamos a los militares nuevamente y esta vez sí hicimos el trabajo completo y lo eliminamos. Y en el proceso, nos creamos algunos muy muy lucrativos tratos de construcción para reconstruir el país que nosotros esencialmente destruimos. El cual es un muy buen trato si eres dueño de compañías de construcción, de las grandes.

Así que, Irak muestra las tres etapas. Los asesinos económicos fallaron ahí. Los chacales fallaron ahí. Y como medida final entran los militares.

Y de esa manera nosotros realmente hemos creado un imperio, Pero lo hemos hecho muy muy sutilmente. Es clandestino.

Todos los imperios del pasado fueron construidos sobre lo militar, y todos sabían que lo estaban haciendo. Los británicos sabían que lo estaban haciendo, los franceses, los alemanes, los romanos, los griegos ... y estaban orgullosos de ello. Siempre tuvieron una excusa como extender la civilización, extender alguna religión, o algo como eso, pero sabían que lo estaban haciendo.

Nosotros no sabemos. La mayoría de la gente, en los Estados Unidos, no tienen ni idea de que estamos viviendo de los beneficios del imperio clandestino. De que hoy hay más esclavitud en el mundo de la que nunca antes hubo.

Entonces tienes que preguntarte, bueno ... si es un imperio, entonces ¿Quién es el emperador? Obviamente nuestros presidentes no son emperadores. Emperador es alguien que no es elegido, no sirve un período limitado, y esencialmente no se justifica ante nadie. No puedes calificar a nuestros presidentes de esta forma. Pero sí tenemos lo que yo considero el equivalente del emperador, y es lo que llamo la Corporatocracia.

La Corporatocracia es este grupo de individuos que dirigen nuestras corporaciones más grandes. Y ellos realmente actúan como el emperador de este imperio. Ellos controlan los medios, sea a través de propaganda o por ser su propiedad directa. Ellos controlan a la mayoría de nuestros políticos porque financian sus campañas, ya sea a través de las corporaciones o de contribuciones personales que vienen de las corporaciones.

Ellos no son elegidos, no sirven períodos limitados de tiempo, no se justifican ante nadie, y en la misma cima de la Corporatocracia realmente no puedes saber si la persona está trabajando para una corporación privada o para el gobierno porque ellos siempre se mueven hacia atrás y adelante. Así que tienes un tipo que un momento es el presidente de una gran compañía constructora como Halliburton, y al momento siguiente es el Vice Presidente de los Estados Unidos. O como el Presidente Bush, que estaba en el negocio del petróleo.

Y esto es verdad aunque tengas Demócratas o Republicanos en la oficina. Existe este moverse atrás y adelante por una puerta giratoria. Y de alguna forma, nuestro gobierno es invisible por mucho tiempo, y las políticas son llevadas por nuestras corporaciones en un nivel u otro. Y entonces nuevamente, las políticas del gobierno son básicamente forjadas por la Corporatocracia, y entonces presentadas al gobierno y se convierten en política gubernamental.

Hay una increíble relación íntima. Y esto no va en la línea de las teorías conspirativas. Esta gente no se tiene que reunir clandestinamente y conspirar para hacer cosas. Todos ellos trabajan básicamente bajo una asunción primaria, y esta es que deben maximizar las ganancias sin importar los costos sociales o ambientales.

 

Friday, October 16, 2020

LA FALACIA DEL PICO DE DEMANDA RESUMIDO


 [Imagen extraída del documental A Crude Awakening: The Oil Crash (2006)]

 

Primero vino un pico de oferta. En 2005 fue el pico del petróleo crudo convencional, cosa reconocida por la AIE en 2010 [nota 1]. A partir de 2005 ya se produce cada año un poco menos del petróleo de toda la vida, que es el bueno y rentable.

Esto provocó una subida de precios del petróleo que a su vez fue el detonante de la crisis del 2008. Las hipotecas subprime fueron la leña apilada y lo del petróleo fue la chispa que le prendió fuego (metáfora extraída del libro Petrocalipsis de Antonio Turiel, pág. 23).

La crisis del 2008 supuso una quiebra de empresas, pérdida de empleos, recortes y pérdida de poder adquisitivo de las clases medias y bajas, en definitiva, esto fue el pico (y posterior declive) de demanda, posterior al pico de oferta.

A partir de 2005 se intensificó con ayudas públicas el ruinoso negocio del fracking (sobre todo en EE.UU.) y del resto de crudos no convencionales para poder cubrir la brecha que iba quedando tras el pico del crudo convencional. Esto hizo que los precios del petróleo volvieran a bajar, reactivando así momentáneamente la demanda a medida que la economía se recuperaba del batacazo de 2008.

Con los precios del crudo tan bajos durante tanto tiempo, y dado lo costosa (económica y medioambientalmente) que resulta la extracción del crudo no convencional, la burbuja del fracking y del resto de estos petróleos está empezando a explotar, ya que ya no resulta creíble su rentabilidad para sus inversores. Esto está provocando quiebras, abandono de proyectos y descenso en el número de nuevas prospecciones. Esto supone más destrucción de oferta.

Antes de que este nuevo empeoramiento de la oferta se dejara notar en una subida de precios, lo que ha venido es más destrucción de demanda provocada por la pandemia del COVID-19. Y esto no ha sido algo que hayamos decidido voluntariamente, aunque sí lo ha provocado nuestra economía depredadora con su disrupción ecosistémica [nota 2]. Esto no sólo ha evitado que los precios suban debido a la previa pérdida de oferta, sino que ha hecho que bajen aún más, provocando con ello un recrudecimiento aún mayor de la crisis del sector productivo.

Si a partir de aquí fuera posible reactivar la demanda inmediatamente, la consecuencia obvia sería una subida fuerte de precios debido al mal estado actual del sector productivo. Pero la reactivación está siendo lenta y los precios se recuperan despacio.

Desde los medios mainstream nos tratan de hacer creer que voluntariamente la demanda de petróleo ya ha pasado su pico. Nos dicen que, debido a nuestro problemilla con el clima, y como además, no problem, porque la tecnología todo lo puede, vamos a poder seguir creciendo usando cada vez menos petróleo voluntariamente. Pero, independientemente de si la demanda baja voluntariamente o no, si está bajando, la recuperación que está experimentando ahora mismo tocará un techo inferior al último alcanzado previamente. Descenso en forma de sierra.


 

Pero ese techo, que año tras año va a estar más bajo, no se está rebajando voluntariamente. Nadie deja de comprar menos cosas voluntariamente, nadie pierde su empleo voluntariamente, nadie hace colas en los hospitales voluntariamente. Los gobiernos y corporaciones no dejan que eso ocurra voluntariamente. Nos viene impuesto por la geología y la termodinámica. Ya no es rentable extraer el petróleo que queda y cada vez lo va a ser menos.

Además, la economía está lastrada desde 2008 por otra burbuja, la de la deuda. De modo que cada vez es más difícil creer en que los préstamos para hacer cualquier cosa serán devueltos con interés, y esto impide que la demanda de petróleo se recupere, pero también impide que el sector productivo del petróleo levante cabeza, porque ya nadie quiere financiar esto. No quieren porque ya no ganan dinero, no es porque Greta les ha convencido.

De modo que la caída de oferta y demanda del petróleo se realimentan entre ellas. Es lo que se conoce como espiral de destrucción de oferta y demanda. Pero todo empezó con el pico de oferta, no con el de la demanda, como nos quieren hacer creer.

Y por cierto, que los precios del petróleo estén ahora bajos no significa que el petróleo sea barato. El petróleo dejó de ser barato hace muchos años, desde la crisis de los 70. En realidad, los precios del petróleo suben desde entonces en forma de sierra. Ahora con lo del COVID-19 estamos en un valle de esa sierra. La misma forma del descenso en sierra de la oferta y demanda pero para arriba.


 

Entonces, ¿por qué decimos que el precio está demasiado bajo para que a los productores les salga a cuenta, si el precio del petróleo no para de subir en realidad? Lo que ocurre es que cada vez cuesta más extraer el petróleo que queda, por lo que cada vez se necesita que se pague más por él para que a sus productores les salga rentable.

¿Por qué nos mienten? O mejor, ¿por qué nos engañamos? Mucha gente conoce estos datos pero es tabú comentarlo o difundirlo. Es normal, la gente cree que admitir que el crecimiento ha llegado a su fin provocaría un colapso, y nadie quiere renunciar a sus comodidades, aunque sean pocas, nadie quiere dejar de tener atención médica o ejército protegiendo sus fronteras.

Pero los que ostentan el poder van a tener que seguir buscando nuevos culpables si se obstinan en continuar con la farsa. ¿Cómo sin culpables se va a entender un decrecimiento imparable sin admitir que se ha pasado el peak oil de oferta y que la tecnología y las renovables no pueden arreglarlo? Y esta búsqueda de culpables solo puede llevarnos a más y más conflictos comerciales y bélicos, que se verán a su vez recrudecidos por la necesidad de apropiarse de lo poco que vaya quedando, lo que hará que todo vaya a peor.

[nota 1] Todas las referencias bibliográficas relacionadas con afirmaciones sobre el petróleo formuladas en este texto se pueden consultar en el blog de Antonio Turiel (The Oil Crash). Pido disculpas si de manera no intencionada he malinterpretado algún dato.

[nota 2] La explicación de por qué el COVID-19, y futuras pandemias, vienen por haber destrozado los ecosistemas que suponían nuestra mejor vacuna contra las zoonosis se puede encontrar en muchas de las múltiples aportaciones divulgativas o científicas de Fernando Valladares.
 

ESTO NO VA DE TENER LA RAZÓN

 

[Imagen de Quino (Mafalda)]

 

El objetivo del ser humano cuando defiende sus razones no es tener la razón.

La razón nos sirve para aproximarnos a la realidad, pero siempre es una pequeña parte de la realidad la que se observa, además la realidad siempre se percibe a una escala concreta y nuestra percepción siempre es acotada y limitada o dirigida por los factores que desencadenan el acto de percibir y analizar la realidad.

La razón siempre se pone en marcha motivada por algún mecanismo fisiológico, y aunque formalmente el acto de razonar pueda estar libre de subjetividades, ese mecanismo fisiológico que desencadena el razonamiento condiciona qué escala y parcela de la realidad observamos y cuánto nos aproximamos a ello.

Por tanto, el objetivo último del ser humano cuando explica su modelo de la realidad no es tener la razón, sino satisfacer el mecanismo fisiológico que desencadena el razonamiento. Entonces, ¿por qué queremos tener razón? Bueno, el autoconvencimiento de que el intento de aproximación a la realidad ha sido exitoso refuerza la satisfacción del mecanismo fisiológico que desencadena el razonamiento. Además, si el modelo de uno convence a uno, es probable que pueda convencer a otros, y si convence a otros convence a uno.

Los mecanismos fisiológicos que desencadenan la razón pueden ser diversos, pero me gustaría centrarme en uno que creo que es crucial para entender la lucha de razones que se está produciendo actualmente a raíz de nuestro colapso civilizatorio. Me estoy refiriendo a la necesidad fisiológica que siente una persona de mitigar su dolor emocional. Sí, razonamos y pensamos para resolver los problemas que nos provocan dolor.
 
Se puede sufrir por lo inmediato, por ejemplo, ¿quedará papel higiénico mañana en las estanterías del súper? Pero también se puede sufrir por lo futuro, por ejemplo, ¿qué futuro les espera a mis hijas o a mis nietas? ¿y a las nietas de mis nietas?

Se puede sufrir por lo propio, por una molestia física personal, como el hecho de tener que fregar los platos, o que no puedas coger un avión para ir a Bali porque el precio del billete ya se te va de presupuesto, o porque te han diagnosticado cáncer. Pero también se puede sufrir por lo ajeno, al pensar en el dolor que vive a diario la gente del tercer mundo desde que les colonizamos y desde que alteramos su clima con las emisiones del primer mundo.

Cuando uno sufre por no poder comprarse el mejor coche o la mejor casa, o por no poder frecuentar los lugares más guais del planeta, su razón le lleva a buscar las vías para conseguirlo, su razón le dice que el sistema es bueno porque permite que existan esas vías, y su razón le dice que un sistema que se rige por la suma de egoísmos es el que permite que la cultura, la tecnología, y el bienestar en definitiva, aumenten, al principio sólo para los que depredan, pero a la larga todos se benefician.

Este tipo de personas rechazan de pleno la posibilidad de que las vías proporcionadas por este sistema para mitigar su dolor se estén desmoronando. Pero las vías que permiten progresar a uno creyendo que no va a tener que asumir los costes derivados de hacerlo están cada vez menos al alcance de cualquiera. Y entonces razonan: la evolución está seleccionando a los mejores para el nuevo futuro, y yo soy el puto amo, el futuro es mío, pero porque me he esforzado, nadie me ha regalado nada, todos nacemos con circunstancias que nos lastran en la vida, pero si no las superas y prosperas es porque tu genética del esfuerzo falla, o porque eres negativo y pesimista, y estás condenado. La naturaleza (no nosotros) está apretando el nudo de la corbata y solo los que se esfuerzan lo suficiente pasarán la prueba. Y por supuesto, si al final el nudo de la corbata les ahoga también a ellos, a pesar de haberse esforzado, siempre hay un enemigo al que culpar de ello: la naturaleza apretaba, y eso podía asumirlo, pero algún indeseable me ha apretado de más.

Estas personas, por su falta de cultura, no entienden que todo lo que consiguen y tienen en esta vida es gracias a que se apoyan en hombros de gigantes. Sin el conocimiento y las infraestructuras adquiridas durante siglos, sin el concurso de millones de agentes cada uno aportando su granito en la cadena productiva de la megamáquina, sin las relaciones de dominación establecidas a lo largo de la historia, su esfuerzo solo les serviría para poco más que mantenerse con vida.

También están los que sufren porque aman la tecnología y se resisten a aceptar que no podamos seguir doblegando con ella a la naturaleza. Sueñan con trascender su propia materia y condición biológica. Adolecen de una falta de visión sistémica muy grave y piensan que el PROBLEMA del mundo se reduce a una simple suma de subproblemas técnicamente resolubles de forma aislada. Su razón les lleva a pensar que la razón no tiene límites.

Este tipo de personas aman la ciencia, pero su pensamiento científico se circunscribe sólo a su campo de acción. Les estimula resolver problemas de su campo y dan por sentado que su resolución siempre implica pasar de una situación menos idónea a otra más buena, porque niegan que hacer algo tan bueno y bello como resolver un problema lógico-mecánico (matemático en esencia) pueda acarrear algo negativo.

Estas personas, por su falta de visión sistémica y su falta de formación multidisciplinar, debido al ensimismamiento en su campo, no entienden que, tras haberse sobrepasado el cenit de las energías fósiles, las energías renovables no van a evitar que sigamos decreciendo cada año un poquito más. No entienden que, para acercarnos al objetivo de emisiones de GEI casi nulas, el parque renovable existente, y por tanto nuestra energía disponible, deberá ser de muy baja escala, porque instalar y mantener un parque gigantesco implica extraer, degradar y emitir GEIs a marchas forzadas. Es normal, les duele ver que algo que funciona tan bien en su escala y contexto apropiados no sirva para sostener nuestra megamáquina, ni tan siquiera para evitar que se desmorone. Y para evitar ese dolor simplifican el problema y dirigen su razón hacia un idílico lugar donde ya no les duele. Recaban cuantos datos necesitan, hacen sus números y, ¡voilà! ¡les sale!

Por último están los que sufren por el dolor pasado, presente y futuro de la especie humana. Ven que ese dolor supera al dolor que se siente por no tener abundancia material. Ven que ese dolor es mayor que el que se siente cuando uno ve que la ciencia por bella y potente que sea no sirve para poder seguir creciendo ni tan siquiera para mantener lo que tenemos. Sufren porque ven que hay muy pocos como ellos, y que siendo tan pocos no van a conseguir evitar un colapso tan profundo que minará la capacidad de asistencias mínimas vitales de nuestro sistema, como la sanidad, la alimentación o el agua potable.

Por eso esta gente trata de mirar al bosque en su conjunto, renunciando a la tentación del árbol. Su razón les lleva a concluir que la mejor forma de paliar su dolor es aceptando que hay que tener menos cosas, muchas menos, para poder mantener las importantes, o, incluso, para poder adquirir nuevas posesiones inmateriales que vengan a cubrir el hueco dejado por las materiales.

Y esta gente quiere tener razón y convencerse y convencer, porque saben que si no convencen estamos perdidos.

El resto de gentes que razonan sobre estos temas no necesitan hacerlo para convencer, ya que son mayoría y todos están de acuerdo en sus planteamientos. Lo hacen para reforzar su autoconvencimiento y con la única intención de evitar perder adeptos en sus filas. Vamos, que la función de su razonamiento es de refuerzo de algo que ya ha sido aprendido a fuego. No es una función iluminadora o renovadora.

Entonces, no razonamos porque tengamos razón, aunque queramos tenerla. Razonamos porque hay algo que nos duele y necesitamos remediarlo. Y si el dolor que hay que aliviar supone arreglar algo increíblemente difícil de arreglar, el despliegue de nuestro razonamiento tendrá que ser enorme, en consonancia con el reto. Pero si el dolor se pasa comprando un coche o creyendo en cuentos de hadas tecnológicos, no voy a necesitar mucho razonar para lograr quitarme el dolor.

Friday, October 2, 2020

¿Y EL HIDRÓGENO?

"Los discursos tecno-optimistas destilan habitualmente cierta confusión entre tecnología y energía, como si se tratara de la misma cosa. La premisa es tan sencilla como errónea: desarrollando la tecnología, encontrar nuevas fuentes de energía no será un problema. Tampoco lo será el crecimiento en su consumo: se esboza un futuro idealista de economía desmaterializada donde, gracias a la eficiencia tecnológica, la producción se desacoplará del consumo energético (y del uso de los recursos en general), requiriéndose cada vez menos energía por unidad de producción, ad infinitum. Se obvian así los límites físicos y la segunda ley de la termodinámica, que nos habla de la irremediable degradación de la energía." (Introducción de un artículo de Samuel Martín-Sosa Rodríguez para el número 134 de la revista Papeles).

La mayoría de la gente preocupada por los problemas de sostenibilidad, que amenazan la continuidad de los estándares de abundancia del primer mundo, apelan constantemente a la "tecnología" como solución a todo. Es normal que lo efoquen de ese modo, ya que desde los medios de comunicación de masas se proyecta la idea de que se puede sanar al enfermo terminal a base de taponar sus múltiples heridas con "tiritas tecnológicas".

Las células de un organismo que se halla terminal a las puertas de la muerte, se siguen afanando en cicatrizar cualquier pequeño corte hasta el último momento, cuando ya no sirve de nada hacerlo. Nos hallamos en un río infestado de cocodrilos y mosquitos, un cocodrilo nos está devorando una pierna, también nos pican los mosquitos, pero lo único que escuchamos en "las noticias" son debates a cerca de qué repelente anti-mosquitos es más adecuado. Los ciudadanos, los consumidores, los gestores, los empresarios, todos ensimismados en sus asuntos y atrapados en la rueda de la apisonadora del consumo, no podemos pararla ... ¿o sí?

Vayamos con el caso particular de la tecnología del hidrógeno. "Vamos a hidrogenizar TODO el transporte (aéreo, marítimo y terrestre) y a lograr así emisiones cero", nos venden desde los medios de masas.

"El empleo de hidrógeno como combustible en motores es ya una tecnología totalmente viable, robusta y con ventajas ambientales evidentes. ¿Por qué no se hace entonces un uso generalizado del mismo? La clave a esta pregunta parece encontrarse en la dificultad actual de asegurar un suministro adecuado del mismo a precios económicos." (http://www.madrimasd.org/blogs/energiasalternativas/2013/05/23/132064).

La obtención del hidrógeno, que nos venden como el material más abundante y "disponible" en la Tierra, se ha de hacer, o bien, a partir de la combustión de hidrocarburos, o bien, a partir de la electrólisis del agua. El problema es que la electrólisis es mucho menos eficiente que la vía de quemar combustibles fósiles, por lo que la obtención rentable del hidrógeno pasa por ser acoplada en la cadena de producción de las centrales termoeléctricas de carbón. Entonces, para que la obtención del hidrógeno sea "limpia", el reto que se plantea su industria es la implantación de sistemas de captación de CO2 instalados en las chimeneas de las centrales.

Luego tenemos un nuevo problema. Captura de CO2. Pero ... ¡¡LA CAPTURA DE CO2 REQUIERE ENERGÍA!!

Al liberarse el CO2 a la atmófera se produce ENERGÍA, como se ve por ejemplo en la reacción de combustión del etanol.



Y al captar el CO2 se necesita el aporte de ENERGÍA, como se ve por ejemplo en la reacción de la fotosíntesis de las plantas.



O sea, parte de la energía que se obtiene al liberar el CO2 habría que volver a usarla para poder recapturarlo de nuevo, si queremos que el proceso sea sostenible en el tiempo.

"En una central termoeléctrica, la captura de CO2 podría aumentar los costes de producción de electricidad entre un 35% y un 85% dependiendo de las diferentes posibilidades de diseño, operación y financiación de la central." (https://www.greenfacts.org/es/captura-almacenamiento-co2/l-2/3-captura-co2.htm).

Es decir, todos esos costes añadidos (de I+D, implantación, mantenimiento, energía extra ...) redundarían en una pérdida de beneficios para la empresa, y eso al final es decrecimiento del PIB. ¿No sería más fácil e inocuo para el planeta que decreciéramos por el simple hecho de dejar de hacer cosas (inútiles) en lugar de tener que decrecer por el hecho de seguir haciendo cosas (inútiles)?

Pero el "reverso tenebroso" de la captura de CO2 no acaba ahí.

"... la situación más irónica que se puede dar es la derivada de combinar directamente la pretendida solución de la captura de carbono con la continuidad de la explotación de combustibles fósiles. Para apurar las reservas de petróleo, se emplea a menudo la inyección de gases como el CO2, para reducir la viscosidad y permitir que el combustible fluya. Este proceso (recuperación mejorada de petróleo) se lleva a cabo en condiciones de rentabilidad económica si se dispone de una fuente de CO2 abundante y barata. Del mismo modo, los defensores del desarrollo de las técnicas de captura y almacenamiento de carbono antes descritas, apuntan a que el desarrollo a gran escala de esta tecnología solo será económicamente posible si se acopla a procesos de recuperación mejorada de petróleo. Y así ya tenemos servida la perversión climática en estado puro: como solución al problema del CO2 que los combustibles fósiles han creado, planteamos una tecnología para retirarlo de la atmósfera que solo es viable con la condición de que sigamos quemando combustibles fósiles. Nos esclavizamos así a la droga que nos mata lentamente." (Artículo de Samuel Martín-Sosa Rodríguez para el número 134 de la revista Papeles).

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ya destaca en sus informes que no es suficiente con reducir emisiones, e insiste en la necesidad del desarrollo de los métodos de captura para poder alcanzar el compromiso de permanecer por debajo de los 2 grados cent. con respecto a temperaturas preindustriales. Y este reconocimiento explícito por parte del panel científico del IPCC es usado por lobbies y gobiernos para otorgar el calificativo de "científicas" a sus decisiones políticas. Autoritarismo científico.

Nadie da duros a cuatro pesetas. No se puede vivir sin consumir energía y materiales. Pero si además de vivir se quiere crecer, ésto solo puede hacerse a costa de degradar la base que nos sustenta. A costa de ir quitando a nuestra base una peseta de cada duro.

¿Qué significa una economía de cero emisiones? Pues, una economía estacionaria, donde el uso de energía y materiales es reducido y constante, no crece, la población también se queda en niveles constantes de equilibrio y no crece. En esta economía nadie obtiene un beneficio "extra" de su actividad. La diferencia entre ingresos y gastos es cero. Los duros se dan a duros en una economía estacionaria.



Wednesday, September 23, 2020

CARTA A REVOPROSPER

(Imagen de Casdeiro)
 

El siguiente texto fue mi respuesta a un artículo publicado en www.revoprosper.org por Neus Casajuana (https://www.revoprosper.org/2020/09/19/urge-descarbonizar-a-marchas-forzadas/). En primer lugar quiero decir que los contenidos y propósitos de esa web son de mi agrado y aplaudo su trabajo. Se habla de decrecimiento y cenit del petróleo de forma explícita, eso está bien. Lo que no me gusta tanto es que percibo un esfuerzo excesivo, y bienintencionado sin duda, por divulgar todo aquello que tenga que ver con la posibilidad, en mi opinión poco realista, de esquivar el colapso.

En el artículo se aplaude la propuesta de Ursula von der Leyen de reducir para 2030 las emisiones de gases de efecto invernadero un 55% respecto a 1990 en la UE. Para mí esa propuesta, además de ser un brindis al sol, se queda corta en relación a las necesidades reales de decrecimiento que tenemos por delante para enfrentar la crisis climática y ecológica.

Se dice también que la solución pasa por exigir a nuestros gobiernos que se apliquen políticas del estilo de las "Cuotas negociables de energía" (TEQs acrónimo en inglés) o los "Impuestos al carbono y dividendos" (Fee and Dividend en inglés). A mí todo eso me lleva a eco-incógnita.

Es sabido que el ahorro y la eficiencia no funcionan sin racionamiento de la energía: como la energía añade valor a las cosas, permite ganar dinero, entonces, sin racionamiento, en una economía donde el objetivo es ganar el máximo dinero, el ahorro y la eficiencia de unos lleva a que quede una energía libre que será aprovechada por otros rápidamente para ganar dinero.

Pero estas medidas, aunque proponen un mecanismo de racionamiento, permiten la compra-venta de los derechos sobre el uso del carbono. Pretenden que el capitalismo y el libre mercado, y la libertad de hacer el uso que se quiera de la energía (fabricando estupideces), pueden continuar sin problemas en un contexto regulado de energía global menguante.

Si permitimos que el objetivo de la economía siga siendo la maximización de beneficios, cuando la energía disponible es cada vez menor, estos beneficios acabarán obteniéndose a base de más degradación ecosistémica y más incremento de la pobreza social. Así, se conseguirá con estas medidas, que los ricos puedan consumir más barato lo que los pobres ya no puedan permitirse, incrementándose las desigualdades en contra del pretendido carácter social. Y si suprimimos lo social del eco-socialismo, podemos acabar en eco-fascismo.

 

*****************

 

Neus, me gustaría hacer notar que incluso la propuesta de Ursula von der Leyen puede que se quede bastante corta. Eso es “solo” una reducción de emisiones del 8% anual. Al menos a nivel de emisiones globales necesitamos unas tasas de reducción mayores.

Según lo explicado en un artículo de Timothy Lenton de 2019 (https://www.nature.com/articles/d41586-019-03595-0), si queremos tener al menos un 50% de posibilidades de no superar los 1.5 grados cent. por encima de niveles preindustriales, sólo podemos emitir 500 Gt de CO2 adicionales (el budget de CO2 lo llaman). Pero teniendo en cuenta que las emisiones del Permafrost se llevarían por delante 100 Gt de ese budget y la degradación del Amazonas y bosques boreales otras 90 Gt y 110 Gt respectivamente, solo nos quedarían 200 Gt disponibles para emitir.

Para poder cumplir con este draconiano presupuesto, como actualmente quemamos cerca de 40 Gt en un año, tendríamos que decrecer en emisiones de CO2 a un ritmo del 17% anual durante 20 años, para llegar a emisiones nulas sin pasarnos de esas 200 Gt. Así emitiríamos 190 Gt en total. Esto es la suma de 20 numericos 33.2+27.6+22.9+…+2.9+2.4+2+1.7+1.4+1.2+1 = 190 (cada sumando es la cantidad emitida en cada uno de los 20 años, que se va reduciendo en un 17% cada año). Pero 17% es más del doble de lo que Ursula propone.

No obstante, lo que decía el informe del IPCC de 2018 respecto al budget disponible de CO2 para no superar los 1.5 grados cent., es que debíamos alcanzar emisiones cero alrededor del 2055. Esto supone una reducción anual del 10%, partiendo de las 40 Gt en 2020. Pero, lamentablemente, este escenario de reducción incumple el budget de 200 Gt al que se alude en el artículo de Lenton, ya que la suma de los 35 valores correspondientes a los 35 años de reducción asciende a 350 Gt.

Como podemos comprobar, no es fácil dilucidar cuánto necesitamos decrecer para evitar entrar en escenarios catastróficos del calentamiento global (2 grados cent. por encima de niveles preindustriales). Eso es así, porque las distintas predicciones se basan en diferentes modelos matemáticos, cada uno de ellos asumiendo unas simplificaciones diferentes.

Lamentablemente, es más fácil saber lo que sí podemos decrecer que saber lo que debemos decrecer. Y lo que vamos a decrecer está completamente determinado por la situación de declive de la industria petrolífera. No es un declive motivado por la buena conciencia planetaria y determinación de nuestros políticos y poderes fácticos, es un declive impuesto por los límites biofísicos que ya han sido extralimitados.

El 81% de toda la energía que consume nuestra megamáquina viene de los combustibles fósiles. El 32% de toda la energía que consume nuestra megamáquina viene del petróleo. Esto no es caprichoso, y se debe a que la densidad energética y versatilidad del petróleo es muy superior al resto de fuentes de energía. Pero cada vez es más costoso extraer lo que queda de combustibles fósiles (la mitad aprox.) y la energía neta que se obtiene de ellos ya es cada año menor. Esto es la llegada del peak oil.

Según conclusiones del informe de la Agencia Internacional de la Energía de 2018 (analizado por Antonio Turiel en https://crashoil.blogspot.com/2020/04/la-tormenta-negra.html), si la producción de la ruinosa y depredadora industria del fracking se multiplica por tres, se pronostica una caída del sector petrolero de tan solo el 13% para 2025. Esto es una tasa de decrecimiento anual del 2.5% aprox. Pero si el fracking se multiplica por cero (y es lo más probable a juzgar por los datos https://crashoil.blogspot.com/2020/09/nadie-al-timon.html), la caída será del 40% para 2025. Esto ya es una tasa de decrecimiento del 10% anual aprox. Podemos asumir que la cantidad de emisiones de CO2 es exactamente proporcional a la cantidad de petróleo consumido, ya que si baja la cantidad de petróleo disponible, todo el resto de actividad que también genera emisiones bajará en una proporción similar debido a su dependencia del petróleo, porque es el petróleo la sangre que mueve nuestra megamáquina de producción y consumo.

Como podemos ver, no es seguro que el peak oil, aun devastando a la economía mundial, nos salve del calentamiento excesivo. Tan solo asegura un decrecimiento del 10%, lo que estaría de acuerdo con el presupuesto marcado por el IPCC, pero quedaría por debajo de lo exigido según el budget de las 200 Gt del artículo de Lenton.

Conviene por último hacer notar que administraciones y corporaciones, apelando al Green New Deal, al desarrollo sostenible, la digitalización, la des-materialización, etc, nos quieren hacer creer que podemos continuar enganchados a un montón de estupideces innecesarias sin dañar al planeta, pero eso es mentira: no se puede fabricar lo que consumimos hoy en día sin usar cantidades ingentes de energía fósil y recursos no renovables y sin seguir dañando los ya de por sí moribundos ecosistemas planetarios. Y no se puede llenar el planeta de coches eléctricos, paneles solares, baterías y molinillos sin usar cantidades ingentes de energía fósil y recursos no renovables y sin seguir dañando los ya de por sí moribundos ecosistemas planetarios. Todo eso es Greenwashing. Cortina de humo. Siempre se habla en los medios mainstream de que el objetivo es reducir emisiones dando a entender que esto se puede hacer sin decrecimiento económico, sin descenso del PIB. El enemigo siempre son las emisiones de CO2 y no nuestra manía de querer tener repletas las estanterías de los supermercados o los tanques de las gasolineras. Se vende que el capitalismo tiene arreglo, que sólo es cuestión de voluntad política y no es cierto.

El capitalismo por definición vive del flujo del capital y de su reproducción. El dinero se ha de mover y al hacerlo crece. Pero al hacer circular el dinero siempre hay un gasto energético, y el 81% de ese gasto es de origen fósil. El capitalismo no tiene arreglo, y además está muriéndose. Pero lo triste es que ni siquiera vamos a poder dar una alternativa eco-social a este sistema depredador. Aún no. Aún tenemos que sufrir la siguiente parada del “tren de la bruja” colapsista: el eco-fascismo.

Sí, los super ricos llevan tiempo preparándose para esto. Saben que a los pobres del tercer mundo no les va a hacer gracia enterarse de que ya no va a haber petróleo para que ellos puedan crecer, después de siglos esclavizados, habiendo creído que algún día el mágico efecto goteo del capitalismo les irrigaría lo suficiente. Saben que a los pobres del tercer mundo no les va a hacer gracia enterarse de que las élites del primer mundo les quiere dejar morir (literalmente) ante la debacle del calentamiento global y del resto de crisis globales, principalmente provocadas por los desmanes primer-mundistas. Saben que los pobres del mundo enfurecidos pueden aplastarlos y se han preparado para evitarlo y poder proseguir con su opulento estilo de vida a costa de quedarse para ellos solitos todo el menguante pastel fósil.

Se aproximan tiempos muy difíciles, sobre todo para los desarrapados del tercer mundo. Pero en el primer mundo la gente de a pie vamos a tener que escoger entre (a) entender que no podemos seguir con nuestro estilo de vida opulento y aceptar el camino de la frugalidad, o (b) creernos los "cantos de sirena digitales” de la manipulación corporativa y acabar poniendo en bandeja de plata el poder político en manos de las élites eco-fascistas. En mi humilde opinión, la ignorancia generalizada y embriaguez a la que estamos sometidos junto con nuestra adicción a lo accesorio, harán que escojamos la segunda opción. Ojalá me equivoque.

Wednesday, September 16, 2020

¿NOS SALVARÁ EL PEAK OIL DEL CALENTAMIENTO GLOBAL?

Para entender lo pertinente de la pregunta, antes conviene una introducción para profanos. Después de la introducción pasaremos a aventurar una respuesta basada en algunas referencias importantes.

** Introducción **

La pregunta lleva implícita la afirmación de que los humanos ya no pueden revertir de manera voluntaria, consciente y ordenada el mecanismo que ha hecho entrar a la biosfera en colapso, y que tan solo podemos apelar al declive impuesto por los límites biofísicos a nuestra civilización como factor mitigador. La megamáquina va sin timón y acelerando. La posibilidad de algún control humano hubiera requerido décadas de concienciación, cambio de hábitos y construcción de una economía alternativa frugal, al estilo Ted Trainer, que si a caso se ha llegado a dar, ha sido, tristemente, a nivel anecdótico y claramente insuficiente para evitar la siguiente parada del "tren de la bruja" colapsista, esto es, el afianzamiento del ecofascismo.

Cada vez más, está tomando fuerza la certeza de que ya hemos pasado (probablemente en 2018) el pico de producción del petróleo en todas sus variantes (convencional y no convencional) (https://crashoil.blogspot.com/2020/08/por-que-no-hace-falta-preguntar-cuando.html). El resto de combustibles fósiles y el uranio también están a las puertas de cruzar, o ya lo han hecho, su pico de producción. Esto es, ya hemos sobrepasado el máximo de la curva de Hubbert y nuestro sueldo energético ya se está reduciendo un poquito más cada año.

El 81% de toda la energía que consume nuestra megamáquina viene de los combustibles fósiles. El 32% de toda la energía que consume nuestra megamáquina viene del petróleo. Esto no es caprichoso, y se debe a que la densidad energética y versatilidad del petróleo es muy superior al resto de fuentes de energía. Pero cada vez es más costoso extraer lo que queda de combustibles fósiles (la mitad aprox.) y la energía neta que se obtiene de ellos ya es cada año menor.

Hoy en día se sigue incentivando el gasto energético al que nos acostumbró la disponibilidad de petróleo fácil. Se gana dinero quemando la energía necesaria para extraer materiales, para fabricar cualquier cosa absurda o para realizar cualquier servicio inútil. Reciclar basura y reforestar bosques quemados hacen ganar dinero aunque cueste energía, hacen crecer el PIB. Por eso conviene tirar mucha mierda a los contenedores y por eso interesa mover lo de la biomasa. Sin embargo, destruir ecosistemas, socavar nuestro sustento vital y calentar el planeta con nuestra actividad, eso no computa negativamente en el PIB. Esto es así porque se deja que el mercado se autorregule a base de intereses personales compitiendo. Pero esa mano invisible de Adam Smith necesita dos cosas para funcionar: diversidad de competencia y crecimiento. Y ambas se están viniendo a bajo debido al declive fósil.

Los países desarrollados han podido seguir hasta ahora con su consumo energético habitual, a pesar de la brecha abierta por el peak oil, gracias a la emisión sin límite de deuda, pero este endeudamiento no ha podido evitar, a pesar de su pretendido carácter social, la pérdida de capacidad de consumo de la gente de a pie del primer mundo, que está haciendo que caigan las empresas "prescindibles" y sean absorbidas por las "imprescindibles", esto es, la pérdida de competitividad, afianzamiento del monopolio e incremento de la capacidad de manipulación y coacción de masas. Primera pieza del ecofascismo.

A los países productores y a los países con poder militar, hasta ahora, les ha interesado mantenerse bajo las reglas del juego del mercado global, lo que ha permitido que los países ricos sin petróleo o sin suficiente poderío militar hayan podido seguir recibiendo puntualmente su cuota de oro líquido.

Europa hasta ahora ha podido seguir, a pesar de las crisis, creciendo en su consumo de energía a base de amplificar su deuda y deslocalizar la producción a Asia, que sí ha experimentado un gran aumento de su demanda directa de combustibles fósiles por este motivo.

Estados Unidos ha podido seguir, a pesar de las crisis, incrementando su consumo de energía a base de su ruinosa industria del fracking, financiada también gracias a la posibilidad de incrementar deuda, y deslocalizando también parte de la producción a Asia.

Los billones de deuda, inyectados desde bancos centrales y puestos al servicio de los que controlan el cotarro de la producción de energía, han alimentado una burbuja que ha llegado a un punto insostenible. La amenaza del estallido de esta burbuja ha motivado grandes movimientos proteccionistas por parte de los estados que amenaza con romper el tablero de juego del mercado global y pasar al "sálvese quien pueda". A partir de ahora sólo tendrá petróleo quien pueda producirlo o quien pueda obligar por la fuerza a que se lo produzcan. Segunda pieza del ecofascismo.

Pero, ¿de dónde viene el "eco" del eco-fascismo? Ya casi todo el mundo reconoce que la obstinación en no contabilizar los costes medioambientales de nuestra depredación, y esa necesidad vital de crecimiento continuo en un planeta finito, ha conducido al calentamiento global y a la pérdida de servicios ecosistémicos vitales para nuestra propia economía y supervivencia. En los países de oriente próximo, la debacle climática y la pérdida económica derivada de la disminución en sus exportaciones de petróleo, ha conducido a guerras civiles y a desplazamientos humanos masivos hacia Europa. Pero la élite europea "fascista" entiende que ese efecto colateral del problema "eco" y del peak oil se puede subsanar dejando que se muera una gran parte de la población del planeta, esto es, darwinismo social. Entienden que tenemos un problema de límites al crecimiento de "toda" la población, y han llegado a la conclusión de que, para que una pequeña fracción de la población (ellos) pueda seguir quemando la energía que requieren sus estándares de vida, es preciso que la mayor parte de la población mundial (nosotros) dejemos de existir. Bueno, no quieren que todos los pobres nos muramos, algunos serán necesarios como esclavos en su nuevo mundo. Tercera y última pieza del ecofascismo.

Pero, un momento, ¿no será que estamos quemando menos energía fósil gracias a los acuerdos de París, las COP, el green new deal, el desarrollo sostenible, la digitalización y la des-materialización? No. Todo eso es una cortina de humo, o una puta mentira hablando en plata. Después de décadas y montones de acuerdos por el clima, las renovables siguen siendo una despreciable fracción del pastel energético. Su crecimiento sólo se explica porque TODO ha crecido. Las renovables sólo han existido porque han permitido ganar dinero a alguien. Y hasta la pobre Greta Thunberg está metida en el ajo (https://www.felixmoreno.com/es/noticias/38_40_un_cuento_de_sper_ricos_ii_realidad.html).

Un ejemplo paradigmático de lo que digo fue documentado por Antonio Turiel cuando asistió a la COP25 de 2019 en Madrid (https://crashoil.blogspot.com/2019/12/escondida-y-la-vista-de-todos.html). Ahí se vio cómo Coca-Cola o Lanjarón, desde sus stands en la cumbre climática, incitaban al consumo de sus productos alegando que, si sus envases provenían del reciclado, o si los reciclábamos después de usarlos, todo saldría bien. Sobre todo les iría bien a sus incrementos patrimoniales. Greenwashing.

Nos quieren hacer creer que podemos continuar enganchados a un montón de estupideces innecesarias sin dañar al planeta, pero eso es mentira: no se puede fabricar lo que consumimos hoy en día sin usar cantidades ingentes de energía fósil y recursos no renovables y sin seguir dañando los ya de por sí moribundos ecosistemas planetarios. Y no se puede llenar el planeta de paneles solares, baterías y molinillos sin usar cantidades ingentes de energía fósil y recursos no renovables y sin seguir dañando los ya de por sí moribundos ecosistemas planetarios.

Otro ejemplo, lo del diésel: nos mintieron con eso de que iban a eliminar el coche diésel para arreglar lo del clima y por el bien del planeta. En realidad, el tema es que el diésel solo se puede producir de manera rentable a partir del crudo convencional (más versátil que los no convencionales), y éste ¡ya tuvo su pico en 2005! Para hacer diésel, no sirven ni el shale oil, que es demasiado ligero, ni las arenas asfálticas por ser demasiado pesadas, pero ambas sí sirven para incrementar el montante de producción petrolera y que parezca que no hemos pasado el pico.

Pero claro, admitir la llegada del peak oil lleva implícita la renuncia al mantra del crecimiento infinito, ergo, adiós al "american way of life", adiós a eso que mantiene a la masa adormecida y sumisa, adiós al mito de que en el libre mercado todo el mundo nace con las mismas oportunidades de crecer, o que, como el crecimiento es infinito, solo es cuestión de tiempo que por efecto foteo al final te llegue la riqueza. Así es como han mantenido a la masa en el tercer mundo controlada, pero pronto esos pobres se darán cuenta de que no pueden crecer porque para ellos ya no habrá combustible, pronto se darán cuenta de que además quieren dejarlos morir. La élite ecofascista quiere estar preparada antes de que esa masa despierte y los aplaste. Yo también estaría acojonado.

** Respuesta **

Para responder a la pregunta que da título a este post, vamos a hacer uso de un modelo climático muy sencillo y por eso didáctico. Se trata de un trabajo de 2011 a cargo de James Hansen, el climatólogo jefe de la NASA, que fue muy bien analizado por Ferrán Puig Vilar en su blog (https://ustednoselocree.com/2011/05/20/que-es-lo-que-realmente-habria-que-hacer/). Digo que el modelo climático que usan es sencillo porque los lazos de retroalimentación lentos del sistema climático no han sido tenidos en cuenta. Entre estos lazos están la desintegración de grandes masas de hielo o las emisiones de CO2 y metano por calentamiento del permafrost o del lecho oceánico. El modelo no tiene en cuenta esos fenómenos porque por aquel entonces no se entendía bien cómo integrar eso y en cualquier caso se observaba una evolución lenta de los mismos que llevaba a pensar en efectos a largo plazo. Por otro lado, el mensaje que se desprende del trabajo, la urgencia de actuar ya, solo podría haberse visto reforzado por la inclusión de esos lazos que habrían empeorado las previsiones del modelo. Pero todo esto fue hace una década.

Las conclusiones de ese estudio se resumen en tres escenarios (recordemos que ahora estamos en 2020 y que el trabajo es de 2011):  

(1) Si en 2013 se empiezan a reducir las emisiones de CO2 al ritmo del 6% anual y además se retiran 100 giga toneladas de CO2 vía reforestación durante el período 2031-2080, prácticamente todo lo talado en la era industrial, se podría restaurar la concentración segura de CO2 de 350 ppm alrededor de finales del siglo XXI. Y estaríamos por encima de 1.5 grados cent. respecto a temperaturas preindustriales tan solo 50 años. Eso está bien, porque en menos de un siglo no hay tiempo, en teoría, para que se descongele masivamente la Antártida y Groenlandia mientras no superemos los 2 grados cent. Eso es crucial, porque si damos lugar a que se pierdan esas masas de hielo, ya no habrá vuelta atrás, aunque dejemos de emitir y recapturemos CO2 en el futuro, nos iremos a condiciones del Plioceno primero (más de 2 grados cent., hace 2-5 millones de años) y luego al Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno (más de 5 grados cent., hace 55 millones de años).

(2) Si ese programa de reducción de emisiones (6% anual) no se inicia en 2013 sino que se pospone hasta 2020, aún realizándose la recaptura en 2031-2080, tardarán en recuperarse las 350 ppm de CO2 unos 100 años, manteniéndonos por encima de 1.5 grados cent. todo ese tiempo. Eso ya empieza a ser un lapso peligroso para el tema de la fundición de la Antártida y Groenlandia. Los autores descartaban este escenario por demasiado peligroso.

(3) Si el programa de reducción de emisiones se pospone hasta el 2030, la concentración segura de CO2 no se alcanza hasta el año 2500, aún realizándose la recaptura en 2031-2080. Demasiado tiempo con calor, más de cuatro siglos. Antártida y Groenlandia se fundirían. Este escenario es mucho peor que el del punto (2) que quedaba descartado.

¿Qué ha ocurrido hasta 2020? Se ha hecho caso omiso de todo esto y se ha crecido todo lo que se ha podido hasta que no se ha podido más. Ahora ya en 2020 parece que empezamos a decrecer, obligados por la crisis del cenit de la producción fósil que se ha visto acelerada por la debacle de la pandemia Covid-19. Y ésta última es producto de nuestra superpoblación, super-conectividad y degradación ambiental generados por nuestra depredación y desarrollo fósil, que se ha llevado por delante a la mejor vacuna que teníamos frente a las zoonosis: la biodiversidad de la Naturaleza.

Pero, ¿cuánto necesitaríamos decrecer para evitar estar por encima del grado y medio más de 100 años y así evitar la deriva al Plioceno? Es decir, ¿podríamos volver al escenario (1) a base de incrementar ese 6% de decrecimiento anual un poquito? Vamos a hacer un ejercicio de simplificación grande del problema para dar una respuesta sencilla. La tasa del 6% tomada desde el 2013 supone llegar a emisiones cero aproximadamente en 2088. Entonces, si queremos ahora en 2020 llegar a emisiones cero en ese año necesitaríamos decrecer casi al 7% anual. Recordemos que si tan solo decrecemos al 6% anual desde 2020 y recapturamos las 100 GtC nos vamos al escenario (2) que los autores del estudio descartaban.

Y por fin, respondiendo a la pregunta del título del post, ¿cuánto vamos a decrecer con la ayuda del peak oil y no de nuestro sentido común? ¿Será suficiente? Aquí vamos a aceptar la simplificación de que la cantidad de emisiones de CO2 es exactamente proporcional a la cantidad de petróleo consumido, es decir, que si baja la cantidad de petróleo disponible, todo el resto de actividad que también genera emisiones bajará en una proporción similar debido a su dependencia del petróleo.

Vamos a dar respuesta destacando tres fuentes que hablan de la tasa de reducción en la producción y consumo de petróleo y tomaremos esto como referencias de la posible tasa de decrecimiento a la que podemos aspirar.

(a) Basado en los cálculos realizados en 2012 por Dennis Meadows (uno de los autores del famoso informe Limits to Growth), Manuel Casal Lodeiro augura que en 15 años desde 2015 sólo quedaría el 15% del petróleo (http://casdeiro.info/textos/2013/11/22/15-15-en-quince-anos-solo-nos-quedara-el-15-del-petroleo/). Es decir, para el 2030 sólo quedará el 15%. Para llegar a eso empezando a decrecer desde el 2020 necesitamos una tasa de decrecimiento del 17% anual. No está mal, si Meadows y Manuel tuvieran razón podríamos salvarnos de lo peor, a pesar de lo espeluznante de estas cifras para la economía mundial.

(b) En un informe, Rodrigo Villamizar, ex-consejero jefe de estrategia del Departamento de Energía de EEUU (analizado por Nafeez Ahmed en https://www.vice.com/en_in/article/3aze8j/the-end-of-the-oil-age-is-upon-us), pronostica con uno de sus modelos en 2019 una reducción del 31% para 2050 y del 60% para el 2100. Esto supone una tasa de decrecimiento de tan solo un 1.2% anual. Poquito. Villamizar destaca en sus conclusiones que esta tasa, aunque desastrosa para la economía mundial, sería insuficiente para evitar permanecer por debajo de los 2 grados cent. de aumento de temperatura marcado como límite por los acuerdos de París. Alguien que fue consultor económico senior del Banco Mundial y ministro de energía de Colombia, alguien del mainstream, nos alerta de manera no directa de que para cumplir con los objetivos de París habría que sufrir un grave decrecimiento económico aún mayor que ese 1.2% anual. La palabra decrecimiento no se usa en el artículo por ser tabú.

(c) Según conclusiones del informe de la Agencia Internacional de la Energía de 2018 (analizado por Antonio Turiel en https://crashoil.blogspot.com/2020/04/la-tormenta-negra.html), si la producción del fracking se multiplica por tres, se pronostica una caída del sector petrolero del 13% para 2025. Esto es una tasa de decrecimiento anual del 2.5% aprox. Pero si el fracking se multiplica por cero (y es lo más probable a juzgar por los datos https://crashoil.blogspot.com/2020/09/nadie-al-timon.html), la caída será del 40% para 2025. Esto ya es una tasa de decrecimiento del 10% anual aprox. Esto sí es más del 7% que hemos calculado como necesario para entrar en el escenario (1) de Hansen.

** Conclusión **

Según el modelo "optimista" de Hansen, necesitamos desde 2020 una caída del 7% anual para entrar en el escenario de evitar ir al Plioceno. No se evitarán muchos males ya, pero aún se podría evitar lo peor. Arriesgando mucho podríamos permitirnos decrecimientos no menores del 6% anual. Para entrar en este rango 6-10 tenemos que confiar en que efectivamente el fracking se vaya al carajo. También tenemos que rezar para que el modelo de Villamizar se haya quedado corto. Quizás él supuso que el fracking no iba a quebrar. Además, debemos confiar en que las élites ecofascistas tengan a bien eso de la recaptura del CO2, sin hacer mucho caso a la geoingeniería, patrocinada por Bill Gates el filántropo, y más bien a base de reforestar. Debemos contar también con que en los próximos 100 años, esos tiranos llamados a esclavizarnos, no nos obliguen, para mantener su opulento nivel de vida, a quemar demasiado del menguante pastel fósil y a seguir degradando el planeta a ritmos prohibitivos. Damos por sentado que la propia falta de petróleo pondrá límite natural a eso, pero no es seguro.

Quizás, aunque ya no podamos evitar las guerras, las enfermedades y la muerte, permitida y deseada por algunas élites, de miles de millones de personas, aún se pueda evitar el peor desenlace del calentamiento global para las generaciones futuras de humanos. Pero eso solo será así si el caos reinante en las mentes de esas élites acaba por azar dejando que así sea. Puede que antes de sucumbir ellos también al proceso de declives energético y de complejidad irremisible e imparable en el que hemos entrado, consigan por pura casualidad evitar que entremos en el Plioceno. Eso haría posible que las comunidades permacultoras posteriores al ecofascismo tuvieran una oportunidad de seguir cultivando el espíritu humano algunos cientos de miles de años más. En cualquier caso, al Cosmos todo esto se la trae al pairo, aunque a algunos de los que tenemos hijos ahora nos importe como lo que más.