Tuesday, February 23, 2021

CARTA A UN NEGACIONISTA DEL COVID

 

 

Esta es mi respuesta al Señor_X, un negacionista del covid con el que guardo correspondencia. En su último correo me trataba de convencer de la no existencia del virus Sars-Cov-2. Para ello me invitaba a escuchar las enseñanzas de José Antonio Campoy, director de la revista Discovery DSalud, uno de tantos espabilados oportunistas que han hecho negocio de la desgracia.

 

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Señor_X, este José Antonio Campoy no tiene ni pajolera idea de lo que habla, o sí sabe, y miente deliberadamente.

Dice que es imposible aislar el supuesto virus Sars-Cov-2, y que por eso no se ha demostrado su existencia. De acuerdo, pero es que luego habla de otro coronavirus, el Sars-Cov-1, pero de éste no dice que no se haya podido aislar. Es decir, para él la tecnología sí ha podido aislar virus similares, pero, ¡oh!, ¡qué casualidad! el Sars-Cov-2 es tan escurridizo que se resiste a esas técnicas. Entonces, no han podido aislarlo y se lo han inventado.

Él dice que la enfermedad existe, pero que no es atribuible a un virus porque ese virus no se ha podido identificar. Sin embargo el cuadro de síntomas es de un virus. No tiene sentido: si los síntomas son de virus, el principal responsable de la enfermedad, debería ser un virus. Según el criterio que tanto te gusta de "la Navaja de Ockham", la explicación más simple es la más plausible, y en este caso lo más simple es pensar que detrás de covid hay un virus. Y si existen técnicas, sobradamente contrastadas, para aislar virus, no tiene sentido que no se pueda aislar y secuenciar al virus responsable del covid. Durante décadas se han conseguido aislar y secuenciar miles de genomas de virus, y también, de otros organismos mucho más complejos que los virus. Tenemos el genoma completo del ser humano.

Mira, creo que este señor no sabe cómo se secuencia y aísla el genoma completo de un organismo, o de un virus en concreto. Te explico: él habla de la PCR y se centra solo en eso. Dice que la PCR solo permite leer pequeños fragmentos de 200 pares de bases aproximadamente. Es cierto, pero el que sean fragmentos cortos solo es un problema de cara al diagnóstico, no de cara a la secuenciación completa del genoma. Está confundiendo diagnóstico, que usa sólo algunos pocos fragmentos específicos (y por eso puede fallar), con secuenciación competa, donde se consigue ensamblar miles de esos pequeños fragmentos para lograr el genoma completo del organismo.

El proceso de secuenciar todo el genoma es mucho más costoso que identificar solo algunos pocos fragmentos, pero claro, para diagnosticar a millones de personas no te puedes plantear un método tan costoso como secuenciar todo el genoma del virus millones de veces, sino que se supone que con identificar algunos fragmentos suficientemente específicos ya es suficiente. De acuerdo, acepto que las herramientas de diagnóstico puedan dejar mucho que desear y devuelvan muchos falsos negativos y falsos positivos. Pero de ahí a decir que no se puede secuenciar el genoma completo del virus es no saber de lo que se está hablando.

Te explico cómo se secuencia un genoma completo. Yo sé de esto, porque llevo trabajando más de 10 años con gente que se dedica a hacerlo todos los días:

(1) Primero se toma la muestra que supuestamente contiene al virus responsable de la enfermedad. Una muestra de saliva o esputo.

(2) Se extrae TODO el material genético de la saliva. Obviamente, ahí habrá de todo, ADN humano, de bacterias, hongos, etc. No importa, todo eso se fragmenta en pedacitos (en torno a 300 pares de bases) y se pasa a la siguiente fase.

(3) Todos esos trocitos se multiplican o amplifican usando la técnica de la PCR. La polimerasa es una encima que copia los fragmentos, los replica muchas veces. Esto es necesario, porque si no hay varias copias del mismo fragmento, la máquina que se va a encargar de leer las bases del genoma (la máquina secuenciadora) no tiene bastante resolución, no le llega suficiente señal. Hay que amplificar con PCR para aumentar la señal y que el secuenciador pueda detectarlo y leerlo.

(4) La muestra amplificada por PCR pasa al secuenciador. Estas máquinas valen una millonada, y es estúpido pensar que no hacen bien su trabajo cuando cientos de laboratorios en todo el mundo las compran y las usan y están satisfechos con sus resultados.

(5) Una vez está todo leído, lo que tenemos son millones de fragmentos del tipo ATCGTTTGC... de unas 300 letras cada uno. Y aquí entra en juego la bioinformática. También sé de esto un poquito, porque llevo 13 años viviendo de ello. Hay algoritmos de ensamblado y alineamiento contra bases de datos de genomas ya secuenciados, que consiguen reconstruir parcialmente los genomas de los organismos contenidos en la muestra original. Por comparación contra las bases de datos de organismos conocidos se puede descartar el material humano, bacteriano, de hongos o de todos los virus conocidos. Al final, queda un conjunto reducido de secuencias largas (de miles de bases cada una) que no coinciden con nada conocido, o en todo caso se parecen a los virus de un género concreto (en nuestro caso el género de los coronavirus).

(6) El último paso es coger esas secuencias largas y tratar de reconectarlas, para conseguir la secuencia completa. En este punto ya se sabe más o menos el orden en que van dispuestos estos fragmentos largos, y lo que hay son huecos que falta reconstruir. Para ello se vuelve a usar la PCR sobre la muestra original, pero esta vez forzando a que la polimerasa solo amplifique lo que hay en esos huecos que faltan para completar la reconstrucción.



Como verás, es un proceso largo y complicado, que ha costado décadas ir puliendo. Así se ha conseguido secuenciar el genoma del Homo Sapiens, y de tantos otros organismos mucho más complejos que un simple virus, de modo que es estúpido pensar que unas técnicas que permiten secuenciar organismos mucho más complejos no van a permitir secuenciar un virus mucho más simple.

Obviamente, ni José Antonio Campoy en sus discursos, ni el resto de periodistas en los medios usuales, entran en el detalle de este proceso, porque, como ves, es algo muy complejo que no se entiende fácilmente, los periodistas no lo saben explicar ni lo entienden, y al público en general tampoco le interesan todos estos detalles técnicos y complejos, o, en el caso de Campoy, no le interesa que el público entienda, así que no se explica, y como no se explica, ¡oh! ¡casualidad! eso significa que en realidad ¡no hay técnica alguna! Pues no, siento decirte que sí hay técnica y que, por suerte o por desgracia, funciona muy bien.

Mira Señor_X, yo no me enorgullezco de mi trabajo como bioinformático y considero que toda esta tecnología en el fondo solo sirve para beneficiar al capital y para que sigamos profundizando más y más en nuestro colapso como sociedad. Pero acéptalo, la técnica es real y permite aislar y secuenciar genomas completos de especies: humanos, perros, acelgas, fresas, hongos, bacterias, y sí, virus también. La técnica permite identificar especies nuevas todos los días, y sí, ha permitido identificar una nueva especie del género coronavirus que está contenida en las muestras de enfermos de covid.

Coincido contigo en que es cierto que muchas veces en esta sociedad nos engañamos pensando que una técnica o ciencia puede hacer milagros y es mentira. Ese es, estoy de acuerdo, el gran mal de nuestro tiempo, la ciencia, que en su día nos liberó de la religión, se ha convertido hoy en una religión y se tiende a pensar que la ciencia todo lo puede y va a salvarnos de todo.

La ciencia, que en origen nos liberó del yugo de la ignorancia y la manipulación, hoy día, debido a la enorme especialización y compartimentalización del saber, se ha convertido en una caja negra para el gran público y solo accesible parcialmente por especialistas. Esto posibilita la tecnocracia y la manipulación de masas. Ya no hay renacentistas. Ya no hay gente con visión holística, y hemos vuelto por eso al caldo de cultivo de la manipulación. En la Edad Media se manipulaba por falta de saber, y hoy día se manipula por exceso de saber.

No me enorgullezco de lo que ha conseguido la ciencia, pese a la belleza de todos sus ingenios. Las máquinas trituran naturaleza para poder seguir construyendo máquinas que nos salven del colapso de los ecosistemas, un colapso provocado por las máquinas. Es una locura. Y en esas estamos.

Pero esto no significa que la técnica que permite secuenciar y aislar especies nuevas no funcione. Funciona y funciona muy bien. Aunque es cierto que esto tampoco no nos va a salvar del colapso, tan solo va a permitir taponar con una burda tirita un efecto visible de un sistema gravemente disfuncional: nosotros.

Deja de luchar contra molinos de viento Señor_X. El único enemigo está en nuestro interior, y hay que aprender a bailar con ese enemigo, hay que hacer TaiChi con nuestra propia mente.

Te recomiendo que empieces a leer cosas que vengan de gente con más criterio y mejores intenciones que las que tienen toda esta pandilla de conspiranoicos magufos a los que escuchas. Por ejemplo, estaría bien que leyeras a Antonio Turiel. Su último libro, Petrocalipsis, es muy buen punto de partida. Este señor se dedica a denunciar lo mal encaminados que vamos como sociedad y cómo nos estamos hundiendo más y más en un hoyo muy profundo. Él es doctor en física teórica y sabe mucho de ciencia. Porque sí, para poder criticar algo hay que conocerlo muy bien antes. Él no es pesimista, es optimista porque el primer paso para superar un problema enorme es identificarlo correctamente y sin tapujos.

Te dejo un artículo suyo donde critica, con mucho más acierto que yo, el negacionismo frente al covid, por si quieres leerlo:

https://crashoil.blogspot.com/2020/08/agitacion-propaganda-y-confusion.html

Un abrazo Señor_X.





Thursday, February 18, 2021

ACABAR DONDE EMPEZAMOS

 

[Imagen de Wardha Esperanza]

 

No dejaremos de explorar, y el fin de nuestra exploración será encontrar el punto de partida y conocer el lugar por primera vez. [T.S. Eliot]


El ahorro y la eficiencia en la sociedad del peak oil

El asunto de la paradoja de Jevons o del por qué la eficiencia y el ahorro no pueden salvarnos, queda explicado de maravilla en el último libro de Antonio Turiel (Petrocalipsis): el ahorro y la eficiencia en un sistema que se rige por la maximización del beneficio individual no conduce a una disminución neta del consumo energético global sin la presencia de algún mecanismo racionador.

Es de cajón: por mucho que una empresa sea eficiente o ahorre energía, si ésta energía queda libre, y se permite sin trabas que cualquiera pueda usarla para triturar naturaleza y fabricar cualquier estupidez y enriquecerse con ello, pues sin duda así se hará.

El problema es que la intervención racionadora organizada desde el propio sistema es un imposible, puesto que implicaría deshacer los cimientos del propio sistema de mercado, y éste solo funciona siendo, no deshaciéndose. A falta de esa intervención racionadora, a lo que estamos asistiendo, es que se ha tocado techo físico de extracción, de modo que el racionamiento se nos está imponiendo desde instancias geofísicas.

Pero este racionamiento impuesto por el propio planeta no impone a su vez ningún mecanismo de reparto equitativo. Serán los ricos los que seguirán triturando lo poco que vaya quedando para seguir haciendo las estupideces que quieran, mientras que seremos los pobres los que cada vez tengamos menos para hacer lo necesario e imprescindible.

Y así seguirá siendo mientras a los ricos les sigan funcionando sus mecanismos de dominación por los cuales logran hacer que sus esclavos se sientan libres aceptando su yugo (Ver reflexiones filosóficas de Pepe Campana a este respecto en https://www.15-15-15.org/webzine/2021/02/13/puertas-al-campo/).

Mientras la gente siga creyéndose libre, pero sin serlo de verdad, no habrá uso sostenible de la energía. Y al revés, mientras no haya un uso sostenible de la energía el ser humano no será realmente libre. Es decir, la libertad humana pasa por volver a la permacultura. Mientras el individuo no sea realmente libre necesitará de mecanismos de racionamiento externos, ya sea impuestos por algún sistema o élite o por el propio planeta. Dicho de otro modo, para que las personas sean libres han de aprender a racionarse ellas mismas sin intervención externa.


Almacenamiento de información en la sociedad del peak computing

Es lógico pensar que una vez sobrepasado el pico de extracción de combustibles fósiles y de minerales críticos en tecnología, se pueda estar propiciando la llegada de otros picos de producción asociados, como por ejemplo, y de manera transcendente para la sociedad de la información, el asociado a la producción de microprocesadores y sistemas de almacenamiento de datos (ver investigación de Felix Moreno en su blog).

Según Antonio Aretxabala, la continuidad del crecimiento constante en la cantidad de potencia informática requerida a escala global, llevaría a que, en 2040, la tecnología digital requeriría la cantidad total de energía producida en todo el mundo en un año como por ejemplo 2010 (https://antonioaretxabala.blogspot.com/2020/07/una-reflexion-mas-en-torno-al-5g-y-los.html). Afortunadamente, tras haber sobrepasado los picos productivos, este crecimiento va a ser imposible.

Es crítico para el funcionamiento de la sociedad de consumo que se almacene, fragmente, manipule y, en definitiva, se posea la información, pero, ¿nos hace eso más sabios, más libres, más complejos?

En mi opinión, a la información, como a la energía, se le pueden aplicar los dos principios de la Termodinámica.

Según el primero, la información, como la energía, ni se crea ni se destruye, solo se transforma. Por tanto, la información no se posee (aunque así se pretenda), ni tiene valor por sí misma, es un proceso de intercambio, un flujo entre emisor y receptor.

Esos flujos han ido tomando diversas formas a lo largo de la historia de la humanidad, pero en el fondo solo reinventamos la rueda una y otra vez. La información, y la verdad, no tienen valor en sí mismo. Un ejemplo: es irrelevante que haya infinitos números primos, sin embargo cuando uno recita y comprende la demostración de esa verdad, entonces experimenta el flujo de esa información en su mente, y es cuando ésta adquiere valor.

Tras el peak memory y el peak computing, volveremos a los libros de papel, y luego quizás a la transmisión oral, pero el flujo de información no se detendrá.

El segundo principio de la Termodinámica es el principio de la entropía. Según este principio, cada vez que los sistemas usan energía para realizar trabajo útil, parte de la energía se disipa en una forma menos aprovechable. Pero, al menos durante un periodo de tiempo inmenso, la entropía en el Cosmos en general y en nuestro planeta en particular, no va a significar caos ni muerte, sino riqueza de posibilidades de cara al intercambio de información y en definitiva de cara a la vida. Carlos de Castro, lo explica muy bien por ejemplo en https://www.15-15-15.org/webzine/2015/03/01/cuatro-cosas-basicas-sobre-entropia-que-todo-ecologista-yo-interesado-en-el-pico-del-petroleo-los-limites-del-crecimiento-y-el-colapso-de-la-civilizacion-deberia-conocer/.

Los sistemas complejos cerrados, consiguen desarrollar su complejidad expulsando su entropía al exterior. Y para alcanzar su complejidad, nuestra sociedad ha intentado evitar la entropía a toda costa, separándose de la mayor fuente de información que es la propia naturaleza (Gaia). A medida que aumentábamos nuestra capacidad de almacenamiento de información, disminuía nuestra capacidad de sentir de verdad el fluir de la información.

También lo explicó muy bien Gödel con sus teoremas de incompletitud: o bien podemos tener métodos de razonamiento seguros (computación), pero de esa forma siempre existirán problemas que nunca podremos resolver, o bien podemos tener la capacidad potencial de resolver todos los problemas, pero sin la certeza de saber si los hemos resuelto bien. Nunca podremos tener certeza en los métodos y a la vez la potencialidad de resolver todos los problemas. Esto es como una especie de principio de incertidumbre de Heisenberg (que aplica a la energía) pero aplicado a la información.


Conclusión

La libertad del ser humano es tanto mayor cuanto más experimenta los flujos de información. En nuestro intento de apropiarnos de ciertas verdades y trascender a la Naturaleza, lo que hemos hecho en realidad es separarnos de la mayor fuente de información disponible, Gaia.

Tratar de limitar el flujo de información, ya sea apropiándosela, o estructurándola, ha hecho a la sociedad más compleja, más especializada o compartimentalizada, pero nos ha hecho más simples como individuos, porque nos ha desconectado de una red de relación que aún subyace.

Además, el esclavo no es libre con amo ni el amo puede ser libre con esclavo. Ambos son un lastre el uno para el otro. Esos gradientes de dominación que nos quitan libertad llevan necesariamente a un uso depredador de energía y recursos que a la larga se hace incompatible también con la propia vida.

Ni la riqueza ni la libertad son mayores con más posesiones materiales/energéticas ni poseyendo más información. Cuanto menos materia/energía e información acaparemos, más información podremos intercambiar con uno mismo y con la red de ahí fuera durante más tiempo. Y esa es la libertad o la felicidad a la que aspiro.