Thursday, June 16, 2022

LA LLEGADA DEL TECNO-MESÍAS


Esta vez sí, ahora es Repsol la que se autoproclama como el definitivo tecno-mesías que todos esperamos durante décadas para poder transicionar desde un capitalismo destructivo de la vida a otro que sea capaz de preservarla sin renunciar a la reproducción del dinero.

Dicen que su tecnología permitirá fabricar biocombustible sintético suficiente para una transición continuista del crecimiento. Se hará a base de hidrógeno verde y CO2 recapturado de la atmósfera. Además, arreglarán el problemita del clima porque el invento dará energía adicional para la recaptura del CO2 sobrante emitido en el pasado. Emisiones negativas, lo llaman. ¡Viva!

A continuación mi respuesta a un compañero del grupo "Emergencia climática" de Facebook que preguntaba nuestra opinión sobre este caramelito.

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Esto tiene pinta de ser otro timo ideado al calor de las subvenciones para la transición energética (continuista del sistema crecentista). Lavado verde de una empresa que se hizo rica con el petróleo pero que ahora se ve obligada a recurrir a este nuevo tipo de marketing para seguir haciendo dinero.

Dice que el combustible se hará con hidrógeno verde y CO2 capturado de la atmósfera. Como ya han visto que lo de mover vehículos (especialmente los pesados) solo con hidrógeno tiene pérdidas energéticas del 90%, pues tratan de vender la moto con nuevas versiones de la misma falacia termodinámica.

Veamos, la captura de CO2 y su posterior combinación con H2 ya lo hacen las plantaciones de caña de azúcar, remolacha, soja, etc., que se cosechan para producir biocombustibles, y eso tiene una TRE pésima, en torno a 1.

Pero el principal problema de los biocombustibles ya no es su baja TRE, que aún sería menor sin el respaldo fósil que hay detrás de todas las infraestructuras, producción, mantenimiento, etc., sino el hecho de que no se pueda destinar más suelo fértil ni más agua para su producción, ya que compiten por esos recursos con la producción de alimentos.

Es decir, tenemos un problema de escala con los biocombustibles. No se podrían escalar hasta el nivel de sustitución de los combustibles fósiles aunque ya no tuviéramos más remedio que hacerlo.

Pues con el inventito este pasa exactamente igual. No se va a poder escalar al nivel de sustitución que impone el modelo continuista que tratan de vender, y al final se quedará en un porcentaje ridículo de lo que ahora es la tarta energética, y además, solo destinado para usos imprescindibles, es decir ... para los ricos.

No se va a poder escalar porque no va a haber suficientes minerales raros imprescindibles en alta tecnología, porque no habrá suficiente petróleo para extraerlos de las minas ni para animar todas las cadenas de valor productivas que hay detrás de todas esas infraestructuras.

Simplemente, con el combustible sintético que esos sistemas alcancen a producir será imposible mantener todo el tinglado que da lugar a que esos dispositivos existan y, además, poder alimentar con ello el resto de procesos de la civilización industrial.

Es igual que cuando miramos la TRE de la fotovoltaica o la eólica. Si quitamos de la ecuación a las energías fósiles que están detrás del funcionamiento de toda una civilización industrial global necesaria para que esos dispositivos existan y funcionen, pues automáticamente su TRE cae en picado por debajo de 5 y ya no es posible mantener el sistema industrial crecentista con TREs por debajo de 8 o incluso de 10.

Y es que recuperar la energía solar, que es una energía que se parece mucho al calor, muy entropizada, es realmente costoso y nunca dará beneficios económicos reales. Lo mismo ocurre con la energía de fusión nuclear. Para que se forme una estrella en el cosmos y comience a fusionar hidrógeno han de confluir en un espacio reducido materia y energía en proporciones inmensas durante cientos de miles de años. Pretender hacer eso en la Tierra usando únicamente sus recursos y en tiempo record nunca será ecológicamente sostenible.

No hay energía gratis. La cantidad de energía obtenida es proporcional a las dimensiones de las fuerzas y materiales que dieron lugar a ese producto. El petróleo es denso energéticamente porque es producto del trabajo de fotosíntesis de cantidades ingentes de plantas y algas, y de la acción de las fuerzas gravitatoria, geológica y bacteriana durante millones de años. La energía de fusión que podamos producir en la Tierra debe por tanto obtenerse a partir de cantidades ingentes de materiales y trabajo previo. Es cierto que la energía almacenada en todos esos núcleos de H disponibles en los océanos de la Tierra es enorme, pero el problema es que hay que superar una barrera energética inmensa para poder acceder a ella.

El CO2 es algo que está increíblemente disperso en la atmósfera, 400 y pico partes por millón ... la vida vegetal lleva millones de años especializándose en recoger ese flujo altamente entropizado y en sacarle partido de la manera más óptima, pero no para crecer y obtener beneficios financieros, claro, sino para, junto con la mejor tecnología de reciclado (tasas del 99%) basado en la simbiosis y coordinación con el resto de organismos, pues lograr un metabolismo circular ... repito, economía circular.

¿Y a caso pensamos que estos capitalistas van a invertir miles de millones en fabricar toda esa tecnología para no obtener beneficios? ¿para simplemente igualar el metabolismo de Gaia y quedarse en el círculo? Obvio que no, aunque su invento lleve a TREs de 1 o menores, ellos siempre ganarán porque se llevarán calentito el dinero público de la subvención, o el dinero puesto por un fondo buitre que fue robado en los mercados de especulación financiera de alimentos básicos.

Todos estos inventos se venden y legitiman desde la óptica capitalista alegando que lo que se busca es la economía circular, la sostenibilidad. Pero es un oxímoron sin solución, el capitalismo nunca será circular, porque el círculo por definición no genera beneficios, los beneficios siempre se han generado depredando y expoliando, y cuando ya no se ha podido expoliar más, porque se ha abarcado hasta el último rincón del planeta y se han reventado todos los límites biofísicos, pues se sigue depredando al estilo autofágico ... y los pobres somos las células de sacrificio de este organismo que se autodevora.

Lo más ridículo de la noticia es cuando hablan de "emisiones negativas". Es tan ridículo como proponer la existencia del Perpetuum mobile. Es un imposible termodinámico.

Veamos, se supone que todo el "proceso" se va a alimentar con fotovoltaica y eólica, porque todo parte del hidrógeno verde, ¿no? Pues la única forma de obtener emisiones negativas es usando una energía "extra" para poder recoger todo ese CO2 "extra". Eso implica que necesitaríamos una TRE por encima de 8 o 10, que es lo que necesita esta civilización hipertrofiada para funcionar, y además, un poquito más de energía neta "extra" para dedicarla a esa extracción de CO2 necesaria para llegar a las emisiones negativas.

¿Ves dónde quiero llegar? Ya he comentado que la eólica y fotovoltaica se irían por debajo de TREs de 5 sin las fósiles. Pues una tecnología que depende de ellas nunca puede dar una TRE mayor, va en contra del 2º principio de la Termodinámica. Sin las fósiles detrás, esta tecnología de combustibles sintéticos que se alimentaría de la fotovoltaica y eólica no daría ni para los usos mínimos de una sociedad industrial, ¿cómo entonces va a sobrar energía neta para ser usada en extraer CO2 "extra" que deberá ser almacenado para ser excluido de la quema?

Todo, absolutamente TODO lo que se proponga, de cara a volver a un encaje por debajo de los límites de la biosfera, que no parta de la base de una contracción productiva, de consumo y de complejidad tecnológica es una absoluta y total falacia termodinámica reduccionista. No se puede volver al encaje dentro de Gaia aumentando más la complejidad tecnológico-industrial. Es que no hace falta ni profundizar en la técnica del invento. No es escalable sin energía fósil como respaldo, y todo lo que no sea escalable sin energías fósiles, sencillamente, no existirá cuando ya no haya suficiente de ellas. La alta tecnología necesita detrás una civilización súper intensiva en el consumo de energía. No se puede hacer tecnología compleja sin grandes consumos energéticos. Y no hay tecnologías capaces de proporcionar esas altas energías netas sin un respaldo fósil detrás.

 

Tuesday, June 14, 2022

CÓMO LLEGUÉ A LA CONCLUSIÓN DE QUE LA CIVILIZACIÓN ES INSOSTENIBLE (I)

Image credit: Borgward Hansa via Pixabay

 

Esta es la traducción de un artículo de alguien que prefiere permanecer en el anonimato y que escribe bajo el pseudónimo de 'B'. Mi agradecimiento a Carlos Lorenz Benlloch, compañero del grupo 'Colapso' de Facebook, por descubrir a esta excepcional autora o autor y por colgar este y muchos otros artículos suyos en el grupo.

Esta persona 'B' hace un despliegue impresionante de conocimiento multidisciplinar y lo proyecta con gran maestría para analizar la multi-crisis eco-social en curso desde un enfoque holístico. Pese al gran conocimiento técnico que se nota posee, su estilo literario es trepidante y ligero, evitando al máximo entrar en disquisiciones farragosas, consiguiendo de ese modo que nos sumerjamos cómoda y plácidamente en la visión completa de la cruda realidad de nuestros días.

Y pese a la dureza de su análisis, su discurso, una vez consigue liberar a nuestra imaginación de las telarañas del pensamiento mágico, invita a la exploración de todo un mundo nuevo de oportunidades de desarrollo de la madurez humana que se abrirán tras la resaca de nuestro pueril crecimiento fósil.

La aportación que deja en su blog es inabarcable para mí, pero iré dejando por aquí algunas de sus joyas traducidas al castellano, etiquetadas con la referencia 'textos de thehonestsorcerer B' para que se puedan acceder fácilmente.

Como de costumbre, nos servimos del magnífico DeepL Translator para la traducción.

Que lo disfrutéis.

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Un viaje personal

 

Permítanme empezar diciendo que no siempre he sido un "colapsista". Nací a principios de los años ochenta del siglo pasado en el bloque oriental de Europa. Era un niño normal interesado en los coches, la tecnología, los viajes espaciales y la ciencia. Pensaba sinceramente que la humanidad se convertiría en una especie espacial y colonizaría otros planetas. No tenía ninguna duda de que el progreso tecnológico y la ilustración no sólo eran incuestionablemente buenos, sino que continuarían inevitablemente en el futuro.

Por supuesto, yo también tenía mis propios fantasmas: como muchos niños de mi edad, tenía miedo de la guerra nuclear y de que los asteroides golpearan la Tierra. Sin embargo, con la caída de la Unión Soviética y la entrada de mi país en la OTAN, pensé que todos estos problemas estaban solucionados. Los buenos de los Estados Unidos nos protegerán de las armas nucleares y de los asteroides al mismo tiempo. ¡Viva!

Sin embargo, durante mis años en la Universidad Técnica, donde estudié ingeniería mecánica a principios de los 2000, me encontré accidentalmente con el tema del pico del petróleo. Me sorprendió. Como aspirante a ingeniero, sabía lo importante que es el petróleo para nuestro modo de vida (animar todas esas máquinas responsables de cosechar nuestros alimentos, llevarlos al supermercado y hacer posible la fabricación de muchos bienes). Me aterroricé al instante. Imaginé que nuestro mundo se quedaría sin petróleo de repente (de un día para otro, o eso creía) y todo se detendría, para luego colapsar en cuestión de semanas... Uf.

No hace falta decir que era demasiado para mí en aquel entonces. Instintivamente enterré el tema bajo el abismo más profundo de mi mente, le puse una tapa de 30 toneladas y traté con todas mis fuerzas de no pensar en ello... ¡y lo logré! Años más tarde, leí las noticias sobre el "éxito" de la fracturación hidráulica (fracking) para obtener gas y petróleo de esquisto, y pensé que por fin estábamos salvados. Los buenos de los Estados Unidos nos protegerán del pico del petróleo, de las armas nucleares y de los asteroides al mismo tiempo. ¡Viva!

Luego me enteré del cambio climático. ¡Maldita sea! Ahora, ¿cómo vamos a esquivar esto? Sin embargo, tras el shock inicial, mi instinto de negación entró en acción de inmediato y me hizo decir: Espera un momento, esto no va a ocurrir antes de 2100... y ¿qué son 1,5 grados de todas formas? ¡Un cacahuete! - o eso pensaba entonces. Yo contra el colapso: 2 a 0. ¡Uf!

Sin embargo, tener una mente abierta y curiosa no ayuda, por no decir otra cosa, cuando intentas meter todos los pensamientos negativos bajo una tapa de 30 toneladas. Seguí leyendo artículos de prensa sobre la crisis económica de 2008, los informes del IPCC, el aumento de las temperaturas y los desastres naturales y económicos. Maldita sea, 1,5 grados no son cacahuetes... De todos modos, probablemente no vamos a experimentarlo... Tal vez nuestros nietos... Así que seguí adelante.

Entonces, en una tarde soleada de mayo de 2019, en un vuelo a Londres, me encontré con un artículo de la revista New York titulado Uninhabitable Earth, de David Wallace-Wells.

Mierda.

No debería haber leído ese... ¡Hombre, eres demasiado curioso...!

A la tercera va la vencida -como dice el refrán- y efectivamente: por fin me tocó la fibra. No pude seguir manteniendo la tapa... Salió disparada y voló como un águila calva más allá del horizonte. Ya no la vi más, y tampoco la busqué.

Mi nueva conciencia sobre el tema del posible colapso de la civilización provocó una explosión de interés en todas las direcciones. No podía dejar de leer, escuchar y aprender lo suficiente sobre el tema. Libros, revistas científicas, estudios, blogs, entrevistas con decenas de científicos y expertos del tema, podcasts... Explorando todos los aspectos del colapso. Desde la antropología a la climatología, desde la economía a la geología, desde la historia a la ingeniería civil. Pros y contras.

No hace falta decir que el lado pro-colapso ganó la discusión. Sin lugar a dudas. Todo en el lado de los contras se sentía como beber el Kool-aid (ver nota de traducción): presumía de aplicar una dosis masiva de falta de respeto a la realidad física... sólo para demostrar que la humanidad puede salvarse... de sí misma.

Después de ver cómo todos nuestros problemas, o mejor dicho: dilemas, están interconectados (1), me he dado cuenta de que no hay una salida fácil. De hecho, ya es demasiado tarde para impedir que se produzca el desmoronamiento.

Tenemos una deuda de extinción que pagar
.

La sociedad, sin embargo, necesita más tiempo para darse cuenta de lo profundamente jodidos que estamos, si es que hay tiempo para ello. No obstante, se avecinan cambios profundos, por lo que decidí seguir siendo un prisionero para hacer oír mi voz siempre que la gente esté dispuesta a escuchar. Me di cuenta de que tengo muchas más posibilidades de influir en los demás y ayudarles a navegar por la vida cuando estoy en el mismo barco que ellos. En cambio, si hubiera decidido vivir en una choza de madera reciclada al borde de un bosque recogiendo nueces y cultivando verduras, sólo me habría salvado a mí mismo.

Aun así, esta decisión conlleva una seria dosis de disonancia cognitiva: ¿es realmente la mejor manera de abordar el problema...? Dejo que seas tú quien lo decida. Sin embargo, si sientes lo mismo, no te culpes. No estás solo en esto. Puede que también tengas una familia con hijos que criar, a los que quieres darles todo, menos el ostracismo. Puede que tengas un cónyuge o una pareja a la que quieres, pero que también está demasiado ocupado con la vida diaria como para pensar en el colapso. Es una opción completamente válida decidir seguir la corriente, siendo perfectamente consciente de la situación. Como dijo una vez Thomas Stephen Szasz

"La locura es la única reacción cuerda a una sociedad insana"
.

Piensa en ello.


*    *    *
 

Tomar conciencia de nuestra situación me ha supuesto un beneficio inesperado. Me ha dado la confianza y el valor para comunicarme. Para concienciar. Para hablar de temas que sólo unos pocos se atreven a mencionar. Pero no me considero activista: nunca me ha gustado iniciar y construir un movimiento, ni salir a protestar a la calle. Mis puntos fuertes son otros: Soy mucho mejor conectando puntos lejanos y explicando la lógica de un sistema, que organizando acciones.

Si, por el contrario, te interesa construir una comunidad, o aumentar tu capacidad de resistencia, o ser activo para salvar un río o un bosque cercano, hazlo. Incluso si esta civilización no puede salvarse, eso no significa que no habrá humanos u otros seres vivos en el próximo siglo pensando con cariño en tus acciones. El hecho de que no podamos (todavía) imaginar cómo será la vida después de que se acabe este desastre, no significa que debamos tirar la toalla.

Dicho esto, depende de ti el camino que tomes. No te culpo si "decides" simplemente sentarte y aprender más sobre el tema, mientras no haces prácticamente nada al respecto en el mundo real. Esas cosas llegarán a su debido tiempo. Si tienes la mente abierta y estás dispuesto a aceptar lo que viene, encontrarás tu lugar. Estoy seguro de ello.

Tenlo siempre presente:
 
Roma no se construyó en un día, y tampoco se derrumbó en un día.

Tómate tu tiempo. Y cuídate.

Hasta la próxima vez,

B

Notas:

(1) No dejes de leer la segunda parte: Guía práctica (que se publicará más adelante) para ver estas conexiones por ti mismo.

(2) Tuve que darme cuenta de que no hay forma de renunciar realmente como occidental. Dejar de hacerlo me parece imposible en una sociedad occidental, donde la vida de todos está atada a ese superorganismo hinchado que otros llaman "economía"... Incluso si lo consiguiera, el mundo seguiría triturando los últimos recursos que le quedan mientras contamina todo lo que toca.

Nota de traducción:

La frase "beber el Kool-aid" significa que alguien se ha dejado engañar. Se supone que los 913 miembros suicidas de la secta Templo de las Personas Jonestown, o los que creen en cosas que parecen ridículas (se usa mucho para temas políticos en EE.UU) solo bebiendo el refresco Kool-Aid son capaces de creer estupideces. En EE.UU. se usa mucho para describir a los que siguen apoyando a Bush y la guerra en Irak, por ejemplo, hasta después de descubrir que los motivos originales que justificaron la guerra fueron falsos.

Monday, June 13, 2022

CÓMO LLEGUÉ A LA CONCLUSIÓN DE QUE LA CIVILIZACIÓN ES INSOSTENIBLE (II)

 

Image credit: Jean Wimmerlin via Unsplash

 

Esta es la traducción de un artículo de alguien que prefiere permanecer en el anonimato y que escribe bajo el pseudónimo de 'B'. Mi agradecimiento a Carlos Lorenz Benlloch, compañero del grupo 'Colapso' de Facebook, por descubrir a esta excepcional autora o autor y por colgar este y muchos otros artículos suyos en el grupo.

Esta persona 'B' hace un despliegue impresionante de conocimiento multidisciplinar y lo proyecta con gran maestría para analizar la multi-crisis eco-social en curso desde un enfoque holístico. Pese al gran conocimiento técnico que se nota posee, su estilo literario es trepidante y ligero, evitando al máximo entrar en disquisiciones farragosas, consiguiendo de ese modo que nos sumerjamos cómoda y plácidamente en la visión completa de la cruda realidad de nuestros días.

Y pese a la dureza de su análisis, su discurso, una vez consigue liberar a nuestra imaginación de las telarañas del pensamiento mágico, invita a la exploración de todo un mundo nuevo de oportunidades de desarrollo de la madurez humana que se abrirán tras la resaca de nuestro pueril crecimiento fósil.

La aportación que deja en su blog es inabarcable para mí, pero iré dejando por aquí algunas de sus joyas traducidas al castellano, etiquetadas con la referencia 'textos de thehonestsorcerer B' para que se puedan acceder fácilmente.

Como de costumbre, nos servimos del magnífico DeepL Translator para la traducción.

Que lo disfrutéis.

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Guía práctica para la concienciación sobre el colapso

 

Advertencia: lo que sigue no es fácil de digerir y mucho menos de aceptar. Si crees que todo esto es una mierda, o la sola idea de un posible fin de esta forma de vida te asusta, te recomiendo no seguir leyendo y cerrar este post. ¡Olvídate de este tema y vive una vida feliz!

Después de una introducción más larga de lo habitual - contando la historia de mi viaje personal - permítanme mostrarles las razones por las que llegué a creer que nuestra civilización se está acercando a su descenso final. Como verás, es un patrón familiar, uno que ha sido experimentado por muchas civilizaciones antes, y estoy seguro de que será experimentado por muchas después de esta - por razones demasiado comunes. Aunque el "fin de los tiempos" fue pronosticado muchas veces antes, recuerden que el "fin" llegó eventualmente para los romanos, los mayas y todos los demás antes. Lo que es diferente esta vez, es que ahora hemos desarrollado una comprensión científica de por qué esas civilizaciones anteriores colapsaron. A diferencia de las vagas profecías de épocas anteriores, ahora tenemos pruebas sólidas de tendencias que apuntan claramente en la dirección equivocada (si el objetivo fuera mantener esta forma de vida). He recogido algunas de ellas en este artículo y he añadido mis observaciones vinculándolas a una imagen más o menos coherente.

Iré añadiendo enlaces útiles, investigaciones científicas, recomendaciones de libros, etc. sobre estos temas y mantendré este post en la parte superior de mi página, para que pueda servirte de guía útil en la comprensión de lo que realmente está ocurriendo entre los bastidores de este gran enredo. Mientras tanto, mientras esperas a que aparezcan todos los enlaces, siéntete libre de investigar cualquiera de estos temas. (Sólo tienes que destacar una frase y pulsar "definir" o "buscar", según la plataforma que utilices).

Al hacerlo, es posible que te sientas atraído por la idea de que muchos de estos temas pueden ser "abordados" (oh Dios, cómo odio esta palabra... lo siento). Sin embargo, ten en cuenta que varias de estas cosas han acabado por si solas con civilizaciones antes... y ahora tienen compañía. Una bastante grande, por cierto. Si todavía crees que esta civilización puede sobrevivir a la tormenta que se avecina después de leer (y procesar) la lista de abajo, entonces puede que quieras leer la lista de nuevo...

Pero esta vez sin las gafas rosas.

Lo importante es que estos temas son el resultado neto de muchas tendencias positivas y negativas. Ninguno de ellos es una noticia sobre un solo acontecimiento, que podríamos tachar de pesimista y luego pasar a leer alguna buena noticia. La pérdida de biodiversidad es un buen ejemplo: Casi todas las semanas leo advertencias funestas y, aunque se han dado pasos de gigante en la protección de algunos hábitats frágiles o especies en peligro de extinción, el panorama general sigue siendo una fuerte tendencia a la baja, sin signos de cambio.

El problema es que no estamos abordando la raíz de estos problemas. Nos limitamos a toquetear los bordes, logrando victorias rápidas aquí y allá, mientras que el negocio como siempre (también conocido como sobregiro) sigue rugiendo a toda velocidad...

Algunos temas son recurrentes y afectan a la mayoría de las civilizaciones anteriores, otros son exclusivos de la nuestra. Algunos abarcan toda la historia de nuestra especie. Así que, mientras lees la lista, no dejes de observar la interconexión entre ellos, y fíjate en que no desaparecerán ni siquiera cuando nuestra civilización actual deje de agravarlos.

1. El agotamiento de los recursos: intentar un crecimiento infinito en un planeta finito no es una estrategia ganadora. Sin embargo, todas las civilizaciones lo intentan, utilizando recursos finitos (ya sean renovables o no) a un ritmo cada vez mayor y más insostenible. Un bosque tiene una superficie determinada, y un número determinado de árboles que se pueden cosechar. La tierra vegetal de un país tiene un determinado grosor y una determinada cantidad de nutrientes para las plantas. Las minas tienen una determinada cantidad de metales que se pueden "producir". Con el tiempo, toda civilización agota todos los recursos baratos y fáciles de extraer que tiene a su disposición, y luego perece. Algunos recursos naturales se reponen a lo largo del tiempo permitiendo múltiples oleadas sucesivas de civilizaciones, mientras que otros se destruyen o agotan permanentemente. Esta es una de las principales razones de la limitada vida útil de toda civilización y explica por qué todas las que utilizan recursos no renovables están destinadas a desaparecer. (1)(2)(3)

2. Sobregiro (extralimitación, sobrepasamiento, rebasamiento): el avance de la tecnología nunca ha salvado a ninguna civilización de su desaparición, y seguramente tampoco salvará a ésta. La tecnología sigue ampliando los límites, pero sólo hasta cierto punto (véase más adelante). El tamaño y el consumo de la población son (y siempre fueron) ajenos a esta tendencia y siguieron aumentando mucho más allá de los límites establecidos por los recursos (tanto naturales como minerales) de los que disponen. Esto es el rebasamiento. Una vez alcanzado, no hay retorno seguro: las civilizaciones tienen que seguir haciendo lo que están haciendo para evitar el colapso, pero al hacerlo sólo están acelerando su desaparición. (4)

3. Rendimientos decrecientes: Cada avance tecnológico en la adquisición de recursos requiere inversiones cada vez mayores en energía, complejidad y uso de materiales, al tiempo que proporciona rendimientos cada vez menores (véase: recuperación mejorada de petróleo). Al final, todas las tecnologías acaban chocando con una limitación económica mucho antes de acercarse a los límites de los recursos físicos. Así, la complejidad creciente acaba por alcanzar un punto (más allá de los rendimientos decrecientes (1)) en el que los nuevos avances tienen un coste mayor que los beneficios (los dos suelen realizarse en otro lugar). Esto no sólo causa más perjuicios que beneficios, sino que empieza a inflar una burbuja de deuda inservible... Y no sólo en términos financieros.

4. Pico de tecnología: Debido a los rendimientos decrecientes en la adquisición de nuevas tecnologías, el avance de la ciencia y la tecnología en un campo determinado se ralentiza hasta un punto en el que el progreso apenas es perceptible. El siguiente paso requiere mucha más energía, recursos materiales y tiempo de lo que sencillamente no dispone la civilización dada... (Que, mientras tanto, suele encontrarse librando batallas en todos los frentes.) Puede que no sea obvio hoy, pero la minería en el espacio o la fusión de hidrógeno seguirán siendo un pastel en el cielo por la misma razón: estas tecnologías requerirían más energía, recursos y tiempo para escalarse de lo que podemos disponer. ¿Por qué? Siga leyendo...

5. Fragilidad:
en su frenesí por combatir los crecientes costes de la complejidad las civilizaciones (y ésta especialmente) eliminan todos los amortiguadores: reservas de seguridad, exceso de capacidades que no producen beneficios, etc. Esto, combinado con el agotamiento, se traduce inevitablemente en interrupciones de la cadena de suministro, retrasos en el transporte y escasez, lo que hace que la vuelta a la "normalidad" sea cada vez más difícil de conseguir.

6. El cambio climático hace que la agricultura y la vida en la Tierra sean cada vez más difíciles de mantener. Tiene un profundo efecto sobre la biodiversidad y el rendimiento de los cultivos (aquí y aquí), además de causar daños y pérdidas de infraestructuras debido a la intensificación de las tormentas, los huracanes, la subida del nivel del mar, los incendios forestales, etc. El cambio climático, por sí solo, ya ha acabado con civilizaciones en el pasado, y al ritmo actual también tiene bastantes posibilidades de acabar con nuestra sociedad actual. En el peor de los casos: puede acabar con nosotros.

7. Contaminación:
de todo tipo, desde plásticos hasta sustancias químicas eternas y residuos radiactivos. Las toxinas liberadas en el medio ambiente han provocado la disminución del número de espermatozoides (5) (no sólo en los seres humanos, sino también en otras especies de mamíferos), el aumento de las tasas de cáncer, los defectos de nacimiento, etc. La contaminación es un efecto secundario del sobregiro: pone un freno natural al crecimiento de la población y garantiza un descenso en el futuro.

8. Pico de fertilidad/productividad del suelo: es muy probable que hayamos superado el primero, lo que se traduce en un descenso del contenido de micronutrientes en los alimentos, y sin los fertilizantes artificiales (fabricados a partir de recursos minerales no renovables), ya habríamos experimentado también un descenso permanente de la producción agrícola. Sin embargo, el agotamiento de los recursos pondrá fin a estas vacaciones de la realidad... Pronto alcanzaremos el pico del fósforo y poco a poco también nos quedaremos sin gas natural barato (ambos son ingredientes clave de los fertilizantes) en las próximas décadas. Es de esperar que los precios de los alimentos suban y se mantengan elevados, lo que dejará a los pobres fuera del mercado y provocará una hambruna masiva.

9. Colapso ecológico, extinción masiva: como consecuencia de los procesos anteriores, las especies están desapareciendo cien veces más rápido que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad, o de los últimos 65 millones de años. Las pesquerías están colapsando una tras otra. Las abejas y los insectos están desapareciendo junto con las criaturas que viven en los bosques. Los arrecifes de coral se están blanqueando. Los océanos se están volviendo anóxicos y ácidos, desarrollando zonas muertas. Si ésta no es la época de la Gran Mortandad, entonces nada lo es. Si crees que alguna civilización puede sobrevivir en un planeta muerto con recursos naturales que se agotan rápidamente... piénsalo de nuevo. Obviamente, hay un punto en el que la sociedad se rompe, y finalmente da paso a que la Naturaleza se regenere a sí misma, en sus propios términos.

10. Escasez de agua: las empresas (de minería, bebidas y otras) entran cada vez más en conflicto con la población local y la agricultura por el suministro de agua dulce. No sólo por la creciente frecuencia de las sequías (debido al cambio climático), sino también porque todas ellas están utilizando los acuíferos subterráneos a un ritmo insostenible. Otro signo de sobregiro.

11. Migración masiva: el aumento del nivel del mar, las sequías, las olas de calor, los huracanes, etc., harán que cada vez haya más tierras inhabitables (sí, ya hay regiones antaño habitadas que están bajo el agua o que se han vuelto inhabitables por otros motivos). Esto obligará a millones (si no miles de millones) a abandonar sus hogares y buscar refugio en otro país... Si añadimos las guerras por los recursos/el agua, la inestabilidad política, las dificultades económicas debidas al agotamiento de los recursos, podemos apostar que el siglo XXI será testigo de la mayor migración de la historia de la humanidad. La afluencia repentina de personas ya provocaba la caída de las civilizaciones en el pasado, por lo que esta migración sin precedentes seguramente provocará el fracaso de muchos estados en el futuro.

12. Desigualdad y élites codiciosas:
de nuevo, sólo esto ha causado la caída de muchas civilizaciones antes. A medida que toda la riqueza es desviada de las clases bajas, éstas pierden primero su incentivo para trabajar (es exactamente donde estamos hoy en día en los EE.UU., es decir, la gran dimisión), luego se mueren de hambre... o deciden derrocar a la clase de la élite existente (a menudo con la ayuda de grupos de poder que compiten entre sí - véase más adelante).

13. Sobreproducción de élites:
a medida que la riqueza se concentra cada vez más en la cima, mientras que la clase media desciende lentamente en la escala social, cada vez más personas quieren formar parte de la élite, lo que aumenta la competencia, las luchas políticas internas y crea facciones atrincheradas dispuestas a entrar en guerra entre sí.

14. No podemos ponernos de acuerdo en nada:
basta con ir a ver "No mires arriba", o entrar en las redes sociales y tratar de mantener la postura de que es posible un cambio radical. Vemos a la gente lanzarse al cuello de los demás incluso en cuestiones tan sencillas y de bajo riesgo como vacunarse. Imagínense cómo reaccionaría la gente si se les dijera que redujeran su consumo a niveles tercermundistas para salvar el planeta. Los seres humanos han desarrollado un nivel asombroso de diversidad de pensamiento, culturas y tipos de personalidad. Puede que genéticamente seamos iguales en un 99,9%, pero en cuanto a la programación cultural somos la especie más diversa del planeta. Por lo tanto, las posibilidades de que la humanidad se una frente a los problemas que se avecinan se acercan a cero cada día que pasa.

15. Disminución de la cohesión social: como resultado de los puntos anteriores, los miembros de las sociedades pierden la fe en un objetivo común y en un poder de unión. Las sociedades dentro de los países continuarán fracturándose en facciones cada vez más pequeñas, volviéndose gradualmente incapaces de cooperar en cualquier asunto.

16. La ceguera ante nuestro dilema, combinada con una tendencia masiva a la negación. Si crees que no tenemos que renunciar a este estilo de vida lujoso para salvar el planeta para las generaciones futuras, entonces estás en una profunda negación. Basta con echar un vistazo a los 8 primeros elementos de esta lista: ninguno de ellos podría mitigarse sin renunciar a este nivel de consumo, una acción casi igual a experimentar el colapso de la sociedad, que de otro modo sería inevitable. No es de extrañar que la gente opte por la negación y aplique en su lugar el pensamiento mágico.

17. El capitalismo se auto-acaba: convertir los recursos finitos en riqueza empezando por los más baratos y fáciles de extraer para luego pasar a alternativas cada vez más complejas y costosas es un proceso auto-acabado. La extracción de riqueza tiene un límite natural y económico. Una vez alcanzado, el sistema empieza a vivir de su futuro y deja de invertir en la expansión, recortando en el mantenimiento de los niveles de producción actuales. La razón: se necesitarían cantidades cada vez mayores de deuda para financiar enfoques cada vez más costosos para la creación de riqueza, mientras que los rendimientos no están en absoluto garantizados debido a la fluctuación salvaje de los precios. De ahí la huida hacia el casino: donde la gente está apostando con bonos, acciones y cripto. Los gobiernos intentan posponer el fracaso manteniendo los tipos de interés artificialmente bajos e imprimiendo dinero, pero este enfoque también tiene una vida útil limitada. Sin embargo, ahora es inevitable reajustar nuestras expectativas financieras a una realidad que se deteriora rápidamente.

18. Las civilizaciones son máquinas de crecimiento: necesitan expandirse hacia nuevos territorios, ocupando otras tierras por sus recursos baratos (el método de toma de posesión (4)). Sin embargo, una vez que el crecimiento se detiene, los costes de mantenimiento superan rápidamente los ingresos decrecientes y el sistema se derrumba. En una economía globalizada en un planeta finito, llegar a este punto era sólo cuestión de tiempo. No existe un equilibrio estable para las civilizaciones complejas basadas en el crecimiento: sólo las culturas biorregionales y verdaderamente sostenibles tienen una oportunidad a largo plazo.

19. Infraestructuras que fallan exponencialmente: el auge exponencial de la construcción de infraestructuras (carreteras, puentes, presas, líneas de transmisión, oleoductos, etc.) en el siglo XX ha provocado una necesidad exponencial de mantenimiento y sustitución en el siglo XXI a medida que los equipos envejecen. La expansión a esta escala fue un esquema de Ponzi: con tasas de crecimiento cada vez mayores necesarias para sostener los pasivos a largo plazo. En combinación con las catástrofes provocadas por el cambio climático, nos enfrentamos a un aumento hiperexponencial de los costes de reparación de las infraestructuras en las próximas décadas, lo que inmovilizará cantidades cada vez mayores de nuestros menguantes recursos.

20. La desaparición de la energía neta (o el doble golpe de la Tasa de Retorno Energético (EROEI)): de la naturaleza del agotamiento de los recursos se deduce que cada vez se necesita más energía para extraer la misma cantidad de recursos (ya sea petróleo o metales para las renovables). Combinado con una necesidad cada vez mayor de reparar elementos de infraestructura (la mayoría de ellos esenciales para suministrar energía, como oleoductos, carreteras y líneas de transmisión) nos enfrentaremos a decisiones muy difíciles dentro de unas décadas: ¿debemos permitir que una fábrica siga funcionando, o que se construyan nuevas viviendas? ¿O debemos gastar los recursos en reparar el puente y las carreteras arrasadas por el último río atmosférico?

21. La humanidad se comporta como un sistema adaptativo complejo sin sentido, e incapaz de renunciar a un ápice de su uso energético. De hecho, sólo somos simples células de un gigantesco superorganismo, que responde a las amenazas y oportunidades que nos rodean, motivado por los golpes de dopamina y automatizado por décadas de condicionamiento cultural. Todo el mundo quiere ser rico y tener éxito en la vida; salvar el planeta sólo viene después. Si el 1% renunciara a su consumo, el 99% restante se subiría alegremente al carro y utilizaría los recursos recién liberados.

22. El comportamiento insostenible está por encima de la sostenibilidad. Los seres humanos, como lo haría cualquier otra criatura, actúan de forma insostenible en un mundo abundante. Una vez abandonados a su suerte (es decir, sin los debidos controles y equilibrios de los depredadores) los humanos siguen la antigua programación genética y se multiplican hasta el olvido sin pensar en si esto es sostenible o no. La evolución no se salta los pasos ni planifica por adelantado: selecciona los rasgos más exitosos a corto plazo. Así que, ¿adivina qué pasa si tienes 10 culturas sostenibles (más o menos) en un continente y, de repente, aparece una insostenible entre ellas? ¿Cuál sobrevive...? Pues ninguna. La última, en su frenesí por los recursos, mata o supera a todas las demás culturas y luego se extingue. No importa si esta cultura resulta ser una bacteria, una nueva cepa de un virus o colonos blancos con enormes barbas.

23. Gobernanza inadecuada: pensamiento a corto plazo (centrado sólo en ganar las próximas elecciones), combinado con la codicia y el ansia de poder. Las corporaciones tienen un firme control sobre los responsables de la toma de decisiones. Pero seamos sinceros: ninguna persona tiene el control. No hay ninguna organización secreta que controle la mente de la gente. Es simplemente la vieja naturaleza humana "bendecida" con una ilusión de un yo separado, un falso sentido de voluntad y libre albedrío. Estamos todos juntos en esto, sin que nadie tenga el volante.

24. Bloqueo tecnológico: nuestras tecnologías han coevolucionado entre sí. La evolución de las tecnologías es muy lenta en la vida real, e incluso con la obsolescencia programada se necesitan muchas generaciones de productos para mejorar en un determinado aspecto. Vistas desde arriba, estas tecnologías forman un complejo entramado, un conjunto de tecnologías, que es muy difícil de cambiar: pensemos en los pozos de petróleo, las refinerías, los oleoductos, las gasolineras, las carreteras asfaltadas, los plásticos... Sin embargo, lo más importante es el enorme incentivo financiero para utilizar el sistema existente el mayor tiempo posible. Dado que estos sistemas no se construyeron en un año, sino en décadas y siglos, se necesitaría un plazo similar para sustituirlos por otra cosa. Un plazo que simplemente no tenemos.

25. Falsas soluciones, o ver los árboles en lugar del bosque. Nuestro mayor problema a "resolver" no es el cambio climático. Es el sobregiro: el consumo de la Naturaleza junto con sus recursos finitos, y la contaminación más allá de cualquier límite razonable. Las energías renovables y la electrificación simplemente sustituyen el consumo de un recurso finito y su correspondiente contaminación (los combustibles fósiles y el CO2) por otro conjunto de recursos finitos y su correspondiente contaminación (los metales pesados y la destrucción ecológica causada por la minería, más el CO2 liberado durante el proceso). Lo mismo ocurre con el secuestro de carbono, la geoingeniería, la economía del hidrógeno, los biocombustibles, la fusión, la minería en el espacio, la colonización de otros planetas y todo lo demás, ya que ninguno de ellos aborda el exceso de consumo, sino que prolonga su vida útil.

26. Poner todos los huevos en la misma cesta. Esa cesta es: los combustibles fósiles. Seguimos obteniendo el 86% de nuestra energía de estos recursos sucios, igual que hace cincuenta años. Las razones son complejas, pero la conclusión principal es sencilla: las civilizaciones complejas de alta tecnología requieren combustibles densos, portátiles y baratos. Como el petróleo, el recurso maestro, la clave de todos los demás recursos. Hasta ahora, no hemos conseguido encontrar un sustituto escalable, por lo que lo más probable es que con la larga y lenta desaparición de la producción de petróleo toda nuestra civilización vea su ocaso final. Esta es la ley del mínimo de Leibig en efecto. Si todos los demás problemas desaparecieran de la noche a la mañana, sólo este "problema" (la lenta desaparición de la extracción de petróleo) acabaría con nuestro modo de vida actual en las próximas dos a cinco décadas.

27. No abordar la extralimitación (población/consumo) - viniendo de todo lo anterior: negar la raíz del problema y pretender que podemos seguir jugando bien es una receta segura para el fracaso de la civilización... y un caldo de cultivo ideal para el fascismo y la guerra civil.

+1: ¡¡¡Pero esta vez es diferente!!! No. No lo es. El sobregiro es el sobregiro. Una vez que tu civilización empieza a consumir más de lo que se regenera naturalmente, en su locura de perseguir un crecimiento infinito en un planeta finito, el colapso es sólo cuestión de tiempo. Suele ocurrir poco después de que la base de recursos (pesquerías, bosques, tierra vegetal o, en nuestro caso, petróleo) que sustenta dicha civilización comience su declive permanente debido al consumo excesivo, la contaminación y la pérdida de un hábitat habitable.


*    *    *


Sabiendo lo que sé hoy en día, me he reconciliado con la idea del colapso. También he hecho las paces con el hecho de que el problema principal del rebasamiento no se abordará, y nadie tiene la culpa. La humanidad ha tenido una larga historia que abarca decenas de miles de años y que ha llevado a este punto en una red inmensamente compleja de causas y efectos. Por lo tanto, el ascenso y la caída de esta civilización basada en los combustibles fósiles era y es tan inevitable como el ascenso y la caída de muchas civilizaciones más antiguas.

Se trata de un ciclo perfectamente normal y natural de auge y caída. Ningún líder, ya sea un dictador o un funcionario electo, puede darle la vuelta a esto. Esto es demasiado para cualquier persona: hay demasiadas cosas puestas en marcha a la vez. Estoy seguro de que habrá fascistas y comunistas que suban al poder insistiendo en lo contrario - pero recuerden lo que pasó, cuando estos dos partidos consiguieron lo que querían la última vez...

Sabiendo cuánto hemos consumido de la Tierra en los últimos 150 años, hasta qué punto hemos agotado todos los recursos, desde los bosques hasta la pesca, desde las minas de carbón hasta la arena, durante nuestra rapaz manía de crecimiento, no es difícil imaginar lo que viene después. No es Star Trek, seguro. Ni siquiera una vuelta a la "normalidad".

En teoría, sería muy posible concebir una cultura sostenible -una vez que ésta desaparezca definitivamente- que dure muchos milenios. Utilizando prácticas de permacultura, viviendo en casas con bermas de tierra hechas con materiales locales y verdaderamente renovables, como madera, piedras, arcilla, cáñamo, etc., podríamos construir una civilización que durara muchos milenios, aunque fuera bastante primitiva si se mide con los estándares actuales. Sin embargo, todo lo que se necesita para llevar al traste este experimento es una generación malcriada, o una cultura insostenible, que no apuesta un céntimo por la sostenibilidad - ¡demonios, sólo se vive una vez! - y adiós a la utopía. Ha ocurrido muchas veces en el pasado, y no hay ninguna garantía de que no vuelva a ocurrir.

Así es la vida. Nacer, crecer, madurar y luego morir. El mismo ciclo se repite a todas las escalas: desde las bacterias, hasta las sociedades humanas, los sistemas solares y las galaxias. Este es el mundo en el que vivimos. Temporal. Siempre cambiante.

Nunca igual, pero siempre igual.

Agradece. Has visto la cima de la civilización humana. Lo has logrado. Es hora de hacer las paces con su final y empezar a imaginar lo que vendrá después. Una cita de Antonio Gramsci lo resume perfectamente:

"La crisis consiste precisamente en que lo viejo está muriendo y lo nuevo no puede nacer; en este interregno emerge una gran variedad de monstruos".

Cuidado con los monstruos.

Hasta la próxima,

B


Referencias

(1) Collapse of Complex Societies by Joseph A. Tainter

(2) Collapse: How Societies Choose to Fail or Succeed by Jared Diamond

(3) Geodestinies: The Inevitable Control of Earth Resources over Nations and Individuals by Walter Lewellyn Youngquist — aquí hay una grabación de audio gratuita de Micheal Dowd

(4) Overshoot: The Ecological Basis of Revolutionary Change by William R. Catton Jr. — aquí hay una grabación de audio gratuita de Micheal Dowd

(5) Count Down: How Our Modern World Is Threatening Sperm Counts, Altering Male and Female Reproductive Development, and Imperiling the Future of the Human Race by Shanna H. Swan



Blogs y recursos adicionales

Post Doom — Michael Dowd


Do the Math — Tom Murphy

Problems, Predicaments, and Technology — Erik Michaels

Dave Pollard

John Michael Greer

Low Tech Magazine

The Consciousness of Sheep

Our Finite World

Peak Energy & Resources, Climate Change, and the Preservation of Knowledge

Surplus Energy Economics — Tim Morgan

Peak Oil Barrel

Sunday, June 12, 2022

GODELLA, CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

Caballito del diablo. Exposición Natura Godella.

 

El día 4 de Marzo de 2022 dio una conferencia el veterano activista valenciano del ecologismo social Julio García Camarero, en el local destinado a la Exposición Natura Godella, en la calle Mayor nº32 de Godella, localidad pegada a la ciudad española de Valencia.

Fuimos muy pocos los asistentes. Aunque cada vez hay más gente alarmada y preocupada, todavía son muy pocas las personas conscientes de la grave situación de peligro existencial a la que nos ha llevado el sobrepasamiento de nuestra civilización tecno-industrial global.

Es ese sobrepasamiento el que ha llevado a unos rendimientos de nuestra complejidad decrecientes e incluso negativos, como queda constatado por los efectos del caos climático, del colapso ecológico, del deterioro y contaminación de suelos fértiles, ríos, acuíferos y mares, de la pérdida de biodiversidad y servicios ecosistémicos que nos hacen cada vez más vulnerables ante futuras pandemias, o del final de una abundancia de recursos energéticos y materiales que posibilitó dos siglos de delirio crecentista y cuya contracción nos lleva ahora a una competición cada vez más feroz y a un incremento insoportable de la injusticia social.

En definitiva, la civilización tecno-industrial global, en su economía unidireccional de hipertrofiada extracción, consumo y excreción, narcotizada por el inamovible mantra del crecimiento (material) perpetuo, ha llegado (ya desde hace décadas) a un punto en el que expolia de la biosfera más de lo que ésta puede reponer y expulsa más deshechos tóxicos de los que ésta puede asimilar. Cuanto más prolongamos el tiempo de nuestro sobrepasamiento, más se debilita la capacidad de carga de la biosfera para mantenernos.

Frente a esta realidad, interesa ir más allá de la enumeración de los síntomas, que nos lleva al pensamiento reduccionista de que el problema global es una suma de sub-problemas atajables cada uno por separado. Interesa analizar por tanto la sintomatología de manera holística y preguntarse por el diagnóstico y las causas: ¿cómo llegamos a esto y por qué?

También interesa preguntarse por las respuestas que puede dar la humanidad ante este descenso obligado, que son, por un lado, respuestas enfocadas a la continuidad de estructuras de poder con difícil reconciliación con los límites y equilibrios de la biosfera, como ecofascismos, neofeudalismos (respuestas reduccionistas, donde al arreglar una cosa estropeas otra), y por otro, los descensos con vocación eco-social, como los propuestos por el movimiento decrecentista, por la economía ecológica o circular, o la permacultura (respuestas holísticas, todo está conectado, nuestra economía pues, ha de ser parte de la economía de la biosfera). Todo parece indicar que en el futuro cercano tendremos que coexistir con una combinación de ambos.

De todo esto nos habló Julio. Podéis encontrar aquí  una muestra de su trabajo de divulgación.

El lugar de la conferencia fue especialmente indicado para acoger su mensaje, ya que se ha convertido en lugar de culto y peregrinación para mucha gente de Godella preocupada por la crisis eco-social especialmente sufrida en las carnes godellenses. Allí se puede disfrutar desde el 12 de Enero de 2022 de una exposición pensada para revalorizar los espacios naturales de Godella y concienciar a la gente de cara a su conservación.

"Salvem Godella" es una iniciativa vecinal del pueblo de Godella para luchar por la conservación de los pocos espacios naturales de alto valor ecológico que quedan por los alrededores. Ya consiguieron detener la Modificación del Plan General (PGOU) que acababa con uno de esos espacios naturales, la Lloma dels Frares, pero hay que seguir trabajando en la protección de la Canyada de Trilles, que pasa por la tramitación de un nuevo Plan General que materialice la caducidad del PAI que amenaza esta zona.

Godella es un ejemplo práctico y extrapolable de uno de los eslabones que protegen, como un cinturón natural, la ciudad de Valencia y sus alrededores. Un pulmón natural fuente de oxígeno, barrera de contención de contaminación y protector contra pandemias para la ciudad de Valencia y alrededores. La destrucción de los entornos mediterráneos y la construcción no sostenible, suponen un problema de aumento de temperatura, gestión de recursos acuíferos e impermeabilización de terrenos.

La muntanyeta de la Torre del Pirata es un espacio pendiente de urbanizar desde hace casi dos décadas en la localidad valenciana de Godella. Catalogado como suelo urbanizable en el Plan General (PGOU) de 1990, el desarrollo de este sector, Canyada de Trilles, se impulsó a principios de siglo (2002) con el objetivo de construir medio millar de viviendas en el PAI (Programa de Actuación Integrada) que afecta a unos 150.000 metros cuadrados. Sin embargo, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria a finales de la primera década de 2000 paralizó un proyecto que ahora se intenta retomar pese al rechazo de diferentes colectivos vecinales, que reclaman la protección de este espacio como paraje natural.
En 2015, después de una moratoria de cuatro años, se inició un proceso de caducidad de esta actuación. Sin embargo, cinco años después, en 2020, el Ayuntamiento de Godella dejó sin efecto esa caducidad y se retomó el proceso de urbanización en lo que la concejala de Unides Podem (UP) Irene Ferré califica como una decisión "de dudosa legalidad", al considerar que es una actuación "incorrecta administrativamente". UP votó en contra en el pleno y presentó un recurso contencioso-administrativo contra este acto: "Estamos ante un continuo de irregularidades". Según explica Ferré, el Ayuntamiento alega para no proceder a la caducidad del programa que esta decisión tendría un elevado coste económico.


El elevado coste económico al que se refiere el ayuntamiento se debe al coste del desarrollo de un nuevo Plan General que invalide al antiguo y nefasto "Plan". Ese coste sería en torno a 200 mil euros. Sin embargo, recientemente el ayuntamiento de Godella adquirió una nave industrial por valor de más de 800 mil euros para ubicar a técnicos y policía local.

El argumento esgrimido por el actual equipo de gobierno del ayuntamiento de Godella sobre la supuesta falta de músculo financiero, es una escusa que viene usando para eludir su responsabilidad en el servicio público orientado al bien común y, más bien, para poder orientar su actividad hacia el bien particular.

Y es que en Godella estamos muy cansados ya de que desde las instituciones nos la metan doblada:


Sí hubo consenso en el Ayuntamiento en 1990, cuando se aprobó el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que coloreó como zona verde pública el área adyacente al colegio del Sagrado Corazón, propiedad de las monjas desde 1898.
El origen de esa zona verde era, sin embargo, anterior. El Plan Comarcal de 1946 ya la recogía, aunque aquella declaración no tuvo efectos prácticos. Tampoco tuvo inicialmente consecuencias la aprobación del Plan General de 1990. La congregación presentó 7.000 alegaciones y recurrió el mismo ante los tribunales. El Consistorio se dedicó en los años siguientes a financiar otras dotaciones que también figuraban en el PGOU. Un polideportivo, un edificio para servicios sociales y un centro cultural entre ellos. La justicia tardó una década en validar la postura del Ayuntamiento, rechazando los reparos de la congregación.
Para entonces, año 2000, la valoración de los terrenos había cambiado. El Gobierno de José María Aznar dispuso que para calcular su precio no se tomaría como referencia el precio catastral, sino el de mercado, sustancialmente más alto. La congregación cambió entonces de criterio y pidió que el terreno le fuera expropiado. Una opción que se permite a los propietarios afectados por la aprobación de un PGOU.
Si el Ayuntamiento había valorado la zona en 180.000 euros en 1990, las religiosas reclamaban ahora 33,7 millones de euros. El Jurado Provincial de Expropiación fijó en 2006 la indemnización en 11 millones. Hubo recursos del Ayuntamiento, para rebajar el importe, y de la congregación, para elevarlo. El Tribunal Supremo zanjó la polémica en 2012 confirmando el precio del jurado de expropiación. Sumados los intereses, Godella debía pagar 16 millones de euros. [...] por un terreno que en la práctica nunca ha sido público y la congregación mantiene vallado
.
 

El Ayuntamiento de Godella y las Religiosas del Sagrado Corazón de Jesús han llegado a un principio de acuerdo sobre la indemnización a pagar por unos terrenos que en 1990 se incluyeron como zona verde en el Plan General de Ordenación Urbana con un coste previsto para las arcas municipales de 180.000 euros y que el paso del tiempo, los cambios legales y la burbuja inmobiliaria dispararon hasta 11 millones la década pasada (18 hoy contando los intereses), según la sentencia del Tribunal Supremo que zanjó un largo pleito.
La congregación, conocida como "las monjas" en Godella, donde gestiona un conocido colegio, ha aceptado reducir a cerca de ocho millones y medio de euros el importe y ampliar hasta 15 años, al menos, el periodo de pago. A falta de concretar los detalles y de formalizar el pacto, la solución alejaría la sombra de la intervención judicial del municipio, que con un presupuesto de nueve millones de euros veía imposible poder hacer frente de una vez al precio fijado por la expropiación.


Ya nadie en Godella habla de "la deuda con las monjas" que el santo y justo Tribunal Supremo nos obligó a contraer a todos sus ciudadanos. Es un tema tabú, así como lo es en nuestra sociedad colapsante cuestionar el crecimiento. Pero, como se suele decir, "de aquellos polvos, estos lodos".

Y no dudo de que el Tribunal Supremo y el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Godella solo y exclusivamente hayan hecho su trabajo de la mejor manera posible, siguiendo a rajatabla unas directrices diseñadas para facilitar la trampa del más fuerte y posibilitar la acumulación material en cada vez menos manos. Tampoco dudo de que las monjas del Sagrado Corazón de Jesús, como empresa que se dedica a reproducir el capital en lugar de la vida (lo único que pueden hacer empresas e instituciones en este nuestro régimen) tengan impedimentos para hacer otra cosa que no sea ejercer ese quehacer. Pero de lo que tampoco dudo, es de que luchar por conservar nuestros pocos activos naturales restantes sea de las pocas cosas que marcarán la diferencia apuntada por Julio en sus reflexiones: aquella dada entre un decrecimiento feliz y otro infeliz.
 

 

Wednesday, June 8, 2022

UN BOLETO GANADOR

 


Este texto ha sido escrito para dar apoyo a 'La Atalaya', un precioso proyecto de educación activa y vivencial en la naturaleza, que ahora pretende tener continuidad a través de una campaña de Crowdfunding.

Por raro que parezca, ahí fuera hay gente, cada vez más espero, que son capaces, luchando contra toda esta corriente, de contribuir a la dinamización rural desde una perspectiva tanto emancipadora del sistema dominante como reconciliadora con la matriz natural de vida.

Ojala puedan continuar haciéndolo.

 

*    *    *



Los niños en mi ciudad sueñan con llegar a ser ricos, ya sea como deportistas o jugadores de élite, como influencers en las redes, apostando lo suficiente en la ruleta o, en el caso de los más espabilados, aprendiendo de la gente apropiada cómo llegar a ser el depredador más fuerte de la cadena trófica.

Sueñan con ser ricos porque la sociedad del consumo masivo, esta bestia de la reproducción del capital en la que están inmersos, les ha robado el resto de sueños.

Es tabú soñar con cosas que no valgan dinero en este mundo de asfalto, hormigón, acero, motores, humo ... y plástico. Y cada vez es más difícil hacerlo, puesto que la tendencia, auspiciada por el progreso tecnológico, apunta a la posibilidad de llegar a monetizar hasta el último ínfimo halo de energía vital que pueda seguir fluyendo e intercambiándose libremente (sin transacción mercantil) entre nosotros y el resto de la vida orgánica.

"Tu vida no vale nada en sí misma, naces vacío de utilidad", les dice el capital a las niños de mi ciudad .. "solo si te esfuerzas lo suficiente en controlar ese amasijo inútil de emociones con el que naces, y lo enfocas en desarrollar la capacidad de hacer las grandes y verdaderamente valiosas cosas que te proponemos, podrás llegar a ser alguien en la vida".

"Pero eso sí", les advierte la profunda voz de la Megamáquina, "para hacerse a uno mismo y llegar a la cima hay que desoír a toda costa el impulso natural hacia el contacto desinteresado con las estructuras vitales, formar parte de esa canalización y reparto cíclico de energía es primitivo y contrario al progreso, y si firmas el contrato social en exclusiva, solo con nosotros, las herramientas de la civilización del progreso quedarán a tu disposición para que te conviertas en algo, es decir, en una batería de acumulación de energía egocéntrica".

"Para ello tendrás que aprender a discernir cuáles de esas emociones, que te vienen de serie y sin propósito son inútiles, te servirán para poder alcanzar nuestro propósito".

Es ahí cuando comprenden que la ambición, el orgullo, la competitividad y el apego a lo propio, son mejores que el altruismo, la generosidad, la cooperación y el bien común.

En realidad, todas y cada una de las pulsiones y emociones humanas son necesarias en su justa medida y existen porque jugaron un rol fundamental en nuestro desarrollo evolutivo en encaje con los límites ecosistémicos. Solo cuando hemos hallado un propósito (de acumulación) fuera de ese encaje natural, nos hemos visto en la obligación de alentar unas en detrimento de las otras.

El imperio del capital promociona esa idea de que los niños, y sobre todo los adolescentes y jóvenes, no pueden desempeñar tareas o roles útiles para la comunidad, al menos no mientras no puedan ser mercantilizables. Pero eso es así porque apenas hay ya comunidad real dentro de las ciudades modernas. Se trata a los jóvenes como carcasas vacías que solo son en potencia, solo son la promesa de lo que puedan llegar a trepar en el escalafón, y de lo mucho que puedan llegar a producir, o a destacar en los deportes, la música, el arte o el ajedrez. Ante la imposibilidad de formar parte de la comunidad como miembros de pleno derecho durante el tiempo que se están "formando" como tales, se les atiborra en su tiempo de ocio con toneladas de ocio atomizador.

Esa desconexión y aislamiento de la comunidad, esa imposibilidad de desarrollar la identidad relacional para la que genéticamente estamos predispuestos, es un imperativo en una sociedad compuesta por átomos individuales solo conectados a través de una fría red tecnológica de complejidad creciente cuya única virtud reside en la posibilidad que nos ofrece de tratar todo y a todos los que nos rodean como pura mercancía al servicio del único objetivo perfilado en el horizonte: competir por amasar en forma de stock el flujo de la felicidad, mal entendida como un recurso no renovable menguante.

Producción, desarrollo, crecimiento, "hasta el infinito y más allá". Imagina, crea, desarrolla, haz cosas, da igual, lo que sea, pero no te quedes parado observando el flujo, la idea es amasarlo, machacarlo y retorcerlo para seguir con nuestra ilusión de control. Da rienda suelta a la imaginación, y que prevalezca un sistema que se encarga de triturar todo el medio natural para transformarlo en esta mole material inerte e informe, este sumidero de vida y fuente de lamento, donde va a parar todo este delirio desenfrenado de intelectualidad y estética expansivas.

El dogma del crecimiento perpetuo se basa en que el límite de nuestras necesidades (materiales y emocionales) solo lo fija nuestra imaginación, por lo que la capacidad de inventar nuevos bienes y servicios es infinita. Para ello se promete que la ciencia hallará formas de eficiencia milagrosas o fuentes de energía gratuita inagotable, que siempre encontraremos nuevos recursos en el basto universo a nuestro alcance. Pero además de no admitir los límites infranqueables impuestos por la matriz natural de la que formamos parte inseparable, lo que no se admite es que la escasez y la desigualdad no solo son una consecuencia de la extracción y el expolio, sino que son requisitos necesarios para acceder al producto más codiciado de todos los ofrecidos por este sistema: el poder.

Power, que en inglés es potencia pero también energía, la capacidad de control, de dominación, la promesa prometeica de ser dios en el mundo creado por una imaginación que se vende como ilimitada pero que en realidad ha sido mutilada e hipertrofiada al servicio de algo. Ese algo alimenta nuestro ego hasta la extenuación para que seamos sus esclavos.

¿Qué sería de la imaginación infantil si se pudiera desarrollar dejándola fluir con el resto de voces de la sinfonía de la vida? ¿Qué sería de esas almas puras si se les animara a participar como canales necesarios en la transmisión de esa energía a compartir a lo largo y ancho de toda la red de vida? ¿Cómo afectaría a su capacidad productiva saberse un holobionte parte de ese organismo llamado Gaia, que a través de la simbiosis hizo del clima de este planeta algo propicio para ella?

A mí ya me robaron la infancia, y tan solo soy un engranaje productivo de esta Megamáquina a la que alguien olvidó diseñarle el freno. Yo ya no sueño, y sin embargo, aún creo que puedo hacerlo a través de unas mentes infantiles que se les dé la oportunidad de crecer y desarrollarse en la naturaleza sin que se cohíba su capacidad de diálogo con el medio y con su propio interior. Porque la mejor manera de aprender a cuidar lo que es de todos es dejar que cada uno descubra a su manera el camino que lleva a esa relación íntima con lo común. El valor de lo común reside en la diversidad proporcionada por sus partes, y los seres humanos son unos de los pocos animales conscientes que pueden sentir esa comunión.

Cuando era niño mi padre solía pedirme que le sugiriera los números para el definitivo boleto ganador de la lotería. Yo me esforzaba en proyectar todo mi poder mental para acceder mágicamente a los números ganadores, aunque sin ningún éxito. Más tarde, al estudiar estadística, comprendí lo difícil que era acertar. Y más tarde aún, al estudiar suficiente ciencia como para llegar a un callejón sin salida, me di cuenta de lo tremendamente absurdo que era pretender conseguir que la vida humana sobreviviera en el espacio exterior, sin Gaia. Absurdo por técnicamente inviable y también por éticamente indeseable.

Sin embargo, yo, como el 99.9% de la gente, mientras nos aferramos a sueños imposibles, desdeñamos una tras otra la posibilidad real de hacer realidad los sueños que están de verdad a la escala humana, una escala lejana y perdida, de encaje e igualdad con el resto de seres de esta, nuestra única nave espacial a la que llamamos Tierra.

Hoy he invertido un dinero en 'La Atalaya'. Ha sido una cantidad irrisoria comparado con todo lo que dilapido a diario para poder seguir siendo un engranaje productivo de nuestro sistema expansivo y suicida. Creo que ha sido el dinero mejor invertido en mucho tiempo. El mejor tributo a mi infancia perdida. Mi disculpa también a mis hijas por no haber sabido, o querido, o tenido el valor de darles la oportunidad de criarse en armonía con la naturaleza y lejos de la castración de la cultura industrial.

Llevarse a los hijos tan pequeños a criarse lejos de las suculentas oportunidades ofrecidas por el sistema es una decisión muy difícil, porque creemos que nos culpabilizaremos en el futuro si no son felices por llegar a faltarles esto o lo otro, y sin embargo, al entregar a nuestras criaturas al sistema de cría industrial les estamos imponiendo la necesidad insaciable de ser felices a través de la acumulación y a través del imperativo de tener que salvarse de todo y de todos.

Hoy no quiero soñar con hacerme millonario. Quiero soñar con algo mucho más sencillo y factible. Quiero soñar con todos los niños que pueden criarse en el campo en condiciones dignas y en compañía de gente adulta que los respete y sepa guiarlos a un lugar diferente de la productividad, del éxito ególatra y del erróneo concepto de seguridad y bienestar fundamentado en el expolio y la desigualdad.

Quiero soñar con que esta campaña de recaudación consigue llegar a su humilde objetivo en el tiempo que resta. Vamos bien. Podemos conseguirlo. Ahora veo que es posible que nos toque la lotería.