Friday, December 31, 2021

LA TRAMPA DEL LENGUAJE

 

Los términos "píldora roja" y "píldora azul" se refieren a la elección entre la voluntad de aprender una verdad potencialmente inquietante o que cambia la vida tomando la píldora roja o permaneciendo en la ignorancia satisfecha con la píldora azul. [https://es.wikipedia.org/wiki/P%C3%ADldora_roja_y_p%C3%ADldora_azul]


Vaya por delante, antes de adentrarnos en la madriguera de conejos, que yo idolatro tanto la vida natural como la capacidad tecnológica humana, y que mi mayor sueño es que la humanidad, tras el aparentemente ineludible colapso global que le espera en el siglo XXI, pueda aspirar a mantener un mínimo de tecnología y cultura que, mientras posibiliten una vida digna para todo el mundo, a su vez puedan armonizarse con los límites de la biosfera.

Pero los sueños ... ya se sabe, sueños son.

 

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A lo largo de su historia, Gaia, ha desarrollado mecanismos de control, o tecnología, para mantener las condiciones físico-químicas de la superficie del planeta aptas para la vida. La vida ha aprendido a modificar su entorno para aumentar las posibilidades de desarrollarse.

"Por ejemplo, Lovelock lanzó la hipótesis de que el DMS emitido por microorganismos de los océanos podría tener un papel gaiano, al tratarse de núcleos de condensación de nubes que enfriaban la Tierra a escala local. La discusión se centró en las ventajas selectivas para esos microorganismos y la posibilidad de que se rompiera la desregulación con la entrada de <<tramposos>> que no fabricaran DMS ahorrando energía, etc. Aquí la propuesta cambia de centro, de visión y de lenguaje: Gaia usa el DMS, y para ello mantiene sistemas (comunidades microbianas) que lo producen; los organismos <<tramposos>> serán expulsados y existirán <<mecanismos>> de control. Un organismo que no trabaja para Gaia (individuo tramposo) será tratado de forma análoga a como una célula cancerosa es tratada en un organismo ..." [Carlos de Castro, "Reencontrando a Gaia", nota 78, pág. 141].

La historia de la humanidad también ha sido una historia de desarrollo de tecnología. La evolución de nuestra tecnología y la de nuestra fisiología (la de nuestra capacidad cognitiva y lingüística, e incluso la del resto de nuestro cuerpo) se han realimentado ambas en un lazo positivo.

"El advenimiento de la cocción permitió que los humanos comieran más tipos de alimentos, que dedicaran menos tiempo a comer, y que se las ingeniaran con dientes más pequeños y un intestino más corto. Algunos expertos creen que hay una relación directa entre el advenimiento de la cocción, el acortamiento del tracto intestinal humano y el crecimiento del cerebro humano. Puesto que tanto un intestino largo como un cerebro grande son extraordinarios consumidores de energía, es difícil tener ambas cosas. Al acortar el intestino y reducir su consumo de energía, la cocción abrió accidentalmente el camino para el enorme cerebro de neandertales y sapiens." [Harari, "Sapiens", pág. 25].

Por otro lado, es asombroso constatar cómo cualquier animal con cierta complejidad, siempre que tenga la oportunidad, se saltará los mecanismos de control gaianos para conseguir una comida fácil. Como ya os dije, me pareció especialmente doloroso comprobarlo durante un espectáculo de aves rapaces. Ver cómo, pese a disponer de esas herramientas para adaptarse con tal majestuosidad a la vida libre, tras un poco de entrenamiento, renunciaban a su libertad por una comida fácil. Podían escapar en cada show y no lo hacían. Elegían hacer trampa. Irónicamente, ese espectáculo lo vendían como algo que sirviera para hacernos apreciar la vida salvaje y así aprender a conservarla.

Todos elegimos el camino fácil, el de la trampa, si disponemos de una tecnología lo suficientemente potente como para saltar el control gaiano. Y esa tecnología ha sido el lenguaje natural humano.

En sus inicios, el lenguaje humano se desarrollaba bajo el incentivo de mantener la cohesión dentro de las pequeñas comunidades en las que coexistíamos en armonía y permanencia dentro de los límites gaianos. Si un individuo tramposo pretendía medrar a costa del bien común, sencillamente, gracias al lenguaje, era rápidamente interceptado y condenado al ostracismo. Así es, paradójicamente, el lenguaje, fue inicialmente seleccionado por Gaia como un mecanismo de control de la trampa.

Pero pronto, el lazo de realimentación positivo que hacía amasar a la vez a los humanos tecnología (cultura) y capacidades cognitivas, tras sobrepasar algún punto de no retorno, se escapó del control gaiano e hizo que el lenguaje pasara de ser mecanismo para evitar la trampa a ser una tecnología para posibilitarla. Ese punto de no retorno, probablemente fue la adquisición de la capacidad para imaginar realidades, que permitió hacer trabajar bajo un mismo credo a un número creciente de individuos.

Sí, la imaginación. Porque el lenguaje no solo nos sirvió para aproximarnos a la realidad física y entender, por ejemplo, cómo había que tallar el sílex para conseguir herramientas complejas, sino que también nos permitió más tarde crear nuestras propias realidades imaginadas. Estas emergían en principio como reacción ante la observación de fenomenología física y la necesidad de buscar causalidad, pero más tarde, a través del intercambio lingüístico y la imaginación colectiva, adquirieron existencia propia.

Sin la religión, la política, la ley o el dinero, todos ellos productos imaginados, no habrían crecido en complejidad las sociedades humanas. Pero esa complejidad suponía pérdida de soberanía a nivel local o individual, especialización y el caldo de cultivo perfecto para que los tramposos proliferaran, adquiriendo el monopolio de la producción de un número creciente de servicios vitales.

Dicho de otra forma, cuando el lenguaje era tan solo un mecanismo de control de tramposos, si una comunidad crecía demasiado, era imposible ejercer ese control sobre tantos individuos simultáneamente, y las sociedades se desmoronaban debido al daño ocasionado por los tramposos fuera de control. Pero cuando se dio el salto a la imaginación, se permitió que la trampa quedara legitimada por las estructuras culturales, y una vez la actividad de los tramposos se normalizó, no hubo ya límites al crecimiento cultural civilizatorio.

Aunque siempre ha habido individuos tramposos dentro de los ecosistemas gaianos, eso no ha supuesto grandes consecuencias para el equilibrio global. Si una especie aprovechaba una ventana de oportunidad para consumir los recursos a su disposición de manera descontrolada, la propia capacidad de carga de su ecosistema matriz le imponía un límite a su crecimiento y la curva exponencial se tornaba sigmoidea. Ya vimos que los organismos o mejor dicho, su complejidad, solo podían superar los límites impuestos por los recursos y energía disponibles aprendiendo a coordinarse y colaborar con otros organismos.

El problema con la tecnología proporcionada por el lenguaje humano es que permite llevar la trampa más allá del control gaiano, con el consecuente sobrepasamiento de la capacidad de carga de los ecosistemas que nos albergan. Y, como se ve en la siguiente figura, el sobrepasamiento supone una pérdida de la capacidad de carga que lleva al colapso ecosistémico y por tanto civilizatorio. La diferencia entre la curva sigmoidea que permanece bajo la capacidad de carga y la curva gaussiana que la revienta, supone la diferencia entre un planeta con la capacidad para albergarnos y otro sin esa capacidad.


 

Ha llegado el momento de preguntarse si Gaia, con el advenimiento (posiblemente accidental) del lenguaje natural humano, ha encontrado un límite que ponga en grave peligro la continuidad del desarrollo de su complejidad orgánica. Este dilema tiene al menos cuatro posibles desenlaces:

  1. Se extingue la humanidad, y Gaia, tras recuperarse de la agresión humana, puede seguir aumentando su complejidad, quizás dando cabida a que otro organismo adquiera un lenguaje de complejidad equivalente o superior al humano pero compatible con Gaia.
  2. La humanidad evoluciona (mediante mecanismos gaianos, no mediante su propia intervención) hasta cambiar su lenguaje y hacerlo compatible con Gaia.
  3. La humanidad, llevando el mito de su autocomplacencia tecnológica hasta el extremo, acaba consumiendo toda vida orgánica terrestre, o dicho de otra forma, en su intento de desarrollar su propia tecnología para aproximarla a las cotas de eficiencia de la complejidad orgánica gaiana y reinventar la propia vida (terraformar Marte, por ejemplo), acaba marteformando la Tierra.
  4. Gaia y la humanidad continúan reproduciendo indefinidamente la dinámica de competición excluyente entre ellos: Gaia se recupera, permitiendo que los humanos vuelvan a crecer sin respetar límites hasta sobrepasar la capacidad de carga (esta vez local, no global, debido a la falta de energía fósil), con el consecuente colapso civilizatorio (local) que a su vez vuelve a permitir la recuperación gaiana (local).
Si realmente el propósito de Gaia es aumentar su complejidad, desde el antropocentrismo, al atribuir capacidades teleológicas a Gaia, veríamos las opciones (3) y (4) como un fracaso por parte de Gaia.

Y ha llegado el momento de preguntarse si este fracaso es realmente algo trágico, o si esa visión trágica es autopercibida y podemos o no remediarla.

Pero, para empezar, ¿tiene sentido atribuir a Gaia un propósito por el simple hecho de que nosotros percibimos que ésta desarrolla un proceso? Para conseguir poner freno a nuestra adicción por desarrollarnos sin límite, ¿realmente necesitamos pensar que Gaia necesita o tiende a desarrollarse sin límites a excepción del pequeño grano en el culo que ha encontrado con nosotros? ¿Por qué esta obsesión por los procesos, el humano o el gaiano, y ver tan trágico que uno de ellos, o los dos, puedan encontrar su fin?

Quizás se deba a la trampa del lenguaje, que nos hace percibir una flecha temporal y necesitar entenderlo todo en términos de causa/efecto. Con más precisión, es gracias al lenguaje o por su culpa, que entendemos que existe algo llamado Termodinámica que impone la irreversibilidad de los sucesos y por tanto la existencia de una flecha temporal [la relación entre las flechas psicológica y termodinámica del tiempo se encuentra exténsamente explorada por Stephen Hawking en el capítulo 9 de su libro "Historia del Tiempo"].

"La ciencia moderna, desde su nacimiento, ha intentado explicar el mundo con dos metáforas diferentes: la visión del mundo como si fuese una máquina y la visión del mundo como si fuese un organismo. [...] Las submetáforas del mundo-máquina son el reduccionismo, el determinismo y la reversibilidad. El reduccionismo es la idea de trocear el mundo en partes, como piezas de un rompecabezas, trabajar con cada una de ellas y luego limitarse a juntar las piezas. El determinismo es la idea que parte de suponer que existen leyes (matemáticas) que determinan el comportamiento del sistema <<reducido>>, es decir, pensar que los sistemas reducidos se comportan de una forma perfectamente determinada y predecible. La reversibilidad es la idea de que las leyes matemáticas en las que el tiempo juega un papel importante son las mismas si el tiempo va del pasado al futuro o a la inversa. La teoría evolutiva clásica encaja como un guante en esta visión del mundo como reloj mecánico. Podemos <<reducir>> el comportamiento de un ser vivo a un sistema de mecanismos bioquímicos, <<determinado>> por la secuencia gen, proteína, interacción con el medio. No hay propósito en estas máquinas. La evolución no tiene ningún propósito. Lo que observamos son mutaciones y evolución aleatoria, <<reversible>>. Es obligado reconocer que la ciencia ha cosechado muchos éxitos con esta visión [...] Newton y su teoría de la gravitación sería el ejemplo clásico de visión mecánica [...]: reducción (la Luna y la Tierra como masas esféricas en interacción), determinismo (predicción exacta del próximo eclipse) y reversibilidad (los planetas podrían perfectamente orbitar al revés y todo sería igual). Las visiones del mundo que refuerza el paradigma mecanicista, en especial la revolución de Darwin, han servido y siguen sirviendo para explicar y justificar comportamientos humanos (sociobiología), políticas extremas (eugenismo) y ciertas visiones de la economía (el capitalismo). En ese sentido sería interesante contrastarlas con una teoría marcadamente organicista como la que aquí se propone." [Carlos de Castro, "Reencontrando a Gaia", pág. 186 y 187].

Pero, ¿realmente necesitamos la irreversibilidad para dotar de sentido y propósito al cosmos? Cuestionar la irreversibilidad (flecha temporal que impone la Termodinámica) no ha de implicar caer en el determinismo, en la reversibilidad y por tanto en la aleatoriedad y el sin sentido del universo (esta sería la base del dogma posmodernista/transhumanista). Parece que necesitemos la irreversibilidad de los procesos para explicar las emergencias no deterministas en sistemas complejos. Pero, ¿por qué pensar que las cosas tienen que transcurrir, ya sea hacia delante o hacia atrás, para tener sentido? ¿Y si los sucesos tanto pasados como futuros coexistieran simultáneamente?

Esta claro que el pasado afecta al futuro (causalidad), pero al menos a nivel cuántico, también una observación hecha en el presente puede afectar a un suceso del pasado. Y si el presente afecta al pasado, ¿podría el futuro afectar al presente?

Por tanto, así como con la coordinación de sus partes, Gaia ha podido superar los límites al crecimiento de su complejidad, nosotros, imaginando la coexistencia entre eventos pasados y futuros, podríamos conseguir superar nuestro mayor límite, nuestra trampa lingüística, y dejar de sufrir por ver que los procesos y la belleza que en ellos percibimos puedan verse truncados trágicamente.

Una obra de teatro, una pieza musical, o la demostración de un teorema matemático, son todo procesos, creados por la herramienta tecnológica que es el lenguaje, que tienen partes que se necesitan unas a otras independientemente de que unas sucedan antes o después. Se ve mejor con una pintura artística: ahí las partes se necesitan unas a otras y las dos dimensiones espaciales del lienzo no suponen un límite para entender esto. Sin embargo, la dimensión temporal, tal y como la percibimos, nos impide imaginar que todo esté conectado también a través de ella sin necesitar para ello una dirección causal.

Es difícil imaginar el alcance de esto. Estoy diciendo por ejemplo que, sin la existencia de cada uno de nosotros, podría no haber ocurrido el Big Bang. No es solo que seamos consecuencia del desarrollo del universo, es que sin nuestro concurso (o el de cualquier ente que sea capaz de cuestionarse la trampa de su lenguaje) no existiría nuestro universo [estas ideas son desarrolladas por Stephen Hawking en su libro "El Gran Diseño"].

Y es que hemos dado por sentado que como el conocimiento científico nos es útil al permitirnos aprovechar los procesos que nos afectan, se le ha de atribuir un carácter universal o de verdad, perdiendo su carácter falsable. El que una teoría científica sea falsable aunque ningún experimento la haya refutado hasta ahora, no nos ayuda a conocer mejor la realidad del universo, tan solo nos ayuda a desenvolvernos mejor en él, pero solo con la seguridad imaginada de que lo conocemos mejor.

Porque el lenguaje y la lógica tan solo y ni más ni menos nos permiten:

  1. Aproximarnos a fenómenos externos a nuestra propia frontera corporal, fenómenos susceptibles de ser medidos con aparatos de medida externos a nuestro propio cerebro.
  2. Aproximarnos a fenómenos que suceden dentro de nuestro propio cerebro, fenómenos medibles con herramientas de nuestro propio cerebro.


Según esta definición, no existe ninguna diferencia ontológica entre los "productos" percibidos por nuestra mente a partir de esas dos vías. No podemos decir que los productos de (1) sean más reales que los de (2). Los productos de (1) podrían calificarse de "reales" porque la experiencia de su realidad es compartida por diferentes observadores simultáneos o sucesivos. Pero esto también aplica en el caso (2). Pensar por ejemplo, en un teorema matemático cuya belleza y verdad es contrastada por diferentes observadores. Esa "verdad" sería preexistente a ellos tanto como lo pueda ser que el Big Bang sucedió o que nuestro Sol se formó de la manera que lo hizo.

Por este motivo, tanto la física, las matemáticas, la música, la literatura o el arte en general, la dialéctica, la retórica, e incluso cuando analizamos la realidad a nivel emocional sin llegar a verbalizarlo, todos son productos de la sofisticación de nuestra cultura lingüísticamente adquirida, y son por ello formas de crear realidad. En ese sentido, más que descubrirla, creamos la realidad.

Y esa realidad auto-creada puede hacernos la trampa de creernos invencibles, nos permitió hacerle trampa a Gaia y creer que la deuda contraída nunca habríamos de pagarla. Pero finalmente, nos podría permitir ganarle la batalla al tiempo, ya que ganársela al espacio (exterior) no va a ser posible.

Podemos imaginar que nuestra percepción de que todo tiene un principio, un desarrollo, un declive y un final, es tan solo eso, una percepción, y que la verdadera realidad, solo percibible por nuestra imaginación, es que los sucesos, nuestra vida y todo lo demás, no dejan de existir una vez ya han ocurrido. El pasado pasaría a ser tan solo un nuevo futuro más allá del horizonte marcado por el sentido común.

Podemos imaginar que los sucesos son realidades preexistentes que solo pasan a formar parte de procesos una vez llegan a ser observados. Pero, a su vez, el propio acto de observar, al ser un suceso en sí mismo, que en última instancia no podría ser observado, no podría llegar a ser un proceso, por lo que al observar, al pensar, al imaginar, al usar el lenguaje, podríamos ganarle la batalla al tiempo.

Quiero creer, o quiero soñar, que de alguna manera, nosotros y el resto de posibles seres pensantes de este planeta y de otros, siempre hemos estado ahí, dotando a todo de sentido y realidad.

Pero los sueños ... ya se sabe, sueños son.
 


Friday, October 22, 2021

SUPERANDO LOS LÍMITES

Función sigmoidea. Imagen de "Los límites ambientales del crecimiento poblacional: Figura 1," de OpenStax College, Biology, CC BY 4.0


Este texto se ha inspirado en parte en ideas de "Sapiens" de Yuval Noah Harari, de "El crepúsculo de las máquinas" de John Zerzan y de "Reencontrando a Gaia" de Carlos de Castro, a veces, incluso tomando frases casi literales de los textos originales.

Cabe resaltar la gran discrepancia de pensamiento existente entre estos tres autores. En particular, hay que destacar el rechazo que Carlos de Castro manifiesta hacia la influencia que "El gen egoísta" de Richard Dawkins ha ejercido sobre el pensamiento de Harari. Cualquier impresión extraida de este texto que lleve a la conclusión de que exista afinidad entre estos autores debería entenderse como un resultado del esfuerzo unificador del que escribe estas líneas.

 

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Nuestro problema como sociedad humana actual no es que no actuemos de manera global, sino que cuando actuamos globalmente no redunda en nuestro beneficio. Actualmente los humanos ya actuamos como un ente globalizador. Ya hay una conciencia colectiva que nos dirige. Somos hormigas que hemos delegado nuestro "telos" (propósito o fin) al hormiguero. Y el hormiguero que ha emergido de la multiplicidad de esas naturalezas humanas, domesticadas por la cultura y la historia, es un hormiguero de producción y consumo aberrantes.

Soñamos con mecanismos de democracia directa que permitan a la población desplegar la conciencia colectiva que nos ayude a reconectar con Gaia. Edenismo, progresismo o utopismo. Llevamos desde los filósofos griegos dándole vueltas a esta contradicción que supone pretender domar al sistema complejo emergente desde dentro del propio sistema. Pero no parece lógico que las partes del sistema domadas por él puedan llegar a domar al propio sistema.

Las comunidades sencillas o poco complejas sí podrían albergar partes libres dentro de sí, entendiendo la libertad de esas partes como la capacidad para influir beneficiosamente sobre su comunidad.

Parece que fue inevitable transitar desde muchas culturas pequeñas a unas pocas culturas grandes y finalmente a una única sociedad global. Y la dinámica de la historia durante este tránsito hacia sociedades más complejas no se ha dirigido a mejorar el bienestar humano. Las culturas que más éxito han tenido en la historia no han sido las mejores para Homo sapiens. La evolución cultural se ha basado en la replicación de unidades de información cultural o "memes", y las culturas que más éxito han tenido han sido las que han sobresalido en la reproducción de sus "memes", con independencia de los costes y beneficios para sus anfitriones humanos.

Cualquier intento de diseño de "memes" por parte de las hormigas no puede dar como resultado un comportamiento del organismo hormiguero en beneficio de las hormigas. El hormiguero siempre sigue su propia dinámica y las hormigas han entregado su "telos" al hormiguero. Estamos hablando de un sistema caótico de nivel dos, que reacciona a las predicciones o controles que se pretenden ejercer sobre él desde dentro, con el consiguiente resultado impredecible (un ejemplo de sistema caótico de nivel uno sería el clima, que sí se presta a cierta predicción).

La tendencia de nuestro hormiguero humano ha sido al aumento de complejidad constante. La complejidad en Gaia también ha tendido siempre a aumentar. Este aumento siempre se ha ido encontrando con límites de recursos y energía (límite de la función sigmoidea que caracteriza al crecimiento de sistemas complejos). Pero Gaia, ha ido solucionando o superando estos límites gracias a la simbiosis, mediante la cual, organismos con telos propio pasaban a ser partes de organismos superiores, delegando su telos propio al organismo superior: la eucariota es la simbiosis de bacterias y virus; un pluricelular es la simbiosis de eucariotas, bacterias y virus; un termitero es la simbiosis de pluricelulares, eucariotas, bacterias y virus; un bosque tropical es la simbiosis de termiteros, organismos, eucariotas, bacterias y virus. Gaia es la simbiosis de ecosistemas. Quizás, incluso algo más allá a partir de la simbiosis entre diferentes gaias (panspermia).

Así es como se comporta la biología, sistemas abiertos que cooperan e intercambian información y energía a través de sus permeables fronteras (membranas), para así conseguir reciclar materia a tasas de más del 95% y poder superar de esa forma los límites al crecimiento de la complejidad.

Pero la psicología o cognición, como emergencia de los organismos complejos, no ha parecido seguir con los humanos el patrón de la biología. Se ha terminado organizando mediante sistemas cerrados que compiten entre sí. La primera y más importante frontera impermeable es la que nos separó de la propia Gaia, y que solo hemos ido usando para extraer de ella y arrojar nuestra basura tóxica. Esa falta de permeabilidad entre los componentes del sistema es lo que impide el reciclado eficiente de materia, y por tanto un uso renovable de la energía, y de ahí que nos hayamos topado con un límite ineludible al crecimiento de nuestra complejidad.

Pero en primera instancia, a pesar de esa tendencia impermeabilizante, pudimos llegar hasta la cima de nuestra complejidad gracias a la capacidad cognitiva de imaginar realidades cohesionadoras (memes). Esa capacidad cultural de doble filo es la que a la larga nos impermeabilizó de Gaia y de nuestra comunidad local, convirtiéndonos en seres individuales, domesticados y aislados y, que a su vez, finalmente, nos cohesionó globalmente como el hormiguero que ahora somos: un hormiguero de seres desconectados y aislados entre sí pero dirigidos globalmente por su cultura estandarizadora.

Ahora, una vez sobrepasada la capacidad de carga del sistema biológico que sustenta a esta emergencia cognitiva que es nuestro propio sistema, el destino ineludible es que disminuya su complejidad (colapso). Si sucede rápido, el sistema que nos alberga podrá recuperarse pronto y eso nos permitirá medrar ante un nuevo abanico de posibilidades, pero si sucede lento y seguimos socavando la capacidad de carga exterior por mucho tiempo, la caída final será tan profunda que bien podríamos enfrentarnos a la extinción o la vuelta al paleolítico.

Por otro lado, no parece que el ser humano constituya la cúspide de la complejidad, a nivel de organismo biológico individual, y se espera que la evolución (de la mano de Gaia, no de la mano de la tecnología humana que irá a menos) traiga consigo organismos mucho más complejos que los seres humanos [1, 2], al menos si cuantificamos la complejidad como la información útil que puede albergar la cadena de ADN, ya que esta medida está lejos de haber alcanzado su límite.

Así, aunque parece que la actual naturaleza humana está condenada a estropearlo todo en cuanto la capacidad de carga del sistema huésped está lo suficientemente recuperada para permitir su tendencia al crecimiento sin reciclado, puede que no estemos ante el final o el fracaso de la cognición. Puede que aún Gaia consiga dar forma a seres auto-conscientes permacultores. Pero Gaia no es una diosa perfecta. Ya antes ha experimentado "extinciones" que provenían de ella (e.g. reducción de anaeróbios por la oxidación de la atmósfera), y, aunque si bien es cierto que casi siempre ha sabido sacar partido de las mismas (e.g. la oxidación incrementó en un orden de magnitud la tasa metabólica), también a veces comete "errores" en su proceso de "ensayo/error" hacia el perfeccionamiento.

El reparto de energía/información sucede mediante la resolución de gradientes a través de las membranas permeables de las partes que constituyen este fractal jerárquico orgánico que es Gaia. Este reparto y las posibilidades de acelerarlo a nivel local se maximizan mediante la diversidad: cuanta más diversidad de partes exista dentro de cada capa jerárquica y cuanta más diversidad de jerarquías anidadas existan.

Nuestro sistema cognitivo humano, en su tendencia estandarizadora funciona justo al revés. Nuestra capacidad de reciclado a nivel global siempre estará a años luz de las tasas óptimas de Gaia, y eso es porque nuestra economía es una amalgama de agentes con membranas impermeables en cuanto al reparto de conocimiento y energía, que interactúan (o mejor, compiten) siguiendo los "memes" impuestos por una evolución cultural que no podemos dirigir.  

La ley de la entropía rige nuestro universo. La energía e información tienden a dispersarse, y los seres complejos las retienen momentáneamente porque eso permite al final que el reparto o dispersión hacia su exterior sea mayor que sin ellos. Marte, Venus y Titán generan menos entropía por metro cuadrado que la Tierra. Y la biosfera juega seguramente el papel diferenciador.

Puede que los humanos en nuestro estado genético actual seamos un "error" de Gaia, pero la tendencia general de Gaia es a perfeccionarse. Y no podría ser de otra manera en este universo, si entendemos esa perfección como la mejor forma de cumplir con la ley de la entropía, esto es, maximizar el reparto energético y de la manera más rápida a nivel local.

Si los seres humanos tuviéramos, como sueñan los transhumanos posmodernos, la capacidad de modificar nuestra propia genética o fronteras físicas, si tuviéramos la capacidad de agotar hasta la última gota de la energía y materiales a nuestra disposición para poder trascender nuestra biología y poder así dirigir nuestra propia evolución, llegaríamos, tras muchos fracasos y suponiendo que pudiéramos superarlos, a la conclusión de que la mejor inteligencia artificial es la que imita a los seres cognitivos biológicos actuales, que la mejor nanotecnología es la que imita a los microbiomas, que la mejor forma de perpetuarse es conseguir reciclar por encima del 95%.

Acabaríamos exprimiendo la última gota de vida para acabar reinventando la propia vida. Vida emergiendo artificialmente de la vida auto aniquilándose. Afortunadamente, el violento choque contra nuestros límites impedirá acometer semejante delirio autorreferente.

Friday, October 8, 2021

CARTA A UNA HUMANISTA


 

Esta es mi respuesta a una persona participante en un foro de Internet llamado "Colapso". Nuestro "encontronazo" comenzó con una crítica mía hacia las instituciones europeas. Su malestar vino cuando relacioné esas instituciones, grandes garantes mundiales de la "democracia", con la corporatocracia capitalista.

Para aleccionarme, me remitió a un artículo donde el autor distingue entre neoliberalismo y social-democracia, tratando de hacer ver que la segunda nos salva del primero.

A continuación mis impresiones (que valgan también de resumen) después de leer atentamente ese largo artículo.

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Es interesante el esfuerzo que hace el autor por analizar en profusión el movimiento neoliberal (en particular el europeo) y así conseguir diferenciarlo o aislarlo de la social-democracia, donde parece que él se encasilla. Diríase que su esfuerzo polarizador, tiene un efecto auto-exorcista que consigue salvarle y posicionarle en el lado de los "buenos". Pero en realidad la razón de ser de ambos polos se halla entrelazada en la misma matriz histórica común.

Como aperitivo, me remito a un par de párrafos de un artículo de Álex Corrons donde trata la falta de coherencia de Unidas Podemos con el ideario decrecentista, y que me sirve como introducción:

"Promover el decrecimiento obliga a apostar por la economía local, las monedas sociales con carácter ético, la soberanía alimentaria, los espacios de autogestión, abandonar el productivismo y el extractivismo, y es antagónico al proyecto que propone Podemos, en el que el Estado es el principal garante del bienestar, y en el que se asume el discurso del crecimiento como fuente de bienestar y progreso, para conseguir el apoyo electoral. Creo que cometen un error muy grave al adoptar como propia la postura del crecimiento y por tanto del capitalismo. El keynesianismo es pan para hoy, hambre para mañana, y lo que es peor, ya es hambre hoy para una parte importante de la humanidad y para la naturaleza. Hoy deberíamos hablar de dos posturas antagónicas: una es el productivismo, defendido por los neoliberales en forma de darwinismo social y por los socialdemócratas en forma de reparto de los beneficios dentro del marco de las democracias liberales capitalistas, y por otro lado, la postura de la reconciliación con la naturaleza y con el buen vivir defendida desde el 'ecologismo libertario', de los que hay muchos ejemplos que no necesariamente se reconocerán todos con esta etiqueta."

"La socialdemocracia es el salvoconducto del sistema totalitario mercantil. Decir que se puede 'salir de la crisis', 'acabar con la corrupción' o 'recuperar el crecimiento económico' -mediante dinero deuda o devaluación, y explotación de recursos finitos-, es asumir que este sistema tiene remedio -eso a lo que los socialdemócratas llaman 'realismo'-, frente a las personas que nos oponemos a esta aceptación servil del orden establecido. El neoliberalismo y la socialdemocracia son las dos caras de la misma moneda: cuando una de las dos caras se desgasta, aparece la otra como solución única a nuestros problemas. El Estado y la delegación del poder en unas minorías que se erigen como los 'sabios gestores' o como los 'gestores honrados y generosos', nos impiden avanzar por el camino de la democracia directa, la autogestión, la emancipación y del cuidado de la naturaleza y la vida."

Ahora, antes de entrar en materia con partes concretas del artículo, quisiera extraer algunos párrafos de "Sapiens" de Harari. Que conste que no hago apología del pensamiento de este señor, tan solo lo cito últimamente por puro morbo transgresor, ya que me viene al pelo tanto para soliviantar a los del "mainstream" (la mayoría), como a los cuatro gatos eco-libertarios. Todos tenemos prejuicios e influencias y nos esforzamos en la imposible empresa de describir con objetividad la matriz en la que estamos inmersos y nos condiciona, así, Harari, aunque intenta desmarcarse fríamente de todo dogma, le delata su tecno-optimismo, posmodernismo, transhumanismo, neodarwinismo, etc., y esto enerva a eco-libertarios. Sin embargo, de manera inconsciente y magistral, en su afán por deconstruir todos los mitos que nos llevaron a la modernidad, involuntariamente allana el camino a eco-socialistas y decrecentistas, lo que a su vez exaspera a los del "mainstream". Algún día escribiré un artículo criticando sus ideas transhumanistas, pero ahora, algunas de sus reflexiones me servirán para justificar porqué neoliberalismo y la socialdemocracia son, como dice Álex Corrons, dos caras de la misma moneda (las aclaraciones entre corchetes son mías):

"Hoy en día se suele considerar que la religión es una fuente de discriminación, desacuerdo y desunión. Pero, en realidad, la religión ha sido la tercera gran unificadora [estandarizadora] de la humanidad, junto con el dinero [mercado] y los imperios. Puesto que todos los órdenes y las jerarquías sociales son imaginados, todos son frágiles, y cuanto mayor es la sociedad, más frágil es. El papel histórico crucial de la religión ha consistido en conferir legitimidad sobrehumana a estas frágiles estructuras."

"El comercio, los imperios y las religiones universales acabaron por situar prácticamente a todos los sapiens de todos los continentes en el mundo global en el que vivimos en la actualidad. Este proceso de expansión y unificación no fue lineal y no careció de interrupciones. Pero si consideramos el panorama general, la transición desde muchas culturas pequeñas a unas pocas culturas grandes y, finalmente a una única sociedad global ha sido probablemente un resultado inevitable de la dinámica de la historia humana. Pero decir que una sociedad global es inevitable no es lo mismo que decir que el resultado final tenía que ser el tipo concreto de sociedad global que ahora tenemos."

"No podemos explicar las opciones que la historia hace, pero podemos decir algo muy importante sobre ellas: las opciones de la historia no se hacen para beneficio de los humanos. [..] la dinámica de la historia no se dirige a mejorar el bienestar humano. No hay base alguna para pensar que las culturas que más éxito han tenido en la historia son necesariamente las mejores para Homo sapiens. Al igual que la evolución, la historia hace caso omiso de la felicidad de los organismos individuales. Y los individuos humanos, por su parte, suelen ser demasiado ignorantes y débiles para influir sobre el curso de la historia para su propio beneficio."

"La edad moderna ha asistido a la aparición de varias religiones de ley natural nuevas como el liberalismo, el comunismo, el capitalismo, el nacionalismo y el nazismo. A estas creencias no les gusta que se las llame religiones, y se refieren a sí mismas como ideologías. Pero esto es solo un ejercicio semántico. Si una religión es un sistema de normas y valores humanos que se fundamente en la creencia en un orden sobrehumano, entonces el comunismo soviético no era menos religión que el islamismo."

"[..] en la actualidad el norteamericano medio es simultáneamente un nacionalista (cree en la existencia de una nación que ha de desempeñar un papel especial en la historia), un capitalista de libre mercado (cree que una competencia abierta y la búsqueda del interés propio son las mejores alternativas de crear una sociedad próspera) y un humanista liberal (cree que los seres humanos han sido dotados por su creador de determinados derechos inalienables)."

"Las religiones teístas santifican a los dioses. Las religiones humanistas adoran a la humanidad o, más concretamente, a Homo sapiens. El humanismo es la creencia de que Homo sapiens tiene una naturaleza única y sagrada, que es fundamentalmente diferente de la naturaleza de todos los demás animales y de todos los otros fenómenos. Los humanistas creen que la naturaleza única de Homo sapiens es la cosa más importante del mundo, y que determina el significado de todo lo que ocurre en el universo. El bien supremo es el bien de Homo sapiens. El resto del mundo y todos los demás seres [incluidos algunos sapiens cuyo sacrificio les parece inevitable] existen únicamente para el beneficio de esta especie."

"Todos los humanistas santifican a la humanidad, pero no se ponen de acuerdo sobre su definición. El humanismo se ha dividido en tres sectas rivales que luchan por la definición exacta de <<humanidad>>, de la misma manera que las sectas cristianas rivales luchaban por la definición exacta de Dios. En la actualidad, la secta humanista más importante es el humanismo liberal, que cree que la <<humanidad>> es una cualidad de los humanos individuales, y que la libertad de los individuos es por lo tanto sacrosanta. Según los liberales, la naturaleza sagrada de la humanidad reside en todos y cada uno de los Homo sapiens individuales. El núcleo interno de los humanos individuales da sentido al mundo, y es el origen de toda autoridad ética y política. Si nos encontramos ante un dilema ético y político, hemos de mirar dentro de nosotros y escuchar nuestra voz interior, la voz de la humanidad. Los principales mandamientos del humanismo liberal están destinados a proteger la libertad de esta voz interior frente a la intrusión o el daño. A estos mandamientos se les conoce colectivamente como <<derechos humanos>>."

"Aunque el humanismo liberal santifica a los humanos, no niega la existencia de Dios y, en realidad, se basa en creencias monoteístas. La creencia liberal en la naturaleza libre y sagrada de cada individuo es una herencia directa de la creencia cristiana tradicional en las almas individuales libres y eternas. A falta de almas eternas y de un Dios Creador, a los liberales les resulta embarazosamente difícil discernir qué es lo que tiene de tan especial el sapiens individual."

"Otra secta importante es el humanismo socialista [o lo que yo llamo izquierdismo, después de leer a Unabomber]. Los socialistas creen que la <<humanidad>> es colectiva y no individualista. Consideran sagrada no la voz interna de cada individuo, sino la especie Homo sapiens en su conjunto. Mientras que el humanismo liberal busca la mayor libertad como sea posible para los humanos individuales, el humanismo socialista busca la igualdad entre todos los humanos. Según los socialistas, la desigualdad es la mayor blasfemia contra la santidad de la humanidad, porque confiere privilegios a cualidades secundarias de los humanos por encima de su esencia universal. Por ejemplo, cuando se conceden privilegios a los ricos por encima de los pobres, esto significa que valoramos el dinero más que la esencia universal de todos los humanos, que es la misma tanto para los ricos como para los pobres."

"Al igual que el humanismo liberal, el humanismo socialista está construido sobre cimientos monoteístas. La idea de que todos los humanos son iguales es una versión renovada de la convicción monoteísta de que todas las almas son iguales ante Dios. La única secta humanista que se ha liberado realmente del monoteísmo tradicional es el humanismo evolutivo, cuyos representantes más famosos son los nazis. Lo que distinguía a los nazis de otras sectas humanistas era una definición distinta de <<humanidad>>, que estaba profundamente influida por la teoría de la evolución. En contraste con otros humanistas, los nazis creían que la humanidad no es algo universal y eterno, sino una especie mutable que puede evolucionar o degenerar."

Lo siento, esto se ha hecho demasiado largo. Vamos ya con el artículo recomendado por la destinataria de esta carta:

"[..] los neoliberales comenzaron a poner cada vez más en funcionamiento un mundo partido entre Estados y mercados, donde los primeros servirían para salvaguardar el buen funcionamiento de los segundos. Donde la economía de mercado estaría por encima de la democracia."

Aquí, desde el principio el autor se posiciona en su principal tesis, estableciendo la dicotomía democracia/mercado, como si fueran capas inconexas de la sociedad, obviando que ambas han evolucionado en retroalimentación mutua.

"Una hoja en la rama de un árbol que se mueve según el viento en una tormenta. Y ese espacio que tiene la hoja es su libertad. Tiene libertad de moverse con las fuerzas del viento que la está empujando. Para experimentar la libertad, tenemos que hacerlo dentro de un espacio de intercambio monetario. Así que creo que, para todos los neoliberales, la libertad es el descubrimiento de partes desmercantilizadas de la vida humana, y luego mercantilizarlas y convertirlas en cosas que pueden ser intercambiadas en el mercado. Y eso es muy diferente de la forma en que otras personas piensan en la libertad, en particular lo que defienden los socialistas. [..] El punto clave del neoliberalismo es que si quieres un sistema basado en el individualismo, entonces necesitas diseñar un sistema dentro del cual el individuo pueda ser libre."

He de reconocer que este análisis acerca del concepto de "libertad" neoliberal es bastante interesante, aunque esto no aporte nada al debate que tenía entre manos con mi interlocutora.

"Para los neoliberales, el BCE fue demasiado débil y demasiado pasivo en su tratamiento de los países del sur de Europa. Y al rescatar, entre comillas, a los prestamistas alemanes en lugares como Grecia, en realidad rompieron sus propias reglas, rompieron su propio mandato. Y se produce este nuevo mundo de tasas de interés cero, de la flexibilización cuantitativa, y siguen alarmando, contra toda evidencia, que inevitablemente conducirá a la inflación. [..] Por lo que hay un lado de los liberales que su respuesta se centra en cómo el Estado solo necesita tomar más medidas y que los bancos necesitan seguir sus propias reglas. Quieren que haya un límite de déficit que se mantenga, incluso para Alemania y Francia. Y por eso se oponen a los fondos de estabilización y todo lo relacionado con la respuesta al coronavirus. Piensan que el Estado solo tiene que cumplir con sus propios principios y que el Tratado de Maastricht tiene que ser seguido al pie de la letra. [..] Y esa es la solución más popular ahora mismo entre los intelectuales neoliberales, desconectar el movimiento supranacional, volver a la nación y usar eso como base para gestionar el capitalismo y fomentar la competencia. Hacer que se compita entre Estados para bajar los impuestos y salarios. Ven que esta opción es mejor que la ampliación supranacional, donde sólo produce más hinchazón burocrática y, tal vez, un cambio político hacia la izquierda."

Aquí ya nos presenta sin tapujos otra de sus locas tesis: que el hecho de que los bancos centrales sobrepasen los límites de deuda y que se haga imposible pagar los intereses ha demostrado ser inocuo para el sistema, afirmando además que esta tesis es la que distingue a socialdemócratas de neoliberales. Nos presenta al BCE como hermanita de la caridad, desmarcado de las políticas neoliberales. Parece que no se ha enterado de lo que explican en este artículo a propósito de que EU no haya sido capaz de encontrar un procedimiento común de intervención (tipo coronabonos) en la crisis del covid-19:

"[..] el BCE ha decidido que los títulos de la deuda pública soberana tendrán más valor cuanto más reducido sea el peso del endeudamiento público. Y los bancos compran esos títulos, aun a costa de tener que pagar dinero por ellos, para poder entregarlos como colateral cuando piden liquidez al Banco Central. Y este es el meollo de la cuestión: Holanda y otros países similares han reducido la deuda pública a base de inflar la deuda privada. La destrucción de lo público ha alcanzado tal gravedad que hoy en Holanda los fondos de pensiones privados aportan una cuantía mayor de renta que las pensiones públicas a los jubilados holandeses; o en Alemania, donde el gasto público en pensiones para una población que duplica la española es similar. Los títulos de deuda del sur de Europa son de los más deseados por esos fondos de pensiones. Por tanto, nada más lejos de las intenciones de esos socios del Euroclub que permitir que a todos nos cueste lo mismo el endeudarnos. No hay que permitir que se reduzcan a cero los intereses que pagamos los mediterráneos porque una parte de nuestros impuestos, a través del servicio de la deuda, tiene que seguir pagando las pensiones de los jubilados de los endeudados países nórdicos."

Continuamos con el artículo de mi "amiga" ...

"Los neoliberales ahora están preocupados porque creen que la Unión Europea comenzó con una buena disciplina que favorecía el mercado, pero que ahora se está convirtiendo en esta entidad socialista verde suave y muy grande."

Esa entidad socialista "verde" "suave" en realidad es:

  • la que decide que muera gente ahogada en el Mediterráneo o vea sus derechos humanos dilapidados en campos de concentración
  • la que ha visto en la última década reducidos sus niveles de contaminación y CO2 porque ha exportado su producción a Asia para reducir costes laborales y ambientales
  • la que chantejeó a Grecia amenazándola con la bancarrota después de que los griegos votaran en referéndum y apoyaran mayoritariamente una vía alternativa para salir de la crisis
  • la que quiere expoliar y destruir el medio ambiente congoleño para traer a Europa hidrógeno "verde" con un tren a diésel
  • la que va a promover que se expolie y destruyan comunidades resilientes rurales para que se pueda extraer litio de Portugal y Extremadura
  • etc.
 
"En los años 90, los nuevos partidos liberales hicieron alianzas con los etnonacionalistas. Y con el tiempo, el neoliberalismo se desvaneció y el etnonacionalismo dominó. Pero lo que señalo en el libro y que creo que es importante ver es que muchas de estas facciones neoliberales que iniciaron estos partidos en realidad no necesitaban ser convencidas de que la cultura importa y la raza importa, porque esto, en realidad, ya era un compromiso que hicieron en esa alianza, ya era parte de su pensamiento. La cáscara económica está en realidad marcada por los rasgos culturales y las diferencias culturales."

Sí, es interesante cómo explica la relación tejida entre humanismo liberal, humanismo evolutivo y nacionalismo, lo que no ve es que el humanismo socialista también está entretejido con los otros humanismos.

"La nueva normalidad es que protejas tus propios productos, que intentes romper las cadenas de suministro internacionales para traerlos a tu propia casa, se espera que se desarrolle algún nivel de autosuficiencia y desacoplamiento, etc. Estados Unidos está en ello y Canadá se ha sumado. Así que ese es el primer gran cambio. Creo que esto señala el fin del estilo de globalización mundial de los años 90."

Lo que él llama eufemísticamente "fin del estilo de globalización mundial" yo lo llamaría pérdida de complejidad del sistema, o lo que venimos llamando por aquí, colapso.

"Las medidas de gasto de Biden solo son posibles tras la ruptura del hechizo de la fobia a la inflación. La viejas ortodoxias económicas ya no tienen evidencia empírica de esa temida inflación, nadie les cree ya en Washington."

Aquí vuelve a la carga con la segunda de sus tesis principales: que el sistema se ha hecho inmune a la inflación. Esto ya no se corresponde con la realidad, ahora la híper-inflación sí empieza a verse como algo real, se nota que el artículo es de mayo de 2021. Creo que el autor, de todas formas, no entiende bien cuál es la amenaza. Creía que el que no aludiera para nada al tema de límites biogeofísicos al crecimiento, a parte de una frívola alusión al cambio climático, era simplemente porque a él le parecía que quedaba fuera de tema, pero ahora veo que es por puro desconocimiento.

El hecho de poder incrementar el techo de deuda sin límite tiene consecuencias funestas, por ejemplo, permite que se reproduzcan burbujas del estilo del shale oil (fracking). Se sabe que estas fuentes de energía tienen tasas de retorno energético próximas a uno o inferiores, como prueba el hecho de que se haya incurrido en pérdidas multimillonarias desde sus inicios, sin embargo, el hecho de poder endeudarse sin fin, ha permitido que EEUU siga basando su economía en el petróleo, en lugar de adaptarse al peak oil, han dejado que su economía estructuralice su carencia total de resiliencia. Ahora que los bancos ya no van a seguir financiando el fracking, empezarán a depender demasiado del petróleo de fuera, y eso hará que todo se encarezca allí, o sea, inflación, justo lo que nuestro autor niega que se vaya a dar.

A eso es a lo que nos lleva la deuda infinita, a seguir tirando el balón hacia delante para poder negar que hemos tocado unos límites que nos fuerzan a cambiar nuestras economías. Podría pensarse que si la deuda se usa para fotovoltáica o molinillos (como quieren los socialdemócratas europeos o los capitalistas verdes de EEUU), pues sí que estaríamos volviéndonos resilientes, pero no es así en absoluto, por muchos motivos, pero, principalmente, porque las renovables son subsidiarias de las fósiles y siempre lo serán.

"Todo esto hará que se empiece a relocalizar la industria en países que antiguamente eran industriales, como Estados Unidos, y puede que se cree algo de empleo. Aunque lo más probable es que sean grandes fábricas automatizadas y robotizadas controladas solo por unas pocas personas."

Vuelve a reconocer eufemísticamente el colapso. Pero lo de las fábricas robotizadas destila tecno-optimismo a lo bestia, en definitiva, ignorancia (¿deliberada?) de los límites al crecimiento, y en esto, neoliberales y socialdemócratas coinciden plenamente.

En definitiva, este artículo deja bien patente la pugna actual entre neoliberales (aliados con etnonacionalistas) y socialdemócratas por imponer sus tesis de cara a poder reparar un sistema económico que se demuestra ahora más que nunca esencial y estructuralmente fallido. Es el libre mercado lo que ambos pretenden salvar, unos con el pretexto de que es la única forma de producir la riqueza que necesita ser distribuida equitativamente, y otros con el pretexto de que para que a muchos les lleguen gotitas es necesario que unos pocos se ahoguen en abundancia.

Y el problema de ceguera de ambos es creer que se puede seguir ignorando que para producir riqueza hay que seguir triturando una base de sustento que ya no nos soporta, con el peligro de que todo se desmorone.

Aunque ambas caras de la moneda en esencia sean lo mismo, es necesario escenificar esta pugna entre ellas, para que así la población crea que cuando los suyos "ganan" están consiguiendo algo en su lucha. Esa "lucha" y ese "algo" es siempre quimérico y alejado de la realidad física que de verdad nos amenaza, y eso es lo que interesa al poder, que la gente siga inmersa en su sueño y no despierte.

Son los mitos de la modernidad, los que nos hicieron creer que éramos dioses destinados al crecimiento infinito, lo que une a unos y a otros. Es el miedo a que sigan perdiendo legitimidad y validez estos mitos lo que les une en la empresa común de mantener ignorante a la población y seguir tirando balones hacia delante. Y así, continuaremos con este lento deterioro hasta que llegue el crujido final.

Friday, September 24, 2021

EL FINAL SE ACERCA – CÓMO SE DERRUMBARÁ LA SOCIEDAD

Este texto es la traducción de uno de los artículos de una serie publicada por el científico André Sevenius Nilsen en su blog sevenius-nilsen.medium.com.

En la serie, el autor explora el colapso de la civilización moderna a través de los siguientes artículos:

- ¿Qué es el colapso?
- Por qué el colapso es inevitable
- ¿Cuándo se producirá el colapso de la sociedad?
- Cómo se derrumbará la sociedad
- ¿Se puede evitar el colapso?
- ¿Qué hacer ante el colapso?
- Resumen

Agradecemos al autor su valioso aporte y a Carlos Lorenz Benlloch (miembro de los grupos de Facebook "Decrecimiento sin dogmas" y "Colapso") por descubrir el artículo y encargarse de su traducción vía el traductor https://www.deepl.com/es/translator.

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El colapso global es inevitable y, según muchos informes, ya ha comenzado. En el post anterior de esta serie, predije que sería muy claro que el pico de crecimiento estaría detrás de nosotros en 2040, y que el colapso estará bien en marcha una década más tarde. A finales de siglo, nuestra sociedad moderna actual, con café barato, libertad de expresión, agua del grifo y demás, será un recuerdo lejano.

Por muy sombrío que pueda parecer el futuro, hay una gran diferencia entre que la sociedad se derrumbe en una anarquía caníbal o un lento desmoronamiento como el declive y la caída del Imperio Romano. No sé cómo serán las cosas en el año 2100, pero creo que, salvo que se produzca una catástrofe importante, las cosas se desarrollarán de la siguiente manera.

 


By Robert Mankoff — From the New Yorker: https://www.newyorker.com/contributors/robert-mankoff


La cultura popular nos ha hecho ver cómo se producirá el colapso. Ya conoces el procedimiento. Nuestro héroe se despierta y prepara café, como cualquier día normal. Enciende las noticias y ahí está: un virus o un desastre natural o quizás un evento de Carter que fríe todos nuestros aparatos electrónicos. Diez minutos más tarde, el mundo estalla en el caos y cada uno se las arregla como puede.

Las pandillas vagan por las calles, las milicias crean sus propias sociedades jodidas, los adolescentes intentan luchar por el bien, y así sucesivamente. Puede que incluso haya canibalismo y sadismo, ya que no hay necesidad de fingir que los humanos son meros animales sofisticados.

Pero, en mi opinión, no será así. El futuro es difícil de predecir, pero apuesto a que será una combustión lenta mientras los que están en el poder hacen todo lo posible para permanecer allí.

En general, podemos esperar lo siguiente, tanto a nivel local como mundial:

  • Aumento de los precios
  • Pobreza, hambruna y enfermedades
  • Inestabilidad política y aumento del autoritarismo
  • Conflicto

Cada punto alimentará a los demás, y a medida que nos desmoronemos, canibalizaremos nuestra propia sociedad en lo que se denomina "colapso catabólico". En un colapso catabólico, un sistema complejo como nuestra sociedad se degrada lentamente, con periodos de estabilidad entre las caídas más bruscas. Las cosas pueden incluso mejorar ocasionalmente, pero a costa de que el sistema se coma a sí mismo.

"... los sistemas altamente complejos no se degradan con elegancia; resisten como el demonio y luego se derrumban. Así es como mueren [nuestros cuerpos], por ejemplo".

[Earl Mardle]


Empecemos con una historia para ilustrar el concepto, antes de tocar cada punto de la espiral negativa por la que creo que estamos descendiendo.
 

El declive y la caída de "Super Business"

La ficticia "Super Business" era una exitosa empresa de software. Al principio había mucha demanda de sus productos y se expandieron rápidamente. Contrataron a lo mejor de lo mejor, construyeron una piscina en la oficina, consiguieron un chef que hacía los almuerzos más extravagantes, etc.

Sin embargo, el software requiere actualizaciones, parches y correcciones. A medida que ampliaban su gama, también lo hacían los costes de mantenimiento para mantener su cartera de productos frescos y relevantes.

Luego, los tiempos cambiaron y el mercado se enfrió un poco en su nicho particular. Reducir los salarios o los puestos de trabajo no era una opción, ya que eso reduciría el mantenimiento de su cartera de pedidos. Tampoco podían recortar los beneficios o las instalaciones, ya que los empleados podrían hacer las maletas. Así que suprimieron el desarrollo de nuevos productos, ahorrando un buen dinero en salarios para el equipo de desarrollo.

Unos años más tarde, Super Business se quedó atrás con respecto a la competencia.

Entonces, alguien creó una alternativa de código abierto a uno de sus programas. Eso redujo aún más sus beneficios. El director general pidió un préstamo para centrarse en la siguiente gran cosa, que resultó no ser la siguiente gran cosa.

Así pues, redujeron la piscina. A algunos empleados no les gustó y se marcharon, lo que redujo la frecuencia de las actualizaciones, pero al menos parte del dinero que se ahorraron se gastó en nuevas sillas de oficina. Sin embargo, los números rojos empezaron a infiltrarse poco a poco en las hojas de cálculo. A la caza de un nuevo préstamo y un pivote en un nuevo nicho, un nicho ya poblado por empresas establecidas.

Puedes ver a dónde va esto. Finalmente, agobiados por las deudas y la desaparición de los ingresos, Super Business tuvo que declararse en quiebra. Para los clientes fieles que quedaban, la noticia fue un shock. Para los que habían prestado atención, la caída se hizo esperar.

    "¿Cómo se declaró la quiebra? De dos maneras. Poco a poco, y luego de repente".

[Ernest Hemingway]


Ahora imagina que la sociedad humana moderna es un poco como la Super Business.
 

Esperar precios más altos

La economía mundial es un lío entrelazado de cadenas de suministro, financiación y producción distribuida. Si a esto le sumamos el negocio "justo a tiempo" (just in time) -que minimiza el almacenamiento-, cualquier interrupción provocará efectos en cascada.

Por ejemplo, si una ferretería no mantiene un amplio suministro en el almacén, cualquier contratiempo en el suministro de productos afectará a todos los clientes que dependen de esa tienda. Cuando esos clientes, por ejemplo los fontaneros, tampoco mantienen un suministro, entonces no pueden arreglar ninguna tubería rota hasta que se arregle la cadena de suministro.

En 2020, Covid-19 llegó al escenario mundial. Regiones enteras cerraron para limitar la propagación del virus, incluyendo las fábricas. Ahora que las cosas se han abierto de nuevo, y la gente contempla la vuelta a la normalidad, muchos productos tienen plazos de entrega de meses.

Ahora, en 2021, hay una escasez mundial de chips de ordenador, entre otros. Esto afecta a la producción de coches, ordenadores, cámaras digitales e incluso a nuestras queridas consolas de videojuegos. Se prevé que se necesiten un par de años para satisfacer la demanda de espera.

Del mismo modo, si una cosecha fracasa, afectará a los precios de los alimentos no sólo a nivel local, sino también a nivel mundial, dependiendo del producto.

Con sequías, inundaciones repentinas, olas de frío y de calor, las cosechas de muchas regiones del mundo se han visto gravemente afectadas este año. El precio del café, por ejemplo, casi se ha duplicado en el último año.

Por si fuera poco, los buques portacontenedores están atascados fuera de sus muelles, a la espera de ser descargados, lo que afecta a las mercancías con márgenes más estrechos, como los alimentos.

En otras palabras, escasez. O en lenguaje económico: la demanda supera a la oferta, lo que conduce a la inflación.


From United Nations: Department of Economic and Social Affairs. Note: the cause for price increases are varied. Droughts have for example limited wheat production in many countries (although overall production was higher than expected), while the post Covid19 recovery has created a surge in demand for all materials, which means more demand for shipping.


Puede imaginarse cómo afectará la inflación de los precios a aquellos cuyos sueldos no suben de forma similar. Este es especialmente el caso de las regiones más pobres.

Aunque Covid-19 no es más que un acontecimiento atípico, el futuro nos depara sorpresas similares. Lo más probable es que se produzcan más fenómenos meteorológicos extremos, principalmente a causa del cambio climático.

Lo que cabe esperar entonces es que cada catástrofe, ya sea local o global, repercuta en los rincones más alejados del planeta. En el caso del mundo occidental, lo más probable es que se perciba como un aumento de los precios de ciertos bienes o que algunos productos desaparezcan por completo de las estanterías.

Aunque algunos productos pueden escasear de vez en cuando, la mayoría de nosotros estamos acostumbrados a que vuelvan a aparecer cuando la producción se reactiva. Durante un colapso, es menos probable que esto ocurra, ya que no tendremos los recursos para reconstruir o ampliar.

Las perturbaciones también afectarán a la economía en general. Como se vio cuando el mercado de la vivienda en Estados Unidos se desplomó en 2008, el mundo entero lo sintió. ¿Imagina la calamidad si el océano se traga Miami? Las primas de los seguros de vivienda en Florida ya han aumentado masivamente.

Un día, los precios de los productos de primera necesidad suben por encima de los escasos sueldos de los trabajadores con salario mínimo, lo que posiblemente ya ocurre en muchos estados de EE.UU., y más aún en muchos países de África y Sudamérica.

¿Qué ocurre cuando la gente no tiene suficiente para comer?

"Toda sociedad está a tres comidas del caos"

[Vladimir Lenin]


Aumento de la pobreza, la hambruna y las enfermedades

A medida que aumenten los precios de los productos básicos y disminuyan las exportaciones, los gobiernos no dispondrán de tantos recursos para mantener los servicios, las infraestructuras, el bienestar y las instituciones como el sistema judicial. En general, el soporte de las clases bajas será el primero en desaparecer. Los subsidios de desempleo no durarán tanto, la atención sanitaria básica costará más y los tratamientos y medicamentos más especializados se agotarán al centrar los esfuerzos en las enfermedades más comunes que son más fáciles de tratar.

La clase media se parecerá cada vez más a los pobres de antaño, viviendo a duras penas. Las élites, bueno, lo harán bien durante mucho tiempo mientras sigan afianzando la propiedad. Pero, si crees que estás a salvo con tu salario de seis cifras, piénsalo de nuevo. Usted es el siguiente a medida que la desigualdad alcanza la estratosfera.

El proceso probablemente se sentirá en promedio como un descenso prolongado, con cada año un poco más difícil para la mayoría. Parecerá una erosión de ascendente, si se sabe cómo mirar.

Algunas regiones se verán más afectadas que otras, y algunas podrían incluso encontrar oportunidades en un mundo de costes crecientes. Pero en general, se espera un aumento de la pobreza.

Y con la pobreza vienen las hambrunas y las enfermedades, ya que los gobiernos, especialmente en el mundo en desarrollo, no pueden o no quieren ayudar a su gente. Si observamos los niveles de hambruna en el mundo, ya ha comenzado:


From the World Economic Forum: https://www.weforum.org/agenda/2020/07/global-hunger-rising-food-agriculture-organization-report/


Pero así son las naciones pobres, ¿no? Se han estado muriendo de hambre desde la época colonial. Bueno, pronto llegará al mundo en desarrollo.

Brasil es uno de los mayores productores de alimentos del mundo, junto con el suroeste de Estados Unidos. Ambos se encuentran actualmente bajo una fuerte presión por los fenómenos meteorológicos extremos y la falta de agua dulce para sus cultivos. ¿Qué pasa si esas regiones no pueden producir lo suficiente?

California, por ejemplo, produce alrededor del 13% de los alimentos que se consumen en Estados Unidos, y casi el 100% de varios productos. Si la actual sequía continúa, que parece que lo hará, junto con el grave estado del río Colorado, son muchos los estadounidenses que necesitarán desplazarse y muchos los productos que desaparecerán de las estanterías.

¿Y si China se hunde, o decide dejar de exportar todas nuestras necesidades consumistas? ¿O la India, uno de los mayores productores de medicamentos? Ambos países se enfrentan a futuros niveles de escasez de agua que entumecen la mente.

La conclusión es que lo que necesitamos costará más, y no habrá suficiente dinero para pagarlo todo. Entonces, ¿qué hace la gente cuando no se pueden cubrir las necesidades básicas?

"No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace una revolución para establecer una dictadura".

[George Orwell]

 

El auge del autoritarismo

Cuando los recursos escasean, suelen surgir conflictos. Siria, Etiopía, Irak, etc., son ejemplos recientes de países que han estallado en una guerra civil por falta de agua o alimentos. Sin embargo, antes de eso, es de esperar que la democracia se desvanezca y la corrupción aumente.

Los tiempos desesperados engendran medidas desesperadas, y por eso, cuando los tiempos se vuelven más difíciles, prosperan las políticas más extremas. Cuando las instituciones se debilitan y la gente se desespera, los que tienen la voluntad y los medios tienden a aprovechar el vacío. Los populistas del tipo socialista o fascista serán elegidos, o tomarán el control, en cada vez más países.

Lo que ocurre con los populistas es que promueven respuestas fáciles a problemas complejos. En primer lugar, inventan un cuento en el que culpan de los males del país a una cosa concreta, normalmente a un grupo de personas.

¿El precio del pan es demasiado alto? Culpa a los inmigrantes. ¿No hay trabajo? Culpen a China. ¿La creciente brecha entre ricos y pobres? Culpa de los judíos. ¿Economía arruinada? Culpa a la izquierda.

Entonces, todo lo que tienes que hacer es presentar una solución final a esa cosa y tendrás a la gente cometiendo los crímenes que quieras.

En otras palabras, no te sorprendas cuando los países del primer mundo, uno tras otro, elijan a sociópatas furiosos o a megalómanos ilusos.

Sin embargo, empezará de a poco, con la política en general cada vez más fracturada y polarizada. Entonces habrá leyes que recorten las libertades en nombre de la estabilidad. Los políticos dirán que tenemos que unirnos en estos tiempos difíciles para que podamos volver al buen camino.

Pero las cosas no volverán a su cauce y, según varios indicadores, la democracia lleva ya varios años en declive.

 


From The Economist: https://www.economist.com/graphic-detail/2020/01/22/global-democracy-has-another-bad-year.


¿Ves esa pequeña y agradable caída justo después de la crisis financiera?

 

La guerra, la guerra nunca cambia

"Es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo"

[Fredric Jameson]


Aunque la situación decaiga lentamente, en general, el capitalismo seguirá gobernando. Los regímenes más autoritarios utilizarán cada vez más la violencia para defender los intereses de los gobernantes y de los oligarcas que los apoyan.

Para el ciudadano medio, los precios seguirán subiendo y lo que antes era fácil será difícil. Cuando la situación se vuelva lo suficientemente desesperada, el orden social podría romperse por completo. Será entonces cuando se produzcan los saqueos, la anarquía y la ausencia de ley generalizada, o la represión brutal de alguna o todas las actividades no reguladas.

En el peor de los casos, habrá una guerra civil. No necesariamente del tipo en el que dos bandos opuestos se disputan el futuro del país, sino una gran división en múltiples facciones armadas que controlan regiones más pequeñas.

Por suerte, las investigaciones demuestran que la gente descubre el valor de la comunidad (con salvedades) en tiempos de crisis (por ejemplo, [1], [2], [3]).

Por supuesto, así es a menos que haya algo contra lo que dirigir el veneno de uno. Esta es la razón por la que la propaganda en tiempos de guerra se centra en describir al "otro" como un demonio malvado y esencialmente no humano que te arrebatará todo lo que aprecias.


From a front cover of a US anti-communist propaganda comic book published in 1947.


Así que cuando los políticos empiezan a argumentar que la falta de agua se debe a que el país vecino la acapara toda, la guerra puede estar sobre la mesa.
 

Y el ciclo vuelve a empezar, hasta que no lo hace

Finalmente, a medida que un país tras otro se derrumba por diversas razones, la gente tendrá que desplazarse. Como se vio en Europa tras el estallido de la guerra civil en Siria, la mayoría de los países no estaban precisamente salivando ante la idea de acoger al millón de refugiados que necesitaban un lugar para vivir.

Un cierto tipo de políticos sabe cómo sacar provecho de esto. En Europa, los que más se oponen a acoger a los extranjeros han visto aumentar su popularidad.

El número de refugiados lleva ya años aumentando, y aunque es difícil achacarlo al cambio climático o a la escasez de recursos, sólo se puede imaginar lo que ocurrirá cuando Oriente Próximo se vuelva demasiado caliente o grandes regiones de África dejen de ser aptas para el cultivo de alimentos. Bangladesh ya se enfrenta al preludio, ya que las aguas están subiendo y eso significa que más de 30 millones de personas buscan un futuro mejor.


From Al Jazeera: https://www.aljazeera.com/news/2021/6/20/infographic-world-refugee-day-journey


Incluso colocar a los refugiados en grandes campamentos, como hizo Francia en Calais, cuesta recursos, a menos que se les deje morir de hambre a todos. ¿Y si los alimentos ya son demasiado caros para los ciudadanos de los países que acogen los campos de refugiados?

En los escenarios más extremos, los refugiados vendrán hagamos lo que hagamos, y no podemos impedir que millones de ellos marchen hacia nuestras fronteras sin recurrir a medios espantosos.

Y esto solo en cuanto a refugiados. Los países de los que proceden, Estados en diversas fases de colapso, no importarán productos de otros países. Si bien esto significa un excedente para el país exportador, casi ningún país es hoy en día autosuficiente en todo lo que necesita, y un excedente de lo que uno no necesita y no puede vender, son malas noticias para los negocios.

Los países en colapso tampoco producirán y exportarán los bienes que normalmente exportarían. Eso significa escasez, aumento de precios, aumento del autoritarismo, conflictos, etc.

En algún momento, la comprensión del colapso inevitable sin un futuro brillante en el otro lado se establecerá. Los medios de comunicación pueden rehuir esa narrativa hasta cerrar sus puertas, pero en algún momento, la mayoría se dará cuenta de que todos sus sueños y aspiraciones no se harán realidad.

Si eres como yo, has crecido en un mundo que siempre ha mejorado. Un mundo lleno de posibilidades y nuevos horizontes que esperan ser descubiertos.

Darse cuenta de lo contrario será realmente doloroso.

Si la toma de conciencia colectiva es lo suficientemente fulminante, los historiadores del futuro podrían creer que nos destruimos debido a un virus mental muy desagradable. Sería un final apropiado: destruidos por un meme.

O podríamos negarlo todo hasta el final, hasta que seamos nosotros los que nos sentemos alrededor de una hoguera, preguntándonos de dónde vendrá nuestra próxima comida.
 

Resumen

La sociedad moderna se enfrentará en las próximas décadas a más y más desafíos con menos y menos recursos para resolverlos. Se prevé que la sequía, el hambre, la guerra civil, las inundaciones, los refugiados, etc., aumenten en un mundo que se calienta continuamente. Además, la extracción de muchos recursos es cada vez más cara.

Los alimentos se encarecerán a medida que la producción se desplace de zonas antes estables y de alto rendimiento a zonas menos adecuadas que requieren un cambio masivo de infraestructuras. Lo mismo ocurre con los recursos materiales como el cobre y el titanio. Algunos productos podrían no estar disponibles en absoluto.

Salvo un acontecimiento de cisne negro que provoque una destrucción masiva, como la erupción de Yellow Stone, el colapso de la plataforma continental occidental, el impacto de un meteorito, el evento Carrington, una guerra nuclear, etc., el escenario más probable es un lento declive general. Sin embargo, a nivel local, las cosas pueden variar mucho.

Habrá una guerra aquí, el colapso de una nación allí. Habrá una inundación de las que ocurren una vez en un siglo, tres veces en una década, o un millón de refugiados que se reúnen en alguna frontera en busca de una vida mejor. Y cada año, las cosas se vuelven un poco más difíciles, o para algunas regiones, mucho más difíciles.

Al mismo tiempo, mientras los gobiernos se esfuerzan por arreglar lo que está mal y por aplacar a la gente (o a la élite), tendrán que recortar gastos en otras partes. Los servicios sanitarios se erosionarán lentamente. Las instituciones como los servicios sociales, la educación, la policía, etc., estarán cada vez más reservadas a los ricos. En esencia, el organismo empieza a comerse a sí mismo en lo que se conoce como colapso catabólico.

En algún momento, sin embargo, se deshará. Lentamente al principio, luego de golpe.

Es entonces cuando la gente pierde la esperanza, se enfada o tiene suficiente hambre, cuando la fatalidad inevitable se hace visible. Si no puedes conseguir agua limpia, tienes que mudarte. La vida tal y como la conocías se acaba, y es poco probable que seas bienvenido allí donde vayas en busca de esa esquiva estabilidad.

Y a medida que la gente se desplaza de una región, eso ejercerá presión sobre la siguiente. Y lo que la gente producía antes ya no estará disponible.

En otras palabras, para la persona media, dependiendo del país, la calidad de vida disminuirá a un ritmo más o menos rápido, pero finalmente, la civilización global se habrá catabolizado hasta tal punto que el resto se derrumbará.

Si quieres seguir la pista de cómo va nuestro pálido punto azul, mira las métricas de la población global, la esperanza de vida media, el precio del pan, el Índice de los Estados Frágiles (Fragile States Index), el índice de pobreza por debajo de los 1.8 dólares-día, el coeficiente GINI de desigualdad de ingresos, la producción industrial, el consumo de energía, las métricas de delitos violentos y quizás el número de artículos de investigación publicados cada año.

La mayoría de estas métricas han ido mejorando década tras década. ¿Pero están cambiando? Aunque seguimos creciendo año tras año, está previsto que alcancemos pronto el máximo. El siguiente movimiento es la contracción.

Hay una alternativa, sin embargo. Las grandes empresas podrían llegar a comprar todo y alquilárnoslo. Las élites harán prácticamente todo lo que esté en su mano para que la máquina siga avanzando. Esto representa un futuro en el que los gobiernos son reemplazados por corporaciones, la naturaleza está ahí para ser exprimida, y nosotros somos meros esclavos con una cuenta bancaria. Una especie de neofeudalismo distópico. No hay que mirar más allá de Bladerunner o Elysium (sí, la de Matt Damon) para saber cómo es este futuro. La libertad de expresión no será bienvenida.

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A estas alturas, si has leído las entradas anteriores y te pareces a mí, puede que sientas una pizca de depresión o ansiedad acechando en el fondo de tu mente. ¿Quizás se vislumbre el contorno de una crisis existencial en la distancia?

Tu siguiente inclinación podría ser descartar todo lo que he dicho, o argumentar que los humanos somos suficiente ingeniosos, adaptables y buenos para arreglar las cosas cuando realmente importa.

Pues bien, el próximo post trata sobre la esperanza (próximamente).


Tuesday, September 14, 2021

CRÓNICAS MARCIANAS

 

Diseño de cómo podría ser el exterior de una de las ciudades de Marte. (ABIBOO Studio - SONet)

En este texto recojo mis reflexiones tras leer la espeluznante noticia sobre un proyecto promovido por la Mars Society, la organización más grande e influyente del mundo promotora de la exploración y el diseño de asentamientos humanos en el planeta Marte.

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"Llegará un momento en el que también en Marte habrá que frenar el crecimiento ..."
 
... Tiene gracia, los científicos, ingenieros, empresarios, y políticos de puerta giratoria implicados venden estos proyectos como si fueran algo necesario para liberar a la Tierra de nuestra presión crecentista: para poder dejar de machacar la Tierra tenemos que instalarnos en Marte. O sea, no es más que otro negocio sucio (fósil) que también se sube al carro del green washing.

Pongamos como ejemplo la Estación Espacial Internacional: A fecha de 2010 el costo total era de 150 mil millones de US$. Asumiendo 20000 días-persona de uso desde el 2000 hasta 2015 por tripulaciones de entre dos y seis personas, cada día-persona costaría 7.5 millones de US$.

Imagino que esto de poblar Marte hasta llegar a la autosuficiencia (no necesitar suministros de la Tierra) podría ser mucho más caro, pero imaginemos, siendo súper tecno-optimistas, que cuesta 100 veces menos, y que en tan solo un año de suministros se consigue la autosuficiencia. Si el objetivo del proyecto que explican en esta noticia es que vivan allí un millón de personas, esto supone un gasto de 27 billones de dólares.

Obviamente, estos proyectos no van a generar beneficios: mantener la vida en un planeta muerto supone una lucha constante contra los elementos que solo puede generar gasto, por decirlo de otra forma, tasa de retorno energético negativa. Entonces, como para abordar estos proyectos se necesita la intervención masiva de empresa privada (y éstos solo buscan beneficios) esto supone que todo esto al final se pagará a costa de depauperar aún más los servicios públicos y el poder adquisitivo de las clases pobres, aumentando la crispación social, y a más crispación social, más ecofascismo.

Notar que solo estamos hablando de gasto monetario y no de la huella de carbono y demás impactos ambientales. Como indicación, según esta noticia un cohete Falcon 9 emite tanto carbono en un viaje a la Estación Espacial Internacional como 5 vuelos transatlánticos de ida y vuelta. ¿Cuántos vuelos se necesitarían para poder implantar esas 5 ciudades autosuficientes que albergarían 1 millón de personas en total? Imagino que miles, así que fácilmente la huella de carbono de este proyecto (solo la del transporte) podría superar a la huella de toda la aviación comercial mundial, que se supone hay que reducir, no aumentar, si de aquí al 2030 tenemos que descarbonizarnos al 50%.

Por otro lado, recientemente leíamos en un artículo de Umair Haque que la humanidad tenía que hacer un esfuerzo de inversión de 20 billones de dólares para evitar el colapso de la civilización. Esto supone alrededor de 7 dólares por cada persona-día durante un año, contando 8000 millones de personas. Este es el verdadero coste si de aquí al 2030 tenemos que descarbonizarnos al 50% y queremos quedarnos en una economía estacionaria sin disminuir (ni aumentar) nuestro estándar de vida (también escenario súper tecno-optimista). En ese artículo se dice que es un esfuerzo titánico imposible de realizar sin desmantelar el capitalismo. Sin embargo, hemos visto que según los alucinados del proyecto marciano, para salvar la Tierra de nuestro crecimiento, proponen llevar a un millón de personas a Marte con un coste equivalente (tirando muy por lo bajo) al coste necesario para salvar a toda la civilización industrial del colapso.

En definitiva, o bien gastamos 20 billones en salvar el estilo de vida tecno-industrial en la Tierra, o por el contrario, gastamos 27 billones en hacer que un millón de personas vivan de forma autosuficiente en Marte. Creo que las 2 cosas no caben.

En realidad, yo creo que no cabe ninguna de las dos vías y yo optaría por una tercera vía: no hacer nada, o más bien, dejar de hacer cosas, no gastar nada, abandonar nuestros trabajos y ciudades y volver a reconectarnos con los círculos de la vida.

El problema es que no podemos hacer esto por 3 motivos:
  1. somos aún muchos, el planeta no tiene hoy día capacidad de carga para soportar 8000 millones de personas con estilos de vida orgánicos
  2. somos yonquis de las drogas (estímulos cortoplacistas) que este sistema nos proporciona para que no salgamos de él
  3. la coacción ecofascista irá en aumento y cada vez será más difícil escapar del sistema sin ser aniquilado
Y precisamente, porque no  podemos abandonar nuestras ciudades sin más, y para evitar el ecofascismo y la muerte masiva a partir de 2040, Umair Haque propone ese esfuerzo titánico imposible de 20 billones.

Ante esta encrucijada con todos los caminos cerrados, mi esperanza es que, cuando la energía y materiales disponibles escaseen lo suficiente como para que la debacle climática y ambiental nos impida seguir extrayéndolos (o reciclándolos), tampoco será posible mantener el control ecofascista sobre todo el territorio, la población se habrá reducido mucho (no es un deseo, es la realidad prevista a partir de 2040) y se volverán a dar las condiciones propicias para volver a la vida orgánica circular.

No sé qué nivel de producción tecno-industrial es compatible con la posible permacultura futura, ni cuánto conocimiento científico-técnico conservaremos para entonces, o cuánto recordaremos de los errores del pasado y qué nuevas realidades imaginadas (mitos) serán necesarias para evitar reproducir procesos civilizatorios de dominación insostenibles en el tiempo.

En cualquier caso, los restos de la depredadora civilización devastada perdurarán durante muchos siglos como una pesadilla recurrente en los sueños de los pueblos futuros, si es que llega a haberlos ...
 
"Un árbol, por ejemplo, incluso desde nuestros mitos de reducción mecanicista, es una máquina de una eficiencia y capacidad a años luz de lo que el mejor ingeniero podría soñar. Un árbol absorbe una pequeña parte de la energía incidente para fijar el disperso CO2 en su propia estructura, participando en el ciclo del carbono, donde éste se recicla a tasas de más del 99,5% (nuestra civilización no recicla nada a escala amplia por encima del 50%). Además, usa la mayor parte de la energía incidente para participar en el ciclo del agua de Gaia, con lo que, además, sube los nutrientes que necesita desde el suelo (al que contribuye a formarse y enriquecerse) hasta las ramas y las hojas. Esta “máquina” es capaz de autorrepararse y resistir tormentas que pocas estructuras humanas resisten, es capaz de sobrevivir, si así se le requiere, durante miles de años, y es capaz de generar un bosque y de alimentar a humanos y animales. Debajo de él hay un microclima cuya sombra es más eficiente para enfriar el suelo de nuestras ciudades que nuestros mejores “aires acondicionados”. La pregunta es: ¿cómo no hacer sagrado a alguien así?" [Carlos de Castro, http://www.albolafia.com/trab/Alb-Doss-010.CASTRO.pdf]

Para alcanzar una economía sin crecimiento y evitar que colapse, es necesario aprender a reciclar casi todo lo que se usa, y no es posible aspirar a una vida con altas tasas de reciclaje si no está basada en la circularidad orgánica. ¿Qué sentido tiene entonces aspirar a que en Marte, un planeta sin capacidad para albergar vida, algún día podamos reproducir esos ciclos orgánicos, mientras seguimos destruyendo los que tenemos en la Tierra?