Thursday, March 7, 2024

I_diotez A_rtificial

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"...los valores del amor son algo que jamás experimentará una máquina.."

[Ana Campos]


Antes de hacerme neo-ludita, estuve por décadas interesado en la IA. Antes de darme cuenta de que el conocimiento puede desarrollarse sin límite sin necesidad de una expansión material, pensaba que desarrollar la IA era nuestro deber para poder preservar y expandir el mucho conocimiento científico y artístico alcanzado, que de otro modo se perdería dada la debilidad humana.

Recientemente, leí al neuro-científico Antonio Damasio, que me enseñó la importancia del sustrato físico para el desarrollo de emociones: hasta el arcaico gesto de afecto que supone la contracción del flagelo de una ameba cuando éste percibe una agresión, está de alguna manera en el fondo de un inmenso legado acumulativo de evolución emocional que dio lugar finalmente a nuestra mente consciente. Por ello, sin un sustrato físico como el orgánico, nunca habrá una inteligencia artificial como la humana. Es precisamente la debilidad humana, ligada a ese sustrato y de la que queremos deshacernos con el desarrollo tecnológico, lo que nos hace sensibles e inteligentes ... vamos pues, con la IA, justo al revés para propiciar una verdadera evolución artificial cognitivo-emocional.

También descubrí recientemente cómo la consciencia (en humanos y en otros seres vivos) podría estar orquestada por entrelazamiento cuántico. Así como la fotosíntesis y la magnetorrecepción de aves son facilitadas por la "claridad" que emerge de conjuntos de partículas compartiendo o coordinando la indecisión o "turbiedad" de sus estados cuánticos (entrelazamiento), ya hay indicios fundados de que esto mismo podría estar ocurriendo en la emergencia de la claridad creativa del cerebro. Si así fuera, la mente no sería computable, y del mismo modo que la vida en sí misma, no reducible a un algoritmo.

Se podría alegar que una computadora cuántica sí es en potencia una máquina con alma o creatividad genuina, pero lo que veo es que la computación cuántica también ha entrado en rendimientos decrecientes. La dificultad de mantener entrelazados entre sí a todos los cubits de un computador cuántico actual crece exponencial con el número de cubits, por eso hoy en día no tenemos una computadora cuántica con más de unas pocas decenas de cubits entrelazados, y me temo que sin un sustrato molecular que permita un entrelazamiento cuántico tan fino como el alcanzado por algunas estructuras biológicas, no va a ser posible tener una computadora cuántica decente.

Se tiende a legitimar a la IA y a otras tecnologías de vanguardia apelando a la "neutralidad tecnológica": en buenas manos y dándole un buen uso, no son malas. La tecnología es neutra hasta que su complejidad llega a un umbral de no retorno, a partir del cual, su aumento de complejidad solo puede ir en detrimento de la complejidad de Gaia. Para profundizar en todo esto recomiendo leer por ejemplo a Adrián Almazán.

Pensemos en las redes de suministro globales y en las economías de escala, las tierras raras se extraen en América del Sur o África y luego van a las refinerías chinas, las impresoras que imprimen micro-chips se construyen en Holanda y sólo 3 o 4 gigafactorías en todo el mundo se pueden permitir adquirirlas para imprimir micro-chips en Corea de Sur o en Taiwan, y se lo pueden permitir porque producen a gran escala para así reducir costes ...

Sin el desarrollo del capitalismo y el auge de la cultura del consumo hedonista masivo, inoculada en una población siempre creciente, nunca se habría desarrollado toda esa especialización y complejidad mercantil que ha conducido a tanta complejificación tecnológica. Sin el concurso de la ambición, toda esa bien intencionada motivación de científicos e ingenieros orientada a mejorar la vida humana habría quedado en nada. Y sin el concurso de una masa consumista creciente y materiales y energía abundantes y baratos (justo de lo que va a haber cada vez menos por la multicrisis de escasez), la tecnología compleja tiene los días contados ... por suerte ...

La posibilidad de poder hacer más cosas o de hacerlas de manera más eficiente (con el aumento de la complejidad tecnológica) nos lleva a eso: a hacer más cosas, con el consiguiente uso añadido de energía y materiales e impacto ambiental adicional. Esto es el famoso efecto rebote o paradoja de Jevons.

Pero el dogma de que el aumento de la eficiencia y la complejidad tecnológica deba seguir siempre la lógica de los rendimientos crecientes también está viniéndose a bajo. La complejidad del sistema humano ha crecido exponencial, pero nuestro cerebro apenas cambió en 100.000 años, y el sistema industrial requiere de un control humano cada vez más difícil, ya que cada vez cuesta más profundizar más allá de la mera especialización de cada uno, y cada vez hay más 'especialidades' a controlar o coordinar ... todo esto, sumado a la pérdida de biorrecursos y a la escasez energética/material creciente (todo derivado del sobrepasamiento de la empresa humana) lleva a rendimientos decrecientes y negativos de la complejidad.

A veces he visto cómo gente de ideología marxista (en su derivada posmoderna/prometeica) babea con la IA y con otros caramelitos tecnológicos presentados por la narrativa dominante. Es normal el apego a esta narrativa por parte de la mayoría neo-liberal posmoderna (liderada por figuras como Yuval Harari, Bill Gates, ...), o por parte de arcaico-liberales (neoconservadores, ahora autoproclamados libertarios), pero el apego a los sueños tecnolófilos por parte de una gran mayoría de la izquierda opulenta supone un gran factor limitante para poder alcanzar una masa crítica concienciada hacia un cambio sistémico global.

Se sueña con la singularidad tecnológica como la herramienta definitiva para acabar con la injusticia en el mundo. Una IA orgánica en equilibrio con Gaia y que además consiga mantener todos nuestros satisfactores industriales actuales y extenderlos a la mayoría de esos 8 mil millones que aún no los tienen. Pensamiento mágico en estado puro.

El desarrollo tecnológico nunca dará lugar a un sistema artificial que se comporte de manera orgánica y en encaje con la biosfera, por muchos motivos, en especial, porque un sistema orgánico artificial que se puede desarrollar al margen de los límites de autorregulación de la biosfera (por tener sustrato artificial), se extenderá sin límites y tenderá a acaparar toda la energía entrante en el sistema para convertirse en la estructura disipativa única, es decir, acabará con la estructura disipativa biosfera por pura competición con ella.

En otras palabras, si dejamos que el poder de la IA siga aumentando, su falta de neutralidad aumentará con ello porque se perderá la posibilidad de que esté en manos de alguien, ya sean malas o buenas manos, ya que la IA será completamente autónoma, y el claro desenlace de esto es el final de la vida orgánica en la Tierra.

Y por este motivo es que yo, como alguien con sensibilidad anarquista y ecologista, a pesar de venir de décadas de ofuscamiento tecnolófilo, me terminé interesando por el anarco-primitivismo, y sí, ahora por fin me declaro sin pudor neo-ludita absoluto, por puro amor hacia Gaia.

Saludos

PD: Mi interés por el anarco-primitivismo y neo-ludismo es solo teórico, ya que en la práctica sigo anclado a la vida de yonqui tecno-industrial, y sin perspectivas reales de abandonarla ...