Friday, October 2, 2020

¿Y EL HIDRÓGENO?

"Los discursos tecno-optimistas destilan habitualmente cierta confusión entre tecnología y energía, como si se tratara de la misma cosa. La premisa es tan sencilla como errónea: desarrollando la tecnología, encontrar nuevas fuentes de energía no será un problema. Tampoco lo será el crecimiento en su consumo: se esboza un futuro idealista de economía desmaterializada donde, gracias a la eficiencia tecnológica, la producción se desacoplará del consumo energético (y del uso de los recursos en general), requiriéndose cada vez menos energía por unidad de producción, ad infinitum. Se obvian así los límites físicos y la segunda ley de la termodinámica, que nos habla de la irremediable degradación de la energía." (Introducción de un artículo de Samuel Martín-Sosa Rodríguez para el número 134 de la revista Papeles).

La mayoría de la gente preocupada por los problemas de sostenibilidad, que amenazan la continuidad de los estándares de abundancia del primer mundo, apelan constantemente a la "tecnología" como solución a todo. Es normal que lo efoquen de ese modo, ya que desde los medios de comunicación de masas se proyecta la idea de que se puede sanar al enfermo terminal a base de taponar sus múltiples heridas con "tiritas tecnológicas".

Las células de un organismo que se halla terminal a las puertas de la muerte, se siguen afanando en cicatrizar cualquier pequeño corte hasta el último momento, cuando ya no sirve de nada hacerlo. Nos hallamos en un río infestado de cocodrilos y mosquitos, un cocodrilo nos está devorando una pierna, también nos pican los mosquitos, pero lo único que escuchamos en "las noticias" son debates a cerca de qué repelente anti-mosquitos es más adecuado. Los ciudadanos, los consumidores, los gestores, los empresarios, todos ensimismados en sus asuntos y atrapados en la rueda de la apisonadora del consumo, no podemos pararla ... ¿o sí?

Vayamos con el caso particular de la tecnología del hidrógeno. "Vamos a hidrogenizar TODO el transporte (aéreo, marítimo y terrestre) y a lograr así emisiones cero", nos venden desde los medios de masas.

"El empleo de hidrógeno como combustible en motores es ya una tecnología totalmente viable, robusta y con ventajas ambientales evidentes. ¿Por qué no se hace entonces un uso generalizado del mismo? La clave a esta pregunta parece encontrarse en la dificultad actual de asegurar un suministro adecuado del mismo a precios económicos." (http://www.madrimasd.org/blogs/energiasalternativas/2013/05/23/132064).

La obtención del hidrógeno, que nos venden como el material más abundante y "disponible" en la Tierra, se ha de hacer, o bien, a partir de la combustión de hidrocarburos, o bien, a partir de la electrólisis del agua. El problema es que la electrólisis es mucho menos eficiente que la vía de quemar combustibles fósiles, por lo que la obtención rentable del hidrógeno pasa por ser acoplada en la cadena de producción de las centrales termoeléctricas de carbón. Entonces, para que la obtención del hidrógeno sea "limpia", el reto que se plantea su industria es la implantación de sistemas de captación de CO2 instalados en las chimeneas de las centrales.

Luego tenemos un nuevo problema. Captura de CO2. Pero ... ¡¡LA CAPTURA DE CO2 REQUIERE ENERGÍA!!

Al liberarse el CO2 a la atmófera se produce ENERGÍA, como se ve por ejemplo en la reacción de combustión del etanol.



Y al captar el CO2 se necesita el aporte de ENERGÍA, como se ve por ejemplo en la reacción de la fotosíntesis de las plantas.



O sea, parte de la energía que se obtiene al liberar el CO2 habría que volver a usarla para poder recapturarlo de nuevo, si queremos que el proceso sea sostenible en el tiempo.

"En una central termoeléctrica, la captura de CO2 podría aumentar los costes de producción de electricidad entre un 35% y un 85% dependiendo de las diferentes posibilidades de diseño, operación y financiación de la central." (https://www.greenfacts.org/es/captura-almacenamiento-co2/l-2/3-captura-co2.htm).

Es decir, todos esos costes añadidos (de I+D, implantación, mantenimiento, energía extra ...) redundarían en una pérdida de beneficios para la empresa, y eso al final es decrecimiento del PIB. ¿No sería más fácil e inocuo para el planeta que decreciéramos por el simple hecho de dejar de hacer cosas (inútiles) en lugar de tener que decrecer por el hecho de seguir haciendo cosas (inútiles)?

Pero el "reverso tenebroso" de la captura de CO2 no acaba ahí.

"... la situación más irónica que se puede dar es la derivada de combinar directamente la pretendida solución de la captura de carbono con la continuidad de la explotación de combustibles fósiles. Para apurar las reservas de petróleo, se emplea a menudo la inyección de gases como el CO2, para reducir la viscosidad y permitir que el combustible fluya. Este proceso (recuperación mejorada de petróleo) se lleva a cabo en condiciones de rentabilidad económica si se dispone de una fuente de CO2 abundante y barata. Del mismo modo, los defensores del desarrollo de las técnicas de captura y almacenamiento de carbono antes descritas, apuntan a que el desarrollo a gran escala de esta tecnología solo será económicamente posible si se acopla a procesos de recuperación mejorada de petróleo. Y así ya tenemos servida la perversión climática en estado puro: como solución al problema del CO2 que los combustibles fósiles han creado, planteamos una tecnología para retirarlo de la atmósfera que solo es viable con la condición de que sigamos quemando combustibles fósiles. Nos esclavizamos así a la droga que nos mata lentamente." (Artículo de Samuel Martín-Sosa Rodríguez para el número 134 de la revista Papeles).

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ya destaca en sus informes que no es suficiente con reducir emisiones, e insiste en la necesidad del desarrollo de los métodos de captura para poder alcanzar el compromiso de permanecer por debajo de los 2 grados cent. con respecto a temperaturas preindustriales. Y este reconocimiento explícito por parte del panel científico del IPCC es usado por lobbies y gobiernos para otorgar el calificativo de "científicas" a sus decisiones políticas. Autoritarismo científico.

Nadie da duros a cuatro pesetas. No se puede vivir sin consumir energía y materiales. Pero si además de vivir se quiere crecer, ésto solo puede hacerse a costa de degradar la base que nos sustenta. A costa de ir quitando a nuestra base una peseta de cada duro.

¿Qué significa una economía de cero emisiones? Pues, una economía estacionaria, donde el uso de energía y materiales es reducido y constante, no crece, la población también se queda en niveles constantes de equilibrio y no crece. En esta economía nadie obtiene un beneficio "extra" de su actividad. La diferencia entre ingresos y gastos es cero. Los duros se dan a duros en una economía estacionaria.



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