Friday, October 16, 2020

LA FALACIA DEL PICO DE DEMANDA RESUMIDO


 [Imagen extraída del documental A Crude Awakening: The Oil Crash (2006)]

 

Primero vino un pico de oferta. En 2005 fue el pico del petróleo crudo convencional, cosa reconocida por la AIE en 2010 [nota 1]. A partir de 2005 ya se produce cada año un poco menos del petróleo de toda la vida, que es el bueno y rentable.

Esto provocó una subida de precios del petróleo que a su vez fue el detonante de la crisis del 2008. Las hipotecas subprime fueron la leña apilada y lo del petróleo fue la chispa que le prendió fuego (metáfora extraída del libro Petrocalipsis de Antonio Turiel, pág. 23).

La crisis del 2008 supuso una quiebra de empresas, pérdida de empleos, recortes y pérdida de poder adquisitivo de las clases medias y bajas, en definitiva, esto fue el pico (y posterior declive) de demanda, posterior al pico de oferta.

A partir de 2005 se intensificó con ayudas públicas el ruinoso negocio del fracking (sobre todo en EE.UU.) y del resto de crudos no convencionales para poder cubrir la brecha que iba quedando tras el pico del crudo convencional. Esto hizo que los precios del petróleo volvieran a bajar, reactivando así momentáneamente la demanda a medida que la economía se recuperaba del batacazo de 2008.

Con los precios del crudo tan bajos durante tanto tiempo, y dado lo costosa (económica y medioambientalmente) que resulta la extracción del crudo no convencional, la burbuja del fracking y del resto de estos petróleos está empezando a explotar, ya que ya no resulta creíble su rentabilidad para sus inversores. Esto está provocando quiebras, abandono de proyectos y descenso en el número de nuevas prospecciones. Esto supone más destrucción de oferta.

Antes de que este nuevo empeoramiento de la oferta se dejara notar en una subida de precios, lo que ha venido es más destrucción de demanda provocada por la pandemia del COVID-19. Y esto no ha sido algo que hayamos decidido voluntariamente, aunque sí lo ha provocado nuestra economía depredadora con su disrupción ecosistémica [nota 2]. Esto no sólo ha evitado que los precios suban debido a la previa pérdida de oferta, sino que ha hecho que bajen aún más, provocando con ello un recrudecimiento aún mayor de la crisis del sector productivo.

Si a partir de aquí fuera posible reactivar la demanda inmediatamente, la consecuencia obvia sería una subida fuerte de precios debido al mal estado actual del sector productivo. Pero la reactivación está siendo lenta y los precios se recuperan despacio.

Desde los medios mainstream nos tratan de hacer creer que voluntariamente la demanda de petróleo ya ha pasado su pico. Nos dicen que, debido a nuestro problemilla con el clima, y como además, no problem, porque la tecnología todo lo puede, vamos a poder seguir creciendo usando cada vez menos petróleo voluntariamente. Pero, independientemente de si la demanda baja voluntariamente o no, si está bajando, la recuperación que está experimentando ahora mismo tocará un techo inferior al último alcanzado previamente. Descenso en forma de sierra.


 

Pero ese techo, que año tras año va a estar más bajo, no se está rebajando voluntariamente. Nadie deja de comprar menos cosas voluntariamente, nadie pierde su empleo voluntariamente, nadie hace colas en los hospitales voluntariamente. Los gobiernos y corporaciones no dejan que eso ocurra voluntariamente. Nos viene impuesto por la geología y la termodinámica. Ya no es rentable extraer el petróleo que queda y cada vez lo va a ser menos.

Además, la economía está lastrada desde 2008 por otra burbuja, la de la deuda. De modo que cada vez es más difícil creer en que los préstamos para hacer cualquier cosa serán devueltos con interés, y esto impide que la demanda de petróleo se recupere, pero también impide que el sector productivo del petróleo levante cabeza, porque ya nadie quiere financiar esto. No quieren porque ya no ganan dinero, no es porque Greta les ha convencido.

De modo que la caída de oferta y demanda del petróleo se realimentan entre ellas. Es lo que se conoce como espiral de destrucción de oferta y demanda. Pero todo empezó con el pico de oferta, no con el de la demanda, como nos quieren hacer creer.

Y por cierto, que los precios del petróleo estén ahora bajos no significa que el petróleo sea barato. El petróleo dejó de ser barato hace muchos años, desde la crisis de los 70. En realidad, los precios del petróleo suben desde entonces en forma de sierra. Ahora con lo del COVID-19 estamos en un valle de esa sierra. La misma forma del descenso en sierra de la oferta y demanda pero para arriba.


 

Entonces, ¿por qué decimos que el precio está demasiado bajo para que a los productores les salga a cuenta, si el precio del petróleo no para de subir en realidad? Lo que ocurre es que cada vez cuesta más extraer el petróleo que queda, por lo que cada vez se necesita que se pague más por él para que a sus productores les salga rentable.

¿Por qué nos mienten? O mejor, ¿por qué nos engañamos? Mucha gente conoce estos datos pero es tabú comentarlo o difundirlo. Es normal, la gente cree que admitir que el crecimiento ha llegado a su fin provocaría un colapso, y nadie quiere renunciar a sus comodidades, aunque sean pocas, nadie quiere dejar de tener atención médica o ejército protegiendo sus fronteras.

Pero los que ostentan el poder van a tener que seguir buscando nuevos culpables si se obstinan en continuar con la farsa. ¿Cómo sin culpables se va a entender un decrecimiento imparable sin admitir que se ha pasado el peak oil de oferta y que la tecnología y las renovables no pueden arreglarlo? Y esta búsqueda de culpables solo puede llevarnos a más y más conflictos comerciales y bélicos, que se verán a su vez recrudecidos por la necesidad de apropiarse de lo poco que vaya quedando, lo que hará que todo vaya a peor.

[nota 1] Todas las referencias bibliográficas relacionadas con afirmaciones sobre el petróleo formuladas en este texto se pueden consultar en el blog de Antonio Turiel (The Oil Crash). Pido disculpas si de manera no intencionada he malinterpretado algún dato.

[nota 2] La explicación de por qué el COVID-19, y futuras pandemias, vienen por haber destrozado los ecosistemas que suponían nuestra mejor vacuna contra las zoonosis se puede encontrar en muchas de las múltiples aportaciones divulgativas o científicas de Fernando Valladares.
 

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