Thursday, November 5, 2020

NO ES NIEVE, ES PLÁSTICO

 


Se ve desde el espacio. Diríase que toda la nieve de Sierra Nevada se ha desplazado a la costa de El Ejido (Almería). Pero no es nieve, es el plástico que cubre "la huerta de Europa".


Yo ya sabía de la existencia de este infausto lugar, pero no fue hasta ayer por la noche, y gracias a la emisión en laSexta del programa "Natural", que fui consciente de la dimensión real de esta aberración. Otra más de las que van jalonando nuestro colapso.

"'Natural', el nuevo programa de Jalis de la Serna en laSexta que hará repensar el mundo", así es como presentan sus padrinos a esta serie de documentales de investigación, que pretende poner el foco en algunos de los efectos de la crisis medioambiental fruto de nuestra economía globalizada.

Me estremeció el testimonio de uno de los productores de tomates almeriense entrevistado. Cultivan tomates todo el año y hacen un pisto siguiendo la receta artesana familiar. A él y a su santa madre se les saltaban las lágrimas pensando en lo maravilloso que era que gente en los más recónditos lugares del planeta pudieran degustar su pisto familiar. Qué bueno es el progreso que permite estas cosas, ¿verdad? Qué más da si emitimos gases de efecto invernadero con el trasporte intercontinental. Lo importante es que alguien en el culo del mundo deguste el pisto almeriense, que nuestros nietos puedan sobrevivir o no en un infierno climático no importa una mierda.

Otro día, hablaron del tema de las legumbres. Por lo visto, aquí consumimos legumbres de Chile, mientras las de España se pudren en los almacenes, porque a Mercadona le sale más barato comprar a productores chilenos. Claro, en Chile producen más barato a costa de degradar más el ambiente. Al final la suma es cero, lo que ahorras por un lado, alguien lo pagará por otro algún día, pero los economistas esto lo descuentan de sus maravillosos modelos.

La intención de los redactores del programa "Natural" no es mala, pero como era de esperar con semejantes padrinos, la crítica al sistema queda bastante enmudecida.

Mientras no se diga claramente que todo esto ocurre porque nos dejamos regir por un sistema económico cuyo objetivo es maximizar el beneficio individual, el carácter subversivo de cualquier iniciativa de este tipo queda, ya no descafeinado, sino que más bien parece que se torna al servicio de los intereses de sus padrinos.

Y es que los dueños del capital saben que transcurre desde hace décadas una crisis global muy grave, y ya dan por sentado que es inevitable que la gente, los consumidores, lo noten, por lo que su estrategia es convencer a la gente de que esto era inevitable, que no es culpa de nuestra creciente necesidad de bienestar, y que nuestro sistema, no solo no es responsable de ello, sino que además es capaz de solucionarlo mediante la digitalización, el 5G, el Green New Deal, etc .. Es decir, nos están adoctrinando para que financiemos su próximo negocio, para que invirtamos nuestro sueldo y ahorros en estos nuevos "productos verdes".

Nos dicen que para solucionar los problemas de sostenibilidad hay que seguir haciendo y fabricando cosas, pero que esta vez las vamos a hacer usando cada vez menos energía fósil y excretando menos. Esto es mentira, y lo saben. Según BP (Statistical Review of Worl Energy, 2017) un 85% de la energía primaria que usamos en el mundo es de origen fósil. No se puede sustituir eso por renovables sin decrecer. La implantación y mantenimiento de las renovables a la escala necesaria para mantener nuestro estándar de consumo requeriría enormes cantidades de energía fósil y materiales escasos, y solo podría resultar rentable a costa de una insostenible degradación de nuestro sustento ambiental.

Pero dicen que si dejamos de hacer cosas acabaremos de nuevo en las cavernas. Y yo digo, como dijo la niña entrevistada por À Punt a raíz del uso de mascarillas en los colegios debido al Covid: "Es mejor eso que morirse".

Porque, no lo dudéis, lo que nos espera si seguimos quemando energía fósil a este ritmo es eso. Aunque algunos profetas del capital nos digan lo contrario, como Bjørn Lomborg, el ecologista séptico, o el laureado economista William Nordhaus, quienes aseguran que +3 ºC es la temperatura óptima del planeta, o que el ser humano puede existir o incluso seguir con su civilización con incrementos superiores a los +4 ºC.

Según el consenso científico estas afirmaciones, además de sandeces, son absolutamente temerarias, pero sin embargo son mostradas a la plebe como la última esperanza blanca del crecimiento, científicamente acreditada. Pero claro, cualquiera que sepa un poco de ciencia sabe que se pueden construir modelos ad hoc para que muestren exactamente lo que quieres que muestren. Esto se hace a diario en el negocio de la ciencia. Y estos gurús del capitalismo verde se hacen millonarios propagando este mensaje envenenado.

No basta con dejar de consumir tomate no local fuera de temporada, o con consumir legumbres españolas y no las chilenas. Tenemos que dejar de hacer cosas. Es así de sencillo. Hay que pararse al borde del camino. Y respirar, y observar la respiración. Respirar este aire mientras aún sea fresco en algunos lugares. Primero hay que saltar del tren de la bruja y luego ya veremos cómo nos organizamos para conservar el máximo de comodidades sin seguir aniquilando la vida.




No comments:

Post a Comment