He aquí un cálculo básico para probar la imposibilidad de hacer 100% "verde" al capitalismo sin irse a un neocolonialismo brutal. Animo a profesores de ciencias de instituto a que lo planteen a su alumnado:
Imaginemos un mundo con un conjunto de países clónicos en cuanto a su capacidad de producción energética. Digamos que el 20% de la energía de cada país está completamente electrificada mediante sistemas de captación de energías renovables, esto es, turbinas eólicas y placas fotovoltaicas.
Ahora, uno de los países, el de nombre "Espabilandia" se da cuenta de algo: para ser 100% renovable, y por tanto ecológicamente sostenible en el tiempo, debería migrar a "renovable" el 80% restante de su tarta energética, que actualmente no es renovable. Máxime cuando la producción, instalación y mantenimiento de ese 20% electrificado y renovable depende al 100% de ese otro cacho (80%) no renovable.
El problema es que ese 80% no se puede electrificar, y además, de poderse, los territorios de todos estos países ya están completamente saturados de molinillos y paneles después de lograr la hercúlea azaña de cubrir un 20% de la energía con ellos. Por tanto, ya asumieron que la única alternativa renovable para poder seguir generando calor industrial y moviendo maquinaria pesada, transporte pesado y tracción agrícola es mediante el hidrógeno "verde", el que se obtiene a partir de agua y la electricidad proveniente del aire y del sol.
También, después de décadas de desarrollo, se dieron cuenta de que las pérdidas energéticas del vector hidrógeno oscilan entre más del 90%, en el caso de la movilidad, y el 70% en el caso de la generación de calor. Asumamos un promedio de un 80% de pérdidas, o 20% de eficiencia.
Después de mucho cavilar, "Espabilandia" decide la solución salomónica de ir quitando la mitad de la producción renovable de cada país, esto es, un 10% de la tarta energética de cada país, hasta llegar a cubrir el 80% de su propia tarta que aún no es renovable.
La pregunta es: ¿cuántos países ha de parasitar y colonizar "Espabilandia" para lograr su objetivo, asumiendo ese 20% de eficiencia del hidrógeno?
Respuesta: Un 10% de la tarta de cada país multiplicado por un 20% de eficiencia nos da tan solo un 2% de recaudación por país a engrosar en nuestra tarta. Por tanto, necesitamos quitar a 40 países la mitad de su capacidad renovable para poder cubrir nuestro 80% de tarta con hidrógeno verde.
Si no he errado en los cálculos, este argumento me parece bastante esclarecedor para comprender el cortoplacismo, el pensamiento mágico y la gran mentira que hay detrás de los escenarios que se plantean desde el estatus quo para lograr que el capitalismo sea ahora sostenible.
Cualquier niño armado con una regla de tres, con el dato de la eficiencia del hidrógeno (20%) y con el dato de que el 80% de la tarta energética de su país solo puede hacerse renovable quemando hidrógeno de origen renovable, sería capaz de ridiculizar a los tecnólogos del Green New Deal y el European Green Deal.
Y por cierto, ese mismo niño también entendería que la única solución al problema de la extralimitación de nuestro modelo pasa, nos guste o no la idea de soportar un "mono" terrible, por una contracción de la actividad productiva hasta situarse de nuevo por debajo de los límites biofísicos y de la capacidad que el planeta tiene de ofrecernos biorrecursos sin los que no podemos vivir.
Debemos exigir a los gobiernos que haya una reestructuración y migración completa de las actividades económicas que ahora sirven a la reproducción del capital, para que se orienten hacia la reproducción de la vida.
Debemos ir desenganchándonos de todos nuestros vicios.
No es un mandato moral, ni un sueño edenista. Tan solo pragmatismo egoísta. Debemos entender que la única manera de preservar al máximo los mejores logros de la modernidad, o quizás de tan solo sobrevivir, pasa por asegurar un descenso socialmente justo e igualitario centrado en el apoyo mutuo y la reproducción de la vida.
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